Carta No. 11

8 0 0
                                    

Hermana:

No te esperaba cuando llegaste a este mundo, sin embargo, te convertiste en una de mis personas favoritas, te adoro como no tienes una idea.

Pero de un tiempo para acá, tu trato hacia mí es frío, como sí no me quisieras cerca de ti y ni siquiera sé que hice mal.

Me parte el corazón, porque de repente, siento que no pertenezco a esta familia, que nadie en ella me quiere, que a nadie le importo.

Busco tu consejo, me miras como sí fuera algo desagradable. Intento bromear contigo, esa mirada de nuevo. Platico contigo, te centras en tu celular.

Ante solíamos ser tan unidas, no había cosa que no nos contáramos, o al menos contábamos todo lo que considerábamos justo. Ahora somos dos extrañas que comparten rasgos, dos desconocidas que comparten familia y casa.

¿En qué momento nos alejamos tanto?, juro que intenté mantenernos juntas, de cuidarte lo más que podía aunque eso me hiriera en el proceso. Solía ser tu ídolo, ahora cualquier cosa que te digo te parece fastidiosa, todo lo relacionado conmigo es tedioso para ti.

¿Qué hice mal?, ¿te fallé?, porque si lo hice, te juro que no fue mi intención, ¿te decepcioné?, lo lamento sí fue así.

Estoy rota, hermana, mi alma está teñida de la suciedad de este mundo, mi corazón tiene tantas heridas que me sorprende que siga latiendo y mi mente es tan retorcida, que te asustaría saber lo que pienso.

Pero siempre intento ser lo mejor posible contigo, ser una buena hermana, ser comprensiva, ser aquella persona en la que confías.

Es una mierda, ¿sabes?, te esfuerzas tanto por una persona, entregas tanto, y al final, no importa, porque la pierdes de todos modos.

Te amo, hermana, pero me amo más, y sí para ti, no es suficiente todo lo que hago por ti, todo lo que sacrifico por ti, te tendré que decir adiós, aunque me duela y me parta el alma, porque duele más tu rechazo e indiferencia.


Atte. Katy

Las Cartas que jamás escribí... ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora