"-Ten más cuidado..."

2.3K 144 108
                                    

Los Ángeles , California.

Me mudé de mi antigüa ciudad por cuestiones que me hacen mal recordar y necesitaba alejarme de aquel oscuro pasado.

Muchas veces cuando estas en un lugar que pasó algo que te marcó, sientes que quieres huír lo más lejos posible, y eso es lo que me pasó a mí.

Hoy llegaba a mi nuevo hogar, hoy empezaría un nueva vida y en tan solo una semana empiezo en un nuevo Instituto.

No se me complicaba el hacer amigos nuevos, pero a decir verdad el hecho de tener que alejarme de mi mejor amigo de toda la vida, Dan, se me complicaba.

 Me encontraba en el umbral de mi casa, era una casa humilde pero con lindos de tales hogareños.

En la planta baja se encontraba la sala de estar, que era bastante amplia, y la cocina. Subí al primer piso y me encontré con el pasillo, donde habían 4 puertas. Entré por la primera, era el baño. La segunda la habitación de mi madre, la tercera mi habitación y la que estaba al final del pasillo, era la habitaión de huéspedes.

Observé las paredes blancas y anaranjadas que hacían juego con los muebles de madera. Era hermosa, la simpleza de los muebles y el color de las paredes hacían especial el lugar.

Después de dejar las cajas de mudanzas sobre el suelo, subí a mi habitación y quedé sorprendido. Mi habitación era enorme, joder. Esta habitación no cabe ni en toda mi antigua casa.

Me senté en mi cama y comencé a recorrer con la mirada el lugar, sus paredes azules quedaban realmente bien combinadas con los muebles blancos.

Suspiré y me dirigí a mi maleta donde de allí tomé una remera negra, la cual se alineaba a mis músculos, unos jeans azules y mis Converse negras. Tras peinarme con el estilo de siempre, con el cabello hacia arriba, salí de mi habitación y me encuentré con mi madre, Amanda, que salía de su habitación.

— Esta casa es enorme —me acerqué a ella al ver la enorme sonrisa que llevaba en su rostro.

— Esta casa es hermosa. -dice con los ojos llenos de lágrimas.

Muchos años eetubimos ahorrando para tener algo decente. Y esto, la verdad, supera todas nuestras expectativas.

— Te amo, mamá —besé su frente mientras la abracé—Debo ir al instituto.

— ¿No empezabas las clases en una semana?

— Si, pero me llego un e-mail informándome que debería ir a hablar con el director.

— Bueno, vé rápido y vuelve que estaré esperándote con el almuerzo—Sonreí. Así era mi madre, no aceptaba un "no" como respuesta.

Cojo mis llaves y me dirijo al garaje para sacar mi auto. Era un auto un poco antigüo, mi abuelo, antes de fallecer , me lo dejó como parte de mi herencia.

Enciendo el auto y me dirijo hacia el Instituto Wildmorth.

Llegó al lugar. Aparco mi auto en el estacionamiento de alumnos, salgo del vehículo y me detengo observando a mi alrededor. Era un lugar dividido en tres edificios. El del medio era Nivel Superior, el de la izquierda Nivel Inferior y el de la derecha se llamaba Niveles Medios y a cada costado de los edificios se encontraban los edificios donde se suponía que se alojaban los estudiantes de aquí. Como los edificios que lo rodean, está hecho de cristal y de acero. Frente a él se encuentra una gran escultura metálica.

Cuándo estuve por entrar al edificio divise a un grupo de alumnos que estaban retirándose del lugar y me acerqué hacía ellos para preguntarles donde se encontraba la oficina del director.

Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora