Capítulo I: El Paraíso

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Verano 2012 en Buenos Aires, Argentina, era el momento perfecto para salir de vacaciones a la playa y darse un bronceado de última moda, pero claro estaba que Gloria Martínez, famosa empresaria destacada, no iba a permitir que ella y su familia se mezclara con gente cualquiera de clase baja o media, y darse un chapuzón con decenas de personas dentro del agua al mismo tiempo. Tenía todo preparado para estar 1 mes entero en las aguas cristalinas de la República Dominicana, y claro estaba que sería el paraíso de Punta Cana. Había rentado una casa de campo con salida al mar para que ella y sus hijas pudieran disfrutar y despejarse cada una de todas sus jornadas de trabajo. Sus hijas Alinson y Amaya estaban ansiosas por darse un chapuzón en esas aguas tan frescas que rodeaba a la isla, pero Andrea solo pensaba en su próximo viaje a Kenia, en África.

Junto a su fundación “Amor sin Fronteras" planeaban hacerles un gran almuerzo alrededor de 1,000 niños, niñas y jóvenes kenianos, darles algunas lecciones de matemáticas, enseñarles lenguas extranjeras y de paso, donar 50,000 dólares al gobierno para contribuir en su buena causa... Andrea deseaba poder haber donado más, pero apenas y su madre le ayudaba económicamente con su pequeña fundación, y sola no podía recaudar todo el dinero suficiente para ello, por lo cual la fundación era legítimamente de su madre, y ella era la que decidía si invertía dinero o no.

La noche antes de la partida al país caribeño, las gemelas Alinson y Amaya estaban organizando sus maletas, mientras comentaban de forma desagradable sobre otras celebridades sin “talento" alguno, riéndose a carcajadas que se podían escuchar por casi toda la casa. Mientras que, Gloria estaba pasando por el pasillo dirigiéndose hacia su habitación, hasta que notó a Andrea angustiada en su habitación, entró a la habitación sin permiso y exclamó:

~ Andrea, ¿otra vez con tu pesimismo?, vamos que hasta a mi me dan ganas de cancelar todo esto solo por tu actitud.- exclamó con molestía

~ ¿Ni siquiera me vas a preguntar por qué estoy así, mamá?.

~ Ya tienes de por sí asegurado tu viaje a ese país lleno de imbéciles, ¿Qué más quieres?

~ Exactamente por eso es que no quiero ir a tu viaje, ese país “lleno de imbéciles" necesita de nuestra ayuda, son personas como noso...

Gloria interrumpe a su hija antes de continuar.

~ Escúchame bien lo que te voy a decir Andrea, tú eres una Martínez, tú eres muchísimo mejor que todas esos infelices sin talento alguno, y no es tu obligación “ayudar" a medio continente africano, ellos nacieron como lo que son, unos pobres muertos de hambre que sólo buscan dinero de parte nuestra, así que vas quitando tu cara de amargada porque por la mañana salimos. Te quiero a primera hora sin ningún berrinche, sin nada de “peros”, que te quede claro quién eres.

Gloria se larga a su habitación, dejando a Andrea sin más nada que decir, toda desconsolada e inconforme con las decisiones que ha hecho su familia. Por otro lado, sus hermanas Alinson y Amaya se habían dado cuenta de la situación, y no hicieron más que críticar el comportamiento tan grotesco de su hermana.

Al menos, Andrea tenía a alguien que la quería y amaba en esto mundo, a pesar de haberlo conocido apenas hace poco tiempo, ese era su pareja, Tomás Gútierrez, que había conocido en el aeropuerto, trabajando como limpiador, donde justamente Andrea esperaba por por un viaje hacia Guinea Ecuatorial.
Tomás había visto a Andrea sola, esperando en una mesa del comedor, donde se veía algo impaciente por su vuelo, que no iba a llegar sino hasta 2 horas después. Tomás aprovechó que estaba a minutos de terminar su turno, e inmediatamente la saludó y se sentó al lado de ella, para que tuviera un poco de compañia. Según declara Andrea, se la pasaron hablando por tanto tiempo que hasta casi se le olvidaba su vuelo, y es que estaba a punto de irse, pero le había encantando tanto hablar con Tomás, era gentil, respetuoso, gracioso y lo más importante para ella, es que la hacía sentir muy relajada y cómoda, apartada de todo el estrés por parte de su familia, y sin duda alguna quería conocer mucho más a Tomás, así que se pasaron sus respectivos números para poder volver a reencontrarse, y el resto es historia, pero siempre le llamó la atención que jamás hablara de su familia, solamente sabía que su familia había fallecido, y que no le quedaba nadie cercano a su lado, pero Andrea no le importaron esos detalles, y solamente buscaba el amor y comprensión por parte de él.

Era una relación a distancia, por lo cual eran pocas las veces que se encontraban en persona, menos de 5 de hecho, pero eso no hacía de menos el gran amor que Andrea tenía. Andrea, en su disgusto por la reciente actitud de su madre, llamó a su pareja llorando, y le contó todo lo sucedido:

~ Nunca voy a poder entender porque mi familia me reprime tanto por simplemente ser lo que soy, Tomás, no sé que hacer, no sé quién debo que ser para poder agradarle a mi familia, si yo lo único que he querido es ser una buena persona.

~ Andrea, algunas veces las personas no pueden ver a simple vista las cosas tan maravillosas que tienen a su lado, porque prefieren seguir recto por su camino y no mirar a sus alrededores, y ese es tu caso. Será muy, pero muy tarde, pero tu familia un día se dará cuenta del gran ser humano que tienen a su lado.

Andrea suspira de forma relajada, y le responde:

~ Enserio que no sé que haría sin tí, me siento atrapada en un laberinto donde no sé a donde dirigirme para poder salir, pero ahí estás tú, esperándome en la salida con mucho amor que darme.

Las gemelas se dieron cuenta de que Andrea estaba hablando, y les dio curiosidad saber quién era, ya que ella no tenía “vida social” y ya había organizado todo para ese dichoso viaje a Kenia. Amaya trató de abrir lentamente la puerta de Andrea, pero se escuchó su puerta rechinar, y Andrea inmediatamente tuvo que colgar y fingir que simplemente estaba leyendo un libro: “Debo que colgarte, nos vemos, te amo.”

Las gemelas entraron a la habitación, y sólo vieron a Andrea en su sofá leyendo un libro. Las gemelas confundidas expresaron:

~ ¿Con quién estabas hablando?

~ ¿Acaso saben tocar la puerta? – se expresó Andrea, de forma incómoda.

~ Esa no es nuestra pregunta, respóndenos ¿con quién hablabas?. – dijo Alinson.

~ Ahora resulta que tanto les intereso... ¿Que no ven que estoy leyendo? – expresó Andrea de forma sarcástica.

~ Si , claro, leyendo... – dijo Amaya de forma irónica e insegura

~ Recuerda que nuestro viaje sale a las 9:30am, desde que nuestro jet privado está averiado no nos queda más que otra que irnos en un avión lleno de gente muerta de hambre. – expresó Alinson

~ Tanto te quejas, y se te olvida que esa gente “muerta de hambre" se gana la vida como puede, además, aprecia que por lo menos podemos ir en clase.

~ Típico en tí, siempre defendiendo a esa gente cualquiera sin aspiraciones. Como sea, queremos que estés lista antes de las 8:30am, asegúrate de estar al tanto de todo, hasta luego. – expresó Amaya de forma autoritaria.

Acto seguido, las gemelas salieron de la habitación, para ducharse y posteriormente irse a dormir. Ellas no eran tontas, y sabían que ella ocultaba algo, pero querían estar a tiempo para el gran día, y no podían pasársela toda la noche escuchando las quejas tan ridículas de su hermana una y otra vez.

Andrea estaba preocupada, las entrometidas de sus hermanas casi descubrían que hablaba con la única persona en el mundo que de verdad la entendía, y desafortunadamente esa persona no contaba con los estándares que tanto exigía su familia para ser aceptado por ellas. Eran casi las 10pm, debía que irse a descansar para estar lista a ese viaje tan innecesario que iba a hacer su familia. Atormentada, se fue a dormir tal y como estaba, esperando a que todo este viaje pasara, pero contenta al saber que vería a su amor, Tomás, así sea por poco tiempo.

A la mañana siguiente, 27 de junio de 2012...

Llegó el día de la partida, ¡eran las 7:00am!, Gloria despertó a Andrea de forma impaciente.

~ANDREA, YA DESPIERTA, ¡ESTAMOS LLEGANDO TARDE!, Falta poco para nuestra partida al aeropuerto, levántate de una buena vez, que estamos tarde.

La Última DespedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora