Hechizado

Capitulo 5: Un inquilino

Curiosamente al día siguiente, Holy despertó antes de que sonará la alarma.

6:20 de la mañana.

Se movió sobre su colchón, de repente sintió que algo la incomodó ya que estaba muy al borde de su cama. Se dio la vuelta, y al fin entendió porque estaba tan al borde. Había alguien más junto a ella, en su cama.

Estaba a punto de gritar, pero el sujeto tapó su boca.

- ¿Ya me olvidaste o qué? -Preguntó con voz varonil, sonriendo.

- ¿Qué-qué?- Cuestionó dudando, hasta que lo recordó. En un susurro dijo. -, ¿Tú eres mi hechizo?- Incrédula, al ver a un chico de unos dieciocho tal vez, bastante blanco y peculiar por una cosa; era el chico más bonito que sus ojos habían visto.

Sus ojos profundos, tal como ella lo quiso, de un color marrón casi rojo. Su cabello era negro, cual plumaje de un cuervo pero con leves reflejos rojizos. Estaba completamente desnudo, pero se cubría con la manta que compartía con ella.

- Así es, ¿Tan pronto me olvidaste Holy? -Preguntó aún risueño.

- ¿Hace cuanto tiempo estas aquí?- Susurró alterada.

- Unas horas, tal vez, no se exactamente, perdona si te desperté, es que estaba acariciando tu cabello.- Comentó descaradamente.- Por cierto lindos shorts. ¿Me los prestas?, porque te recuerdo que no vine con ropa.

- ¡Ash!, buscate en mi armario algún pantalón y una camiseta.- Dijo poniéndose la almohada sobre la cabeza.

Él se levanto de la cama y caminó hasta su armario.

- Tienes linda ropa.- Dijo él, buscando en el armario.- ¿Pero, estaré sin ropa interior?

- Luego iremos a comprar ahora, por favor, visteté.- Pidió ella.

Tan fastidiada estaba porque ese sujeto la había despertado tan temprano, que no se había dado cuenta de que su hechizo había resultado y que tenia a su acompañante para el baile.

Él se vistió y ella se sentó sobre la cama.
Dio una vuelta enseñándole a ella su anatomía perfecta.

- ¿Qué tal me veo?- Preguntó poniéndose las manos en la cintura.

- Genial, ahora ven, debemos hablar.- Pidió Holy, haciéndole lugar para que pueda sentarse. Él caminó y se sentó sobre la cama.

- Te oigo.

- Ahh... No se que decir, es increíble... -Suspiro Holy con un aire pensativo.

- Di que me amas.- Respondió él, encogiéndose de hombros.

- ¿Siempre serás tan ofrecido?- Cuestionó Holy riendo.

- Solo para ti cielito.- Dijo haciendo pucheros.

- Eres muy gracioso, me agradas.

- Lo sé. Soy tan encantador como tú.- Dijo pestañeando rápidamente.

- Eres terrible.- Comentó ella.- ¿Ya tienes nombre?

- Claro que no. Debes ponerme alguno. Seré tu mascota.

- ¿Enserio?

- No. Ya me puse un nombre, me llamare Constantin. - Holy sonrió.

- ¿Como mi conejo muerto?

- Si, exacto. Además tú ya pensaste en ese nombre.

- Es verdad. ¿Pero como?

- No se, puedo presentir cosas, nada más. Ahora, ya se para que me quieres, y encantado iré contigo. Pero... Debes saber que yo también iré a la escuela. Contigo.