CAPITULO 05

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NARRA ISHTAR

No podía sacarme esa mirada de la cabeza.

Darian...

Su cálido tacto en mi mejilla era una sensación que aún no había podido sacar de mí ser, calor, un calor tan fuerte como un carbón ardiente se extendía por mi pecho, él era diferente a cualquier hombre que conocía, tenía un porte y un cuerpo como ninguno. Había cometido una estupidez, pero valla que había sido un arrebato, no sabía quién era del todo, solo que dentro de mí corazón le guardaba un fuerte agradecimiento, sin embargo las cosas eran más complicadas que un simple agradecimiento: Deseo.

Nunca había guardado deseos para ningún hombre pero desde que lo vi supe que quería colocar mis manos en su pecho y nunca alejarlas, él se había vuelto dueño de mis pensamientos...

¡Dios!

No podía estar tranquila, había intentado dormir y siempre era lo mismo, mis pensamientos no me abandonaban ni siquiera estando inconsciente, era la tercera vez que despertaba, sin embargo me negué a abrir los ojos, tenía que descansar o mañana tendría una imagen horrible y demacrada.

Estuve imperturbable por unos segundos, cualquiera diría que jamás desperté pero una sensación no me dejaba en paz, estaba siendo observada, podía apostarlo. Con un poco de miedo abrí los ojos y me senté sobre la cama de manera repentina.

Dios—Susurre llevando mis manos a mi rostro.

—Parece que alguien no puede dormir—Lleve las manos a mi pecho sobresaltada, rápidamente tome el edredón y lo lleve a mi cuerpo cubriendo mi ropa de dormir que era demasiado cómoda además claro de ligera.

Príncipe Darian ¿Qué hace aquí?

El nerviosismo en mi voz fue demasiado aparente y no era para menos no podían verlo aquí, conmigo, en la misma habitación. Estaba justamente a un lado de la cama, la delgada tela transparente que estaba sobre la cama hacia que su figura se distorsionara un poco y la oscura noche no ayudo en lo absoluto, camino un poco y separo ambas telas, con una gracia increíble entro en la cama.

Me removí un poco incomoda, ahora que lo miraba de cerca y la luna se filtraba por los ventanales me daba cuenta de que estaba sin ninguna prenda en la parte superior de cuerpo, tenía un pecho fuerte y unos abdominales muy definidos. Su cabello estaba húmedo, parecía que acabara de tomar un baño.

—Digamos que quise venir a velar su sueño—Parecía analizar de cerca mi rostro, era un hombre que no tenía ninguna clase de pudor.

— ¡No! —Replique rápidamente cubriéndome con las sabanas—Si mi padre se entera no que que podría pasar—Dije con miedo—No es común que un hombre visite a una mujer en la oscura noche.

El rio mostrando sus hoyuelos.

—Créame princesa que es muy común que los hombres hagamos eso—Su tono de voz se volvió más áspero y provocador.

¡¿Pero que estaba diciendo?!

—Entiendo su punto alteza, la situación es que sin duda el motivo de esa visita no es nada decente, por lo menos si la mujer es una casadera—Siempre había defendido mis pensamientos y no iba a bajar mi guardia por culpa de esa mirada intimidante que tenía.

—Que poco romántica es usted—Trague saliva—Llama a consumar el amor un acto indecente—Quería que la tierra se abriera a mis pies y me tragara, ese hombre decía lo que se le venía a la cabeza sin miramientos. Permanecía en la misma posición con la mirada centrada en mi rostro, tenía una sonrisa socarrona en sus labios como si le parecía gracioso mi modo de comportarme.

Persia© | Libro I (Bilogía)/ Only DreameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora