⥄ ADAPTACIÓN
Jimin es un chico muy hermoso y caprichoso, que tiene todo lo que quiere y al chico que él desea, sólo con mirarlo.
Pero se dará cuenta, al hacer una apuesta con su mejor amigo, que su belleza no es lo suficiente como para cautivar a Mi...
Llegué a casa, aún no había llegado mi madre. Seguramente otra de sus "cenas importantes". Quité mis zapatos y los puse en el primer escalón para poder ir a la cocina, tomé un vaso y lo puse en la barra para sacar jugó del refrigerador.
Ya servido agarré el vaso y regresé a las escaleras para tomar mi calzado y ahora si subir a mi habitación pero el sonido del timbre me detuvo, volteé hacia la puerta y una vez más este sonó. Dejé de nuevo ambas cosas en las escaleras y caminé hacia la puerta.
─── ¿Qué quieres? ─pregunté abriéndola. Si no hablaba ahora mismo la cerraría y subiría a mi habitación. Levantó la mirada y la conectó con la mía, pero lejos de emitir palabra alguna, me tomó del brazo y me atrajo hacia él, con un veloz giro me acorraló contra la pared.
─── Me encantas, me vuelves loco, me mata de celos que todos volteen a verte cuando llegas a algún lugar, odio que el estúpido de Eunwoo se te acerque, me gusta tu carácter, excepto el de Jimin engreído, que sé que no es tu verdadera forma de ser, me gustan tus shorts rosas. ─inhaló profundamente ya que hablar tanto y tan rápido lo había despojado de todo el oxígeno en sus pulmones.─ Te quiero, Park Jimin...
No lo dejé pronunciar una palabra más, ni siquiera respirar porque ya estaba colgado de su cuello besándolo.
─── C-cuando quieras te presto mis shorts. ─dije entre besos riendo ya que había dicho que le gustaba.── Creo que te quedarán algo cortos. ─regresé a sus labios.
─── Los prefiero en ti.
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─── Yo te dije primero. ─reprochó despeinándome.
─── No. ─hablé entre risas tratando de acomodar mi cabello nuevamente.─ Anda. ─supliqué.
─── No creo que a tu madre le guste. ─se puso de pie.
─── No llegará, aún es temprano. ─me paré en mi cama.─ Además, nunca tiene hambre. ─dije imitando el estirado tono de voz de mi madre.─ Y no quiero cenar sólo. ─se acercó a mí volteando hacia arriba debido a la altura en la que yo estaba.
─── Ya te dije. Vamos, cenamos y te traigo. ─insistió.
─── Yoongi... ─alargué.
─── Está bien ¡ya! ─se rindió y sonreí victorioso. Tomé su mano y salimos de la habitación.
Yoongi bajaba con pesadez las escaleras mientras que yo al contrario saltaba como un niño pequeño. A mediación de la escalera se escuchó la puerta de la entrada cerrarse y me detuve en seco. El sonido de unos tacones en el piso me indicó que era mi madre. Inhalé y exhalé profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con él.
─── Creo que será mejor que me vaya. ─susurró Yoongi en mi oído.
─── No. ─contesté seriamente.─ Yo te invité a cenar. ─le sonreí.
