Summary:
—¿Qué te cuesta ser un poco cursi de vez en cuando?
—Sólo los idiotas son cursis —Refuta con firmeza.
—Todos los enamorados son idiotas, idiota —contesta ella.
Notas: Por qué me está dando por hacer estas cosas cortas KiriBaku? Nunca lo sabré.
—¿Qué te cuesta ser un poco cursi de vez en cuando? —Ashido lo reprende, el rubio chasca la lengua con molestia.
—Sólo los idiotas son cursis —Refuta con firmeza.
—Todos los enamorados son idiotas, idiota —contesta ella, sentándose de una vez por todas.
Bakugou no sabía cómo habían llegado a este punto, Kaminari y Sero sólo han estado viendo la escena sin decir nada, nadie podía debatir con una chica sobre eso. Y es que últimamente Kirishima ha estado algo decaído, aunque no lo aparente.
Katsuki sabía que ese estúpido cabello de mierda era así siempre, sonreía y fingía estar alegre 24/7 frente a sus amigos, con tal de que ellos no se la pasarán mal, pero dejaba acumular muchas cosas dentro suyo. Estaban en las épocas de entregar proyectos, carpetas y reportes para antes de los exámenes finales de su segundo año.
Han estado teniendo sus sesiones de estudios y el rubio (como todos bien sabían) era de mano dura cuando se trataba de esto. Después de todo, a Kirishima no le iba tan mal con la ayuda de Bakugou.
Sus amigos esperaban que pasar más tiempo con su novio (aún sonaba raro decirlo en voz alta) le haría levantar sus ánimos. Pero se le notaba aún más agotado y un tanto frustrado por no saber los temas. Mina no se habrían entrometido sino fuera porque en un tema de cálculo que Eijirou no lograba comprender, Bakugou había sido más duro, lanzándole insultos que, aunque en otro momento no hubiera tomado a mal, le habían lastimado un tanto.
Ha pasado un día entero y Kirishima no había salido de su cuarto.
—¡Si no hice nada malo, coño! —Les reprende Katsuki ya harto.
Mina suspira resignada, posando sus manos sobre su definida cadera, mirándolo con molestia. Bakugou hizo caso omiso a estas señales, Denki y Hanta tragaron saliva.
—Al menos sé consciente de que tus acciones y palabras son más fuertes para Kirishima. —dicho esto, la chica de cabello rebelde y mirada dorada salió de la sala común hasta su habitación, seguida de Sero, que intentaba hablar con ella.
El rubio cenizo se cruza de brazos y resopla con la nariz, subiendo los pies de mala gana a la mesa del centro. Hasta que se da cuenta de que no ha quedado solo, porque el eléctrico sigue sentado donde antes.
—¿Y ahora tú qué carajos tienes que decir?
—Hace meses Kirishima me arrastró hasta una tienda donde vendían cosas para acampar y eso, pidió mi ayuda cuando no tengo ni puta idea como levantar una tienda de campaña —, inicio Kaminari —, otra vez me hizo ayudarle a buscar recetas y con Sero destrozamos la cocina de mi casa para conseguir hacer chocolates en San Valentín y el día blanco, él tuvo la idea de organizarnos con tu madre para hacer una fiesta sorpresa en tu cumpleaños... —hace una pausa y suspira —Bakugou, el punto es que hasta yo creo que ser un poco cursi o menos duro con Kirishima estaría bien.
Dicho esto, Kaminari se encoge de hombros y se va al igual que sus otros dos compañeros.
El ceño fruncido de Bakugou le hace lucir un poco confundido, por primera vez, puede que sus (estúpidos) amigos tengan razón.
Deja pasar un rato y se encamina a su habitación, observa la puerta abierta y entra con cautela.
—Eh, Bakugou... —Saluda el pelirrojo, desde la cama ajena, se sienta, pues estaba acostado con el libro en la cara hasta hace unos segundos.
—¿Qué carajo haces aquí? Son las once de la noche —le recuerda el rubio mientras deja a un lado sus sandalias y cierra la puerta tras de sí.
—Al fin entendí el tema —Katsuki detiene su caminar—, ¡lo estuve repasando mucho hoy por mi mismo! —Eijirou asienta su libro en la mesita del centro, con una sonrisa emocionada— Resolví incluso los problemas que me habías dejado y... ¿Bakugou?
Muy cerca, realmente cerca. Kirishima queda estático cuando Katsuki le mira tan directamente, con poca distancia entre ambas caras.
Pasan los segundos y Kirishima parpadea varias veces, esperaba que el rubio respondiera algo, pero las palabras que dice lo confunden aún más.
—Tienes algo en la cara —dice él.
El pelirrojo alza una ceja y se revisa el rostro con sus manos, tal vez se le había pegado la tinta del libro o se había rayado sin querer. Pero no se esperaba lo siguiente.
Y es que Bakugou posa ambas ambos en sus mejillas y comienza a besar sus labios suavemente, tan suave y repentino que no cree lo que está pasando. Todo, desde la expresión tan calmada hasta la sensación tan gentil de un inocente roce, Kirishima no cierra los ojos ni un segundo, porque cree que en cualquier momento eso lo haría despertar, le hubiera gustado no perder ese bello deleite de sus labios unidos.
—¿Qué...? —dice al fin, después de que Bakugou se separa con cautela.
—Solo era yo... —responde con simpleza, agarrando el libro que Kirishima había dejado en la mesa, para levantarse y caminar para revisarlo.
Eijirou había quedado bastante rojo, su cara era digna de las burlas de sus amigos. Y qué decir de Bakugou, el pelirrojo podía ver como las orejas del rubio estaban encendidas, aunque cubriera su rostro con el libro.
Eso había sido extremadamente cursi. Ese día Kirishima había aprendido dos cosas: cómo funcionan las funciones logarítmicas y que amaba el lado cursi de Bakugou.
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Iridescent Heart (BNHA Drabbles)
Fanfic→Copilación de Drabbles basados en los personajes de My Hero Academia →Aquí no vas a encontrar Smut →Sinopsis en cada apartado →Finalizado