Carta No. 8

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Estúpido Narciso:

Nuestra relación es amor-odio, al menos de mi parte, te detesto, pero a la vez te tengo cariño, has sido bueno conmigo, pero también un dolor en el culo. Que ella tenga gestos lindos contigo me hace enfurecer, no la mereces, ni un poco, y es una estúpida por no darse cuenta. 

Cualquiera diría que son celos, sí, la celo, porque ella vale mucho más de lo que piensa aunque mi relación con ella es también amor-odio, pero es mi madre, ¿qué puedo decir?, no la quiero para cualquiera, eres un maldito mujeriego y no son pareja, pero ella te cuida como sí lo fueran, y nunca parece que realmente te importe. 

No has hecho en sí nada productivo con tu maldita vida, psicoanalizas a las personas y no te das cuenta que el más jodido de todos eres tú, yo no soy perfecta, soy una mierda, pero al menos lo admito, tú eres una mierda que se las da de cagada divina, eso me desespera y que me compares contigo más. 

Yo jamás dejaría que las personas que quiero sufran pensando que no las valoro, yo les daría su lugar de importancia en mi vida, soy una jodida orgullosa, pero sé tragarme ese maldito orgullo y luchar por quiénes amo, cosa que tú no conoces, o creo que sepas. 

Ella ha llorado por ti, ha sufrido y aún así sigue contigo, me da rabia, y no puedo evitar que cada vez que ella hace algo por ti, que se preocupa por ti, que aunque no haya maldito dinero gasta en ti, que va a verte, me dan unas ganas increíbles de golpearte, de ahorcarte, porque cuando algo malo pasa, cuando una de tus compañeras de cama insinúa algo en contra de ella, les crees, maldito prostituto. 

Eso te vuelve un jodido imbécil, ¿cómo vas a creer antes en una estúpida necesitada que se traga tus mentiras a la persona que a pesar de cuánto puto daño le haces está ahí para ti?, y hasta ahora me doy cuenta de lo mucho que te odio, de que te he odio cada vez más y que cuando te sonrío no puedo evitar sentir que me apuñalo a mí misma porque demonios, quisiera gritarte toda esta mierda en tu puta cara. 

No es mi jodido problema, lo sé, ella es quién decide, lo sé, pero es mi madre, imbécil, y aunque la deteste la mayoría del tiempo, sigue siéndolo y la protegeré de cualquier cosa, excepto tal vez de mí, aunque crea que es una idiota que no se da cuenta que lo que da no lo está recibiendo de vuelta, lo sabe, se ciega, eso me cabrea más, porque tú también sabes que no la mereces, que no le convienes, pero eres tan malditamente egoísta para no dejarla ir. 

Y todavía dices que no necesitas a nadie, puto mentiroso. Creo que ya me voy excedí con mis palabras, espero se te caiga el pene, puto prostituto. 

Atte. Katy

Las Cartas que jamás escribí... ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora