Un cielo azul acribillado de brillos. El sonido débil de los cubiertos al chocar con los platos de loza. Amane devora su desayuno. Está contento. Bebe jugo de naranja. La casa esta vez no tiene música.
-Encontré al animal muerto, era un mapache que estaba debajo de la casa. Se atoro entre el sistema de tuberías -dice él con el tenedor en la boca.
Nene lo mira comer, ella no toca el plato. Luego callan, no tienen nada que decirse. Ninguno de los dos habla. Amane termina su comida.
-Parece que no tienes hambre hoy.
-Eso parece....-dice Yashiro evadiendo la pregunta.
Se sonríen burlones. Podría ser que se conocen bien.
-Echo de menos a los chicos, ¿Cuándo podremos ir a visitarlos? Muero de ganas por ir con Aoi de compras -Amane se pone serio- ... o quizás solo reunirnos todos en un café.
-Cuando están ellos ahí tú no me quieres- dice sonriendo.
-No digas eso. He querido verlos desde que nos mudamos. Es verdad, tal vez, su presencia me impide verte a ti. Pero eso no significa que deje de quererte.
Yugi no la mira, frunce el ceño. La respuesta no le ha sido suficiente.
-No soporto cuando Kou te merodea.
-Él no hace eso.
-No lo soporto. En cuanto lo veo tengo ganas de matarle. Ya no puedo contenerme de golpearle, insultarle.
-Ya habías dicho eso antes.
-¿Cuándo?
Nene de repente se contiene las ganas de llorar.
-Lo he olvidado.
Amane la mira, preocupado.
-Lamento ser así.
-No importa, siempre has sido así. A pesar de todo, lo que me hace quererte es eso.
-----------------------------------------------------
Amane sale del baño en toalla. Se detiene. Nene está sentada en las escaleras y tiene la mejilla recargada en la pared.
Se acerca a ella, le planta un beso en la nariz.
-¿Si?-pregunta adormitada.
Él ríe.
La acaricia una vez más. Nene vuelve a dormirse. La mira, esa chica que llego a su vida, caída de las manos de dios, esa niña de cabellos crema y mirada alegre. Su niña. Su amor. Ya, él lo sabe.
Mira el cuerpo, las manos, el rostro, toca. Husmea el cabello claro, las manos, los pechos.
Ella duerme.
El cierra los ojos, y con una dulzura magnifica, apoya su frente en la de ella.
-Te quiero tanto -dice bajito. Nene no oye.
La carga y la lleva a la cama.
Apaga la luz.
La habitación queda iluminada por la tenue luz de la luna que atraviesa las cortinas de la ventana. La casa está sumida en una oscuridad insomne, abrumada por el calor de la noche. No hay viento alguno.
Amane se coloca encima de ella.
-¿Me amas? -pregunta Nene desde la oscuridad.
-Más que a mi vida.
Yashiro llora. Las lágrimas calientes se desbordan y resbalan por su cara enrojecida. Levanta la mano. La coloca en la mejilla de él. La mano de Nene esta helada.
-Yo quería casarme contigo -susurra ella con la voz ligeramente distorsionada. En trance.
-¡Aún podemos! -Amane traga fuerte- Yashiro cásate conmigo...
-Ya no puedo.... No podemos -él llora.
Las lágrimas de Amane escurren de su barbilla y caen en la cara de Yashiro. La mano fría acaricia una mejilla cálida.
-No podemos... yo quería casarme contigo... ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué lo olvidaste?
-¿Qué fue lo que hice?
Ella calla. Sus ojos opacos ya no lloran más. La mano se suelta, pérdida de fuerza, cae entre las sabanas. Amane la toma, la coloca en sus labios temblorosos. La besa. Está llorando mucho, ¿Por qué? ¿Por qué llora?
Silencio. Ella lo mira.
-Podría escuchar cien veces tus historias de las estrellas...
Ella le coge las manos y las apoya en su propia cara, las besa. Sonríe.
-Cuéntame-pide dulcemente.
Y Amane le cuenta, con los ojos fijos sólo en ella, la pequeña Yashiro Nene. Cuenta para ella una historia de la inmensidad del universo.
-Te aburro.
-No.
-Si nos casáramos, tendríamos hijos. Responsabilidades. Mi vida sería más plena, no desearía nada más en mi propia existencia. Si fueras mi esposa siempre estaría ansioso por volver a casa.
-No.
-¿No vas a casarte conmigo?
-No -dice en un sollozo- Contigo no. Nunca contigo. Con nadie. Nunca podré casarme con nadie.
Ella llora de nuevo entre sus manos. Amane llora de verla llorar.
-¡Si no hubieras...! -el grito se ahoga en un lamento. Él no contesta. La mira- Tal vez fuera lo mismo, no podré saberlo nunca.
-Acércate a mí.
Ella lo hace, se acuesta en su pecho desnudo, toca su frente.
-Tienes fiebre -dice Yashiro.
Con sus manos, él despeja de los mechones crema el rostro de Nene, para verlo entero.
-Me habría gustado que nos casáramos. Que fuéramos amantes casados.
-Para hacernos daño -Ella ya no sonríe.
-Si, por eso, para hacernos daño lo más posible. Y luego volver -la voz le sale amarga, Amane cree que eso habría sido la felicidad.
Silencio. Ella pierde su mirada. Amane cierra los ojos, acaricia su cabello. Ella se aparta temblorosa. Yashiro cierra los ojos, su piel se ve pálida enfermiza. Amane vuelve a percibir ese olor dulzón, el olor de la muerte. Se acerca a ella.
-¿Tienes miedo? ¿De qué tienes miedo?
Ella le mira con fuerza, hay un doloroso reclamo en su mirada.
-Tengo miedo de ti Yugi Amane.
------------------------------------------------------
-Mi dulce Nene -Amane acaricia la cabeza de la chica- pequeña, ¿Qué estás haciendo conmigo?
Están acostados en el jardín. Ella está desnuda. Tiembla por el roce de sus dedos.
-Espera... -dice enloquecido de deseo, inmóvil, dice bajito -Todavía... espera...
Ella se convierte en su objeto, solo para él secretamente prostituida. Ya sin nombre. Entregada como una cosa, una cosa que solo puede poseer él. Tomada, hecha suya, utilizada. Penetrada. Un mero objeto de pronto desconocido, una chica sin otra identidad que la de pertenecerle a él, de ser su bien, para él solo. Sin palabras para nombrarlo, fundida en él, diluida en una generalidad también naciente.
Están acostados entre la hierba. Su piel tersa, esta manchada con barro. Su cabello crema, revuelto, enredado. Lleno de hojas.
Él cielo ya tiende al azul de la noche, se le puede mirar sin quemarse los ojos.
Al borde de la tierra, el sol está al borde de la muerte..
Igual que su cordura.
ESTÁS LEYENDO
Momentos Felices
Fanfiction"Nunca volvamos a pelear" Ese es el diálogo que dará inicio a nuestra dulcemente retorcida historia. Donde las emociones embriagantes se arremolinan, un amor tan profundo que nubla cualquier rastro de razón. Este es el deseo de un alma rota. El son...