Décima Parte.
Razón 4: Donde nadie te llama.
Camino a paso lento por el patio, de vez en cuando doy algun giro, cierro mis ojos y contengo la respiración, imaginando que estar aquí no es tan malo como parece.
Al abrir mis ojos, veo a Macarena, escondiendo las manos en sus bolsillos mientras camina lo más rápido que puede.
La veo irse, acelero el paso y voy tras ella.
La visualizo entrando a su celda. Me recuesto en una de las paredes,—la más alejada que encuentro—y espero a que salga.
Macarena larga un suspiro aliviada, ignora la presencia de las demás internas y continua su camino.
Corro a su celda, la curiosidad me carcome por dentro.
Todo está igual...
O no todo.
En una de las repisas, hay un libro, el cual, tiene el papel amarillo que lo envuelve un poco doblado. Me acerco a este y retiro el papelillo.
De ahí, caen enrrollados algunos billetes. 2.500 euros, para ser precisos.
La voz de Anabel retumba por mi cabeza en ese instante.
24 puñeteras horas... Joder.
Volteo a la entrada de la celda. Al confirmar que no hay nadie, tomo 2.000 euros y dejo los otros 500 en su sitio. Me sudan y a su vez, me tiemblan las manos.
Dejo el libro donde estaba y al girar, choco con alguien.
—¡Mierda! —Me quejo. Ella me mira divertida.
—No te tomaba por ladrona —Dice, viendo atentamente mi mano con los billetes en ella. La escondo en mi bolsillo lo más rápido que puedo.
—¿No dicen que en la cárcel hay que sobrevivir? Pues eso hago, sobrevivo.
Diciendo esto paso de largo, chocando mi hombro con el suyo. Su voz me frena.
—¡Eh!, ¡Alto ahí! —La mora se gira, sonrie y me toma por la muñeca.
Intento safarme de su agarre, pero ella es más fuerte que yo. Abre mi mano y me quita el dinero.
Rie estruendosamente mientras lo observa, intento ocultar el rojo de mis mejillas mientras la veo burlarse.
—Damelo—Ordeno, extendiendo mi mano.
La mujer de cabello azabache niega con la cabeza. Gira y va de camino a colocar el dinero en su lugar.
—¿Y a ti desde cuando te importa lo que le suceda a Macarena? —Pregunto sin más—Digo, te ves muy intetesada en cuidar de sus pertenencias.
Zulema suspira agotada. Da media vuelta y se acerca a mí, se esta haciendo común el olvidar la definición de Espacio personal.
—No me importa lo que le suceda a Macarena—Suelta, mirandome directo a los ojos—Sólo me preocupo por tu pellejo.
Esta vez, soy yo la que suelta una carcajada.
—No necesitas robarle a la rubia para estar a salvo, te dije que Anabel no te haría nada, y soy una mujer de palabra.
Diciendo esto ultimo, camina hasta la entrada de la celda. A paso lento, sin prisa.
—Zulema—La llamo, la mora no se da la vuelta, solo frena su caminar—Razón número 4: Te metes donde nadie te llama.
Y escuchando su risa, la veo irse.
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12 Razones Para Odiar a Zulema Zahir.
Fanfiction[Fanfic Vis a Vis, no es una historia para tirarle hate a la serie o al personaje]. "Dame 12 días y te daré 12 razones por las cuales te odio". Melissa Rubio, la nueva interna de Cruz del Sur, será la afortunada ganadora de ser el nuevo blanco del e...