CAPÍTULO 8

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La siguientes dos semanas han transcurrido con normalidad, tardes estudiando en la biblioteca con Leila y Sophie -la cual escapaba para ver a Hunter- recogiendo los apuntes de clase, ensayos en la academia...

Creo que eso esto lo que he hecho a parte de evitar a Matthew, quien ha intentado establecer un conversación de la cual no he dado brazo a torcer para que se produzca, en pocas palabras, cuando me hablaba lo ignoraba.

Tuvo el descaro de echarme del coche y de gritarme sin más. En ese momento prefería estar fuera del coche que junto a él si soy sincera. Dijo que no quería a alguien como yo intentando conocerlo, pues bien porque yo tampoco lo necesito a él intentando conocerme. Yo sé quién soy y con eso me basta. Mis amigas saben quién soy y los que me rodean también, no pienso recaer de nuevo en un tema como este. Por eso me empeño en no cruzar palabras ni siquiera miradas, porque eso ya sería hundirme en la miseria en ese azul lleno de enigmas sin descifrar y no soy yo la que los solucionará.


Las clases de literatura han estado bien, me agrada la compañía de Ally. Es una buena chica, hasta ahora me lo ha demostrado y no tengo queja de ella. Se la pasa la mayoría del tiempo con Wilson, incluso llevaría a pensar que es un lapa que no se aleja de él. Varias veces han sido las que me ha dicho de ir con sus amigos a la cafetería o a cualquier otro lado, veces de las cuales he renegado poniendo una escusa. No es que estuviera huyendo de la situación, pero esta semana ha entrado fuerte en las asignaturas y no quería perder mucho tiempo en un lugar donde seguramente esté él y me sienta incómoda. Parezco egoísta y lo soy, pero no puedo evitar actuar de esta manera, solo intento aprovechar ese tiempo que en su compañía -de Matthew- podría resultar un desperdicio.



Algo que cabe destacar es lo cercano que ha estado Mike conmigo. El pasado fin de semana me invitó a salir, lo cual veía extraño viniendo de él. Pasamos la mayor parte del tiempo hablando de cosas al azar, sin importancia alguna. Discrepamos sobre los diferentes sabores que puedes encontrar en una heladería y lo raro que le parecía el sabor de Stracciatella, uno de mis favoritos. Estuvo bien eso de pasar el rato con él, bueno ¿y quién no estaría encantada de pasar el tiempo con él? Es un chico muy atractivo a los ojos de cualquier chica con las hormonas revolucionadas. A esta edad más que pensar con la cabeza no lo hacen, sino que algunos parece que ni siquiera tengan cerebro a la hora de intentarlo.

Lo que me sorprendió es que cuando caminábamos para regresar a casa, me cogió de la mano y entrelazó sus dedos con los míos. Finalmente cuando llegamos a nuestro destino se paró frente a mí y me besó, sí me beso y al parecer yo se lo devolví, porque cuando nos separamos ambos teníamos lo labios un poco inflamados a causa de la fricción de nuestros labios. Luego antes de irse dejó un corto beso en la comisura de mis labios y se fue.

Después de ese día, cada vez estaba más cercano a mí. Cuando me saludaba o se despedía tras almorzar, volvía a dejar otros de sus besos en mí, cosa que me gustaba.

No ha sido como si nunca hubiera besado a alguien pero se sentía algo diferente, tal vez sea por que era él. Sus besos eran suaves y tibios. A pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros esto no define la situación en la que nos encontramos y qué significo para él.



(...)


Me encuentro en el pasillo junto a las taquillas guardando algunos libros de mis clases anteriores, para sacar otros de las siguientes.

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