◜jungmo◝
Estaba seguro de que los problemas lo perseguían.
Es decir, no había forma en el mundo que él quisiera buscarlos cuando solo quería un poco de diversión en su vida. Y tal vez tendría una diversión decente si se hubiera rodeado de personas que le beneficiaran en cualquier sentido positivo, pero no lo hacía. Todo lo contrario, parecía que había encontrado el peor grupo de amigos universitarios que pudo encontrar para su primer año.
—No creo que esta sea una buena idea —comentó uno del grupo, iba detrás de todo y solo Jungmo se giró a verlo. —Creo que yo no iré esta vez.
Se habían saltado algunas horas de clase para ir por comida, o eso se suponía, pero cuando sus amigos empezaron a beber las cosas se salieron muchísimo de control, al grado de que tuvieron que pedirles que se retiraran del lugar antes de que los sacaran a patadas. Y ahora Jungmo estaba ahí, vagando a las once de la noche con cinco universitarios ebrios, con un examen importante mañana a primera hora para el cual no estudió y con una parte de su conciencia encarnada en el chico que no quería seguir con ellos.
—Vamos, no seas aburrido, ¡la noche recién comienza! Hay un bar por... ¿por dónde estaba? ¡Bah, no importa! Sabremos llegar. —comentó riendo Eunji, en su voz se notaba que ya estaba más que afectada por el alcohol—. No seas aguafiestas, Jihoon, lo estamos pasando bien.
Para este momento todos se habían detenido dispersos a lo largo de la acera, Eunji se recargaba ligeramente en la pared mientras soltaba argumentos incoherentes para que Jihoon continuara la fiesta con ellos. No era sorpresa la insistencia de la chica, nunca negaba que quería al chico en todos lados a donde fuera. Los demás solo se detuvieron para reír y aparentar estar en su mejor estado cuando las personas pasaban a sus lados, y Jungmo percibía esas miradas de reproche. Le recordaban a su madre, y él no quería pensar por eso en el momento.
—Llegué a mi límite por hoy —repitió Jihoon suspirando—. A penas es martes, ¿en serio vamos a hacer esto? ¿De nuevo?
—Hey, nadie te ha obligado —refutó uno de los amigos de Eunji acercándose—. Se trata de pasarlo bien, de divertirnos un momento, ¿no lo vale?
La discusión siguió unos cuantos minutos en los que Jungmo no tomaba bando alguno, pero cuando Jihoon dijo que se retiraría, no dudó en tomar su lado, diciendo que tenía cosas que hacer. Ninguno lo cuestionó, razonando que Jungmo saldría con ellos en cualquier momento, a diferencia de Jihoon. Ambos chicos se quedaron en la acera unos minutos más, sin saber qué decir o si debían partir por caminos separados.
—¿Quieres ir por algo para cenar? —preguntó Jihoon sin mirarlo—. Necesito que se me pase el efecto del alcohol antes de llegar a casa... ¿Vienes?
Jungmo no estaba mejor que él, pensó que sería agradable hacer lo mismo que el chico a su lado y tal vez no matar de un disgusto a sus padres por verlo llegar ebrio una vez más, al menos por esa noche. Asintió y se dejó guiar por Jihoon, quien aseguró conocer un lugar en el distrito que vendía hamburguesas hasta tarde, y en un silencio algo incómodo comenzaron a andar por las calles, pues el mayor prefería recibir un poco de aire fresco y Jungmo se adaptaba a todo.
Por un momento, se preguntó por qué había tomado el lado de Jihoon cuando no eran tan cercanos para eso, o para que le importara que no saliera con los demás, pero cuando se encontraron sentados en una mesa del restaurante, se dieron cuenta que tal vez había cosas que tenían en común. El pelinegro sentado frente a Jungmo era distinto a los demás en el grupo, mientras todos ellos se preocupaban solo por pasarla bien a su manera, que era embriagándose hasta no poder más, Jihoon se divertía acompañándolos de vez en cuando y por la convivencia, que si bien no era la mejor cuando se ponían tan pesados, servía para matar el tiempo.
Jihoon no era un chico de muchos amigos en el primer semestre de universidad y fue Eunji quien se había fijado en ello, así que le pidió a Jungmo que lo invitara un día con ellos a una fiesta, pues él se sentaba a su lado en una clase compartida de economía, y este había aceptado sin mucho problema. Desde entonces estaba alrededor de todos ellos, y se debía a que Eunji estaba interesada en él de una forma que impresionaba a Jungmo, pero no decía al respecto.
—¿Por qué aceptaste salir con nosotros? —preguntó Jungmo a mitad de la cena, sintiéndose un poco más consciente para irse a casa dentro de poco.
—Creo que lo han notado: no tengo amigos —respondió el pelinegro—. ¿Tú por qué sales con ellos? ¿Para pasarla bien?
Para pasarla bien. Siempre repetían esa frase cuando salían, pero nunca había entendido que significaba aquello claramente, ¿cómo era que la pasaban bien? Si pudiera recordar algo de sus salidas en grupo, serían las risas escandalosas de todos, pero eran pocas las veces que esas carcajadas se debían a bromas o a algo que se pudiera catalogar por gracioso, la mayoría del tiempo era porque el alcohol los ponía así, risueños por todo, por nada, por cosas que no recordaba bien. No tenía en mente muchos recuerdos significativos en el año que llevaba con su grupo de amigos, pero nunca lo había reflexionado tanto.
—Vamos a decir que sí es por eso—respondió con una sonrisa Jungmo, dejando a la mitad su malteada de fresa—. Supongo que... son agradables...
El otro no era tonto, Jungmo sabía que había estado muy pendiente de cada uno de ellos, y siendo el que menos bebía cuando salían, estaba claro que sabía muchas cosas.
—Eunji... Ella es la razón, ¿no? —cuestionó, sin darle tiempo a responder—. No quiero sonar entrometido, Jungmo, pero me agradas, por eso te aconsejo que pares con eso.
—N-no hay nada que parar, realmente. ¡Y mira la hora, yo me tengo que ir y...!
Todo pasó más rápido de lo que pudo procesar. Una camarera pasaba de recoger las malteadas sobrantes de la mesa de atrás, y la velocidad por la que se levantó Jungmo no le dio una advertencia a la chica para evitar el impacto. En unos segundos, ambos estaban cubiertos de malteada.
—Genial, simplemente genial —murmuró la chica gruñendo.
—¡Lo siento mucho, en serio! No era mi intención... Ya me iba...
La mirada de la chica lo intimidó lo suficiente para dejar rápidamente su pago por la comida, y una propina extra, y para retirarse con un poco de vergüenza a penas despidiéndose de Jihoon, quien solo observaba en silencio desde su asiento. Cuando el viento dio en su cara al salir, reaccionó un poco mejor, reconociendo el lugar y atinando a que estaba cerca de su pequeño refugio.
Al menos había alguien con quien podía contar para salir de problemas menores.
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Vagón 9「Cravity」
FanficCuando se conocieron, realmente no esperaban que sus vidas se conectaran tanto entre sí, ni tampoco que terminarían haciendo de una estación abandonada algo así como su hogar. CRAVITY AU¡! @-xoney 2020