Summary: Kirishima no puede dormir y solo se le ocurre mandarle un mensaje a su vecino de dormitorios.
Notas: Esto es algo super corto y tan simple que no Sé por qué lo escribí en primer lugar.
Esta últimas semanas han sido un tanto pesadas, tanto por la escuela como por otras razones personales. Pero en fin. En unas horas se estrena un capítulo importante y aunque esto no tenga que ver, me dieron ganas de hacerlo, jaja.
Espero les guste.
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—No puedo dormir... —menciona Kirishima entre dientes por séptima vez. Se lo dice a sí mismo como un tortuoso recordatorio.
Rueda en su cama, no entiende a qué se debe esta inquietud, es raro, no era época de exámenes o algo parecido. Por lo que opta por tomar su teléfono y mandar un mensaje a su vecino de dormitorio.
Bakugou no era de desvelarse, por lo que realmente no esperaba una respuesta sino hasta la mañana, el mensaje era sin sentido y casi como gesto común en él.
Kirishima deja su celular a un lado y cierra los ojos, intenta relajarse pero es inútil, el insomnio le ha pegado fuertemente, es como si sus párpados no pudieran siquiera permanecer cerrados con tranquilidad.
Él comienza a pensar, pensar es lo peor que alguien puede hacer cuando tiene insomnio. Él comienza a recopilar el peso de sus acciones hasta ahora, desde la escuela media hasta cuando llegaron a los dormitorios de UA. Se pregunta a sí mismo de que si sus acciones son las que un héroe habría tomado, él solo seguía a su corazón pero no estaba seguro de que fuera lo correcto. Kirishima últimamente sigue ciegamente a su corazón y eso es peligroso.
Es en ese momento en que la pantalla de su teléfono se ilumina. Un mensaje, que extraño. Es la respuesta de Bakugou. En primer lugar es una queja por haberle despertado, esto le extraña ya que Katsuki no es de sueño ligero, debía estar despierto para escuchar su teléfono, no obstante ignora ese hecho y responde con un simple emoticon.
Parece que le ha dejado en visto, así que Kirishima asienta su teléfono a un lado otra vez, lo deja en la cama y lo observa unos momentos, su mirada se desvía a sus propios dedos, y estos jamás le han parecido detallados. Con esos mismos había logrado tomar la mano de Bakugou en ese entonces. Cuando Midoriya había dicho que era el único que podía hacerlo, algo nació en su pecho, no sabría decir si era Orgullo o emoción, al menos no hasta ahora que todo era tan claro.
Eijirou juega con la yema de sus dedos en la pantalla, hasta que ésta se ilumina de nuevo. Él ve el mensaje de Bakugou y su corazón da un vuelco terrible, que le hace salir de las sábanas a una velocidad atroz.
«Entonces ven a dormir conmigo»
No hacía falta mencionar lo extraño que era que Bakugou dijera algo así, pero no le daría muchas vueltas al asunto, de hecho, no lo piensa ni dos veces y ya está tocando la puerta de alado. Katsuki lo recibe de mala gana, pero aún así, no se queja cuando se acurruca a su lado.
Ese día había dormido tan bien, que habían llegado tarde a la primera clase por la mañana. Aizawa no se las dejaría pasar fácilmente.
