⥄ ADAPTACIÓN
Jimin es un chico muy hermoso y caprichoso, que tiene todo lo que quiere y al chico que él desea, sólo con mirarlo.
Pero se dará cuenta, al hacer una apuesta con su mejor amigo, que su belleza no es lo suficiente como para cautivar a Mi...
Íbamos de regreso a casa de los Min, después de pasar prácticamente la mitad del día en los juegos de la heladería. Mi celular comenzó a soñar, revisé en el desorden de mis cosas hasta que lo encontré, era el número de mi casa.
─── ¿Sí?
─── Joven Jimin. ─se escuchó del otro lado de la línea.─ Su madre pregunta que a qué hora llegará.
─── Dile que no llegaré. ─contesté serio y noté como Yoongi volteaba a verme y luego regresaba su mirada al camino.─ Avísale que me quedaré en casa de Hoseok. ─Seolhyun, una de las encargadas de la casa tapó la bocina y escuché como le repetía mis palabras a mi madre quien, como adivinar, estaría perdida en su laptop y hablando por teléfono.
─── Dice que está bien, que tenga cuidado. ─ahora necesitaba hablar con Hoseok.
Colgué y dejé presionado el uno, que era la marcación rápida para Hoseok, llevé mi celular a mi oído.
Yoongi's POV
¿Con esa facilidad lo dejaban quedarse en casa de Hoseok? Se la había pasado todo el día fuera y porque simplemente no le apetecía llegar a su casa, entonces no lo hacía.
─── ¿Hoseok? ¿Dónde estás? ─dijo pasando una de sus manos por su cabello.─ ¿Me puedo quedar en tu casa hoy? ─preguntó y regresé a verlo, una sonrisa se coló por sus labios.─ Gracias. ─dijo entusiasmado.─ Ahora nos vemos. ─presionó el botón rojo. Una vez más volteé a verlo, él también volteó y me sonrió arrugando la nariz. Volví mi mirada al camino.
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─── ¿Y cuándo vendrás de nuevo? ─le preguntó Yoo Hee a Jimin al momento que se despedía.
─── P-pues... Yo. ─balbuceó y levantó su mirada buscando la mía.─ Pues cuando tú me invites.
─── ¡Ahora! ─Yoo Hee comenzó a saltar.─ Quédate ¿sí?
─── Dile que sí, Yoongi. ─me pidió Jonsang.
─── No niños. ─dijo con un tierno tono de voz.─ Es tarde, y mañana tienen colegio al igual que yo. ─les explicó pero era imposible hacerlos cambiar de opinión.
─── Vayan adentro ya. ─les dije y ambos voltearon a verme ¿tristes?
─── Está bien. ─dijeron al unísono, ambos dieron un beso en la mejilla de Jimin y caminaron enfilados hacia la casa.
─── Bueno... ─alargó caminado hacia su auto.─ Adiós, Min Yoongi. ─¿Qué? ¿Así nada más? ¡Diablos! ¡Eso es! ¡Eso es lo que precisamente odio de él! En un momento es uno y a los pocos minutos es otro.
Caminé detrás de él y cuando intentó abrir la puerta puse mi brazo y volví a cerrarlo.
─── ¿Se puede saber qué haces? ─preguntó dándose la media vuelta.
