Variable 3

2K 186 32
                                    

SASUKE

Después de la guerra no sabía qué hacer, había cometido muchos errores y sentía que no tenía derecho a permanecer en Konoha a pesar de lo que Naruto dijera, por lo que me estaba planteando el irme a hacer un viaje. Pero días antes de que tomara mi decisión un pequeño encuentro hizo que todo cambiara, cosa que ahora agradecía.

Aquella tarde como cualquier otra yo me encontraba en el campo de entrenamiento del equipo siete, mi antiguo equipo, pero entonces escuché unos fuertes y secos golpes provenientes del campo siguiente. Por algún motivo un poco de curiosidad se generó en mí y fui a averiguar de dónde venía aquello. Y me sorprendía al ver a una chica de azules y largos cabellos golpeando insaciablemente aquel tronco.

Se podía notar que estaba muy cansada, a causa de todo el sudor que tenía, además de que sus manos estaban llenas de pequeñas heridas y el tronco parecía que se iba a partir en cualquier momento.

Miré por un rato más como aquella chica seguía entrenando, hasta que por fin destruyó el tronco, pero me sorprendí al ver que en vez de irse se dirigió al siguiente tronco para seguir practicando. Fue entonces cuando noté varios agujeros más en donde seguramente antes había árboles.

No entendía muy bien porque hacía todo aquello, se notaba que no era una chica muy fuerte y aunque hiciera todo aquello era poco probable que mejorara, pero aún así, por alguna desconocida razón no me podía mover. Y una parte de mí, aunque no quisiera me hacía recordar al rubio tonto que tenía por mejor amigo, esa persistencia siempre a mejorar a pesar de lo que creyera la gente...


Al ver como Hinata se dirigía a el altar donde yo me encontraba, para hacer nuestros votos y ser parte de la vida del otro para siempre, sencillamente no cabía dentro de mí, aunque posiblemente por fuera no fuera tan expresivo y me viera estoico, sabía que ella sabía lo que en verdad sentía.

Cuando sentí su suave mano junto a la mía, me sentí tan feliz, sus hermosos ojos perlas centellaban y un ligero rubor inundaba sus hermosas mejillas.

La verdad es que me había sorprendido mucho el acabar enamorado de la Hyuga y no por ella, sino por mi mismo. Había sido cierto que cuando era más pequeño uno de mis objetivos había sido restablecer el clan Uchiha, pero después de lo sucedido con Itachi i descubrir la verdad algo dentro de mí me decía que lo mejor era que nuestro clan, un clan lleno de odio no se volviera a levantar y muriera conmigo. Y no solo por todo lo que conllevaba ser parte de un clan maldito como el mío, sino porque si escogía a alguien sería sin amor y no quería ligar a alguien a un destino cruel. No quería seguir aumentando mi lista de errores.

Pero luego de haber conocido a Hinata y que me mostrara tantas cosas que jamás pensé volver a sentir, o que siquiera pudiera llegar a sentir por una persona me hizo entender que no podría vivir sin ella, que incluso un ser lleno de odio como yo podía llegar a amar, amar de verdad.

Me había chocado mucho cuando ella me reveló sobre sus sentimientos por Naruto, lo había envidiado tanto, pero sencillamente no podía rendirme por ellos, para mi suerte parecía que el dobe no sentía nada por ella, lo que me daba mucho más juego. Cosa que en ningún momento dudé en desaprovechar, acercándome, poniéndola nerviosa, sonrojándola, haciendo que se desmayara. Hasta que cada célula de su cuerpo solo pensara en mí.

Había habido veces que ardían en celos cuando se le acercaban, incluso si se trataba de sus compañeros de equipo, más aquel chico perro que, aunque Hinata decía que la veía como a una hermana yo no pensaba lo mismo. Pero ahora nada de eso importaba, ahora ambos estábamos frente al altar a punto de ser una familia, ella y yo, solo nosotros dos.

Historias cortas y Oneshots (Sasuhina) [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora