Capítulo II: La Llamada

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“Andrea Martínez, hija de la reconocida mujer negocios Gloria Martínez ha fallecido" “Andrea Martínez sufrió un desastroso accidente automovilístico el día de ayer por la noche manejando a más de 200km/h", “Andrea Martínez, ¿accidente automovilístico o suicidio? La famosa incógnita que todos nos estamos haciendo”, “Rumores apuntan de que Andrea había tenido una gran discusión con su familia, hecho que hizo que atentara contra su vida". Esas y muchas otras noticias más eran los titulares de los noticieros más famosos de cada país en todo el mundo. Era una mañana fría y nublada del verano de 2012, las gemelas estaban totalmente arrepentidas, por el trato tan injusto que le habían hecho a su hermana, lloraron sin parar durante toda la madrugada, nadie había dormido desde hace más de 24 horas.

Gloria estaba fijamente mirando en el ventanal, estaba temblando, ella había sido la culpable de que su hija cometiera su propia muerte, recuerdos felices de ella con su hija Andrea, de pequeña, invadían su mente y no podía dejar de reproducir y revivir esos buenos momentos en su subconsciente, a pesar de que la triste realidad era otra. Gloria estaba totalmente destrozada, había roto la promesa que le había hecho a ser su amado, de proteger a sus hijas hasta su muerte, y tristemente había fallado. Por más que le doliera a Gloria, debía que ser fuerte, su hija había muerto, y no podía hacer nada al respecto.

Había sido informada de que Andrea había chocado directamente con un tronco grande de arbol que había caído por la carretera, que hizo que se estrellara a tal punto de que había impactado directamente con las ventanas de su vehículo, y llegar a tener clavado miles de vidrios rotos en la cabeza. Sin duda alguna, era una escena auténtica de terror, esas de las que te imaginas que solamente en las películas suceden, pero tristemente ese no era el caso. A pesar de que era un hecho de que Andrea había fallecido, Gloria debía que dirigirse hacia el centro médico florence para determinar si el cuerpo hallado era de su hija o no. No se sentía para nada segura, no quería ver por nada del mundo la cara destrozada de su hija, pero debía que enfrentar su temor, por lo que Gloria salió de la residencia y se dirigió al centro médico.

Mientras iba en su coche, no dejaba de preguntarse: “¿Por qué?, ¿Por qué a ella?, ¿Por qué no me llevaste a mi, universo?”, Gloria se sentía como un auténtico monstruo de los hacen sufrir a las personas inocentes, esas personas de las que buscan defenderse y huir del monstruo, pero que, desafortunadamente, el monstruo los atrapa, y su vida llega hasta su fin. Todo era culpa suya, por su egoísmo, por su miedo extremo a que Andrea llegara a tener el mismo desenlace fatal que su padre, pero ese miedo y ese egoísmo fue el que acabo con la única esperanza de poder vivir su vida a su manera.

Gloria llegó al centro médico, habían cientos de cientos de paparazzis esperando a su llegada para hacerle todo tipo de preguntas, muchas de las cuales eran ataques directos hacia ella, por ser la culpable (según los rumores) de su muerte. No obstante, Gloria se mostró firme, como si no tuviera sentimientos, estaba desconsolada por dentro, pero no iba a permitir que las personas la perjudicaran en estos momentos donde estaba muy, muy mal. Inmediatamente, un hombre de 50 años, de tamaño mediano y algo gordito le atendió, ese era el doctor Emiliano Morales, que le dirigió al lugar donde se encontraba el cuerpo fallecido de su hija. Gloria respiró y exhaló de manera consecutiva, no podía ser que este momento había llegado, todo había pasado tan rápido... Tomó valor, y mientras había lentamente la puerta, entró a la habitación.

El doctor le había dejado un tiempo a solas para que se tomara el tiempo de poder asimilarlo, por lo cual Gloria se había quedado completamente sola, con su hija ya fallecida. El cuerpo de Andrea estaba cubierto, así que lentamente Gloria fue quitando el mantel que cubría a su hija, hasta que llegó a ver su cara, estaba totalmente deformada, como si fuera harina, le habían extraído todos los vidrios que se encontraban en su cara, pero su cara había quedado totalmente destrozada.

Los ojos de Gloria inmediatamente fueron invadidos de agua, estaba dejando caer sus lágrimas sobre el cuerpo de su hija, no podía creer lo que estaba pasando, y en silencio solamente abrazó su cabeza, como una forma de arrepentimiento a lo que le había hecho, todo esto no hubiera sucedido si Gloria hubiera cambiado su forma de ser con su hija, y dejarla ser libre.

Mientras lloraba, con su hija muerta en sus brazos, notó algo que inmediatamente cambio su ánimo tan negativo que lo rodeaba, y entró en un estado de confusión. El tatuaje en el brazo izquierdo de Andrea, no estaba... ¿Qué estaba ocurriendo?, Gloria estaba pensativa, desesperada, no podía entender qué había ocurrido con el tatuaje de su hija, si estaba más que claro que su hija era la que estaba abrazando. De repente, sonó un teléfono en la habitación donde se encontraba ella y su hija, era del doctor Morales, Gloria se acercó al teléfono, marcaba que era de un número privado. En ese momento, Gloria contestó el teléfono por impulso, ni ella sabía por qué había contestado el teléfono, estaba temblando de los nervios, todo esto del asunto del tatuaje era muy sospechoso, y Andrea no había sufrido heridas en esa zona del cuerpo como para que desapareciera. Gloria estaba a punto de decir una palabra, pero antes, la persona que estaba en la llamada, expresó lo siguiente:

~ ¡Vaya! Hasta que te atreves que contestarme, tío. Llevo marcándote sin parar desde hace horas, necesitamos de tu ayuda, viajamos desde Argentina hasta Paraguay en el lugar que acordamos, ya tengo atada a nuestra invitada especial, para que no pudiera escapar, no puedo hacer todo esto yo solo, debes que venir a ayudarme lo más antes posible, esa hija de la gran puta me partió mi cara, tengo la mitad de la cara lastimada, yo...

Al fondo, se escucha una voz femenina que interrumpe a esa persona desconocida, y dice:

~ POR FAVOR, ¡ALGUIEN QUE ME AYUDÉ!

~ TE DIJE QUE TE CONVENÍA MANTENER LA BOCA CERRADA, ANDREA.

El desconocido procedió a debilitar a esa mujer, que se encontraba atada, para que mantuviera la boca callada y evitar que lo descubrieran.

Gloria había colgado la llamada, no podía creer lo que había escuchado sus oídos, estaba paralizada, su hija Andrea, estaba viva después de todo, y estaba sufriendo a más no poder. Gloria debía que actúar rápido, el cuerpo al cual había estado abrazando no era su hija, no era más ni menos que un método de distracción el cual todo el mundo había caído... Gloria escuchó unos pasos que venían del pasillo, era el desgraciado del doctor Morales, una de las personas que al parecer está metida en todo este plan, Gloria sin dudarlo cogió el teléfono de Morales y volvió a dodne estaba, con el cuerpo de su supuesta hija, llorándole sin parar. El doctor Morales inmediatamente fue a consolar a Gloria, en donde Gloria le daba el “sí" definitivo, que declaraba a su hija como muerta, y el doctor proseguió a que la sra. Martínez se retirase de la habitación, para preparar todo y entregarle el cuerpo a la respectiva familia.

La Última DespedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora