23.

9.4K 849 227
                                    

Kurama le dio todas las indicaciones al Uchiha mientras el rubio dormía, había empeorado gravemente en las últimas horas y el zorro le confesó claramente que no les quedaba mucho tiempo.

— No me queda chakra, es probable que Naruto esté inconsciente todo el día —Sasuke escuchó le escuchó atentamente dentro de la conciencia de su esposo teniendo a la bestia frente suyo— Mas te vale conseguir las partículas polares.

— Lo haré, volveré lo más pronto posible —aseguró saliendo de aquel lugar y observó a Naruto en la cama— No sufras más, me haré responsable de todo.

Dejó un casto beso en su frente y salió de su habitación encontrándose a sus hijos con semblantes decaídos.
Solo Boruto y Sarada estaban al tanto de la situación, sintiéndose impotentes al no poder ayudar como quisieran.

— Yo podría ir contigo, también poseo el rinnegan —sugirió Boruto con su atuendo de ninja.

— No lo dominas y con lo que Kurama me dijo: es un lugar inhóspito y hostil. Es mejor que se queden con su padre y le cuiden —se agachó hasta quedar a la altura de sus hijos menores— Estaré de vuelta pronto, se los aseguro.

Los menores abrazaron a Sasuke, el tono de voz que ocupaba no era el usual y eso les daba una extraña sensación en la espina dorsal.

— Si le sobo la pancita a papá, ¿se mejorará? —preguntó con inocencia la pequeña Himawari, sus ojitos estaban humedecidos.

— De seguro, cariño —acarició su mejilla— ¿Por qué no vas y lo intentas?

— Sí —corrió en dirección a la habitación.

— Cuento con ustedes, Shikamaru es el único que puede venir. Nadie más, la aldea no se puede enterar

— ¿Tiene oportunidad? —la rota voz de Sarada le hicieron suspirar cansado, debía mantenerse decidido.

— Confién en mi.

Activando el rinnegan, abrió un portal para dirigirse a otra dimensión.
Los dos hermanos al quedarse solos entraron a la habitación de sus padres y casi sueltan un sollozo al ver el rápido empeoramiento de salud de Naruto.

Habían diversos pañuelos con sangre en el piso, la piel del rubio era pálida y unas oscuras ojeras adornaban su rostro.

Himawari en su total inocencia cantaba una suave melodia en lo que sobaba el estómago de su padre.

— Hima, ¿qué tal si me ayudas a preparar un ungüento para papá? —sugirió Sarada con un nudo en la garganta acercándose a la cama y tomar en brazos a la menor.

Cuando Boruto quedó solo en el segundo piso, se dirigió al mueble más cercano a la ventana donde se encontraban diversas fotografías de su familia a lo largo de los años. Solo una hizo que descendieran lágrimas por sus mejillas.

Naruto tenía 22 años en aquella foto, salía con una sudadera naranja cargando con una gran sonrisa a Boruto que apenas iba a cumplir 2 años. Aquella expresión de amor y orgullo calaron el corazón del pequeño rubio.

Pasó mucho tiempo fastidiando a su padre, alejándose y decir que desapareciera de su vida cuando en realidad estaba colgando de un hilo.

Se pasó la mayor parte del día en el aquel cuarto, no sentía hambre y rechazó rotundamente la comida que preparó Sarada.

Naruto permaneció inconsciente durante 4 días, y cuando pudo despertar solo logró toser con mucho dolor sangre, agarrándose el pecho con brusquedad.
Los achaques fueron más fuertes que las veces anteriores y los adolescentes tuvieron que acudir a su auxilio y darle parte de sus chakra.

— Chicos, no... —logró decir con voz ronca, su garganta ardía.

Estarás bien, papá Sasuke volverá —se convenció a si misma Sarada mientras limpiaba la boca de su padre y seguir con su mano.

— Sasuke... ¿realmente fue-ttebayo? —miró a Boruto con la mirada apagada.

— Sí —afirmó— Nosotros te cuidaremos en su ausencia, no tienes que preocuparte por nada. Tío Shikamaru se está encargado de todo.

— Ya veo —suspiró cansino, le dolía a horrores el pecho y sentía que no podía moverse— Sarada, hija, ¿puedes salir un momento?, necesito hablar con tu hermano...

— Claro —recogió los papales sucios y salió cabizbaja de la habitación.

Boruto tomó asiento a la orilla de la cama y miró a su padre con lágrimas en sus ojos.

— Desde que supe que venías al mundo, quería darte todo lo que yo nunca tuve. Estar ahí cuando te sintieras triste, hacete saber que no estabas solo y que tu padre siempre iba a estar para ti-ttebayo, siento que fallé, Boruto.

— No es así, no quiero que creas eso-ttebasa —tomó su mano artificial— Eres todo lo que dices y más, jamás nos has fallado porque todo lo haces por nuestro bienestar —mordió su labio con dolor— Yo fui el que te desprecio sin sentido. Fui tan inmaduro al querer tener toda tu atención en mi cuando tienes la responsabilidad de proteger a la aldea-ttebasa, por favor, perdoname, papá.

— Boruto —le llamó con una sonrisa cansada, al rubio se le revivió el estómago— Eres mi más grande orgullo junto a Sarada y Himawari. Con su padre me hacen sentir completo, no sabes la felicidad que hay en mi pecho cuando los veo-ttebayo. Son mi sueño hecho realidad, mi razón de existir —Boruto acercó la mano de su padre a su mejilla y derramó gruesas lágrimas— Siempre los voy a amar... siempre.

Cuando su voz se apagó y sus ojos se cerraron, Boruto tembló en angustia.

— También te amaré toda la vida.

Rompió en llanto desgarrador aferrándose al cuerpo inerte de Naruto y odió a Sasuke por no llegar a tiempo.

Stay Away - NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora