Ivy es una chica rebelde, de doble personalidad.
Pareciera ser dos personas totalmente distintas: En casa es una hija ejemplar, en el instituto es la mas rebelde de todas.
Dicen que no se puede ser dos cosas a la vez, pero Ivy si que puede. ¿Quier...
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Unas hojas de máquina cayeron sobre su escritorio, desconcentrando al chico de su lectura. Leyó el nombre al principio de la hoja, y no pudo evitar asombrarse al ver la calificación que había obtenido. Más lo ocultó al cien por ciento.
Ella haló el pelo del chico causando que levantara su cabeza y le diera la cara. Él la miraba sin mostrar expresión facial alguna.
—Me fui de fiesta, y aún así aprobé.— Dijo mostrando una gran sonrisa.
—Felicidades.—Contestó con una sonrisa fingida y volvió su vista al libro que se encontraba sobre su escritorio.
Ivy hizo un gesto de desagrado, y se sentó al lado de su hermanastro. —¿Aún sigues molesto conmigo porque me fui de fiesta?— Él negó. —¿Entonces por qué me tratas así?
—No estoy molesto porque te fuiste de fiesta. Estoy molesto por toda la mierda que me dijiste. — Se quejó sin alzar su mirada.
—Sabes muy bien que no es lo que quería decir.
—Entonces no lo hubieras dicho. Las personas enojadas siempre dicen la verdad.
Ella miró al suelo unos segundos, y luego volvió au mirada a Taehyung. —Es decir que, ¿lo que dijiste sí lo dijiste en serio?
Él asintió lentamente.— Fue en serio.
—¿Entonces no me cuidarás más?— Se reflejó un poco de tristeza en sus palabras.
Él la miró rápidamente, y se acomodó para mirarla de frente. —¿Cómo pretendes que te cuide? Tú dime. Si no te cuidas ni tú, ¿cómo puedo cuidarte yo? ¿Cómo puedo evitar que hagas todas tus locuras? ¿Cómo puedo defenderte de ese idiota de Jonah, si quieres estar con él? ¿Cómo lo hago? Tú dime. ¿Como puedo evitar que vuelvas a salir lastimada, si sigues echándote al fuego todo el tiempo? Explícame cómo puedo ayudarte, porque la verdad es que no lo sé.
Ivy dejó salir un profundo suspiro, y miró hacia abajo. Taehyung tenía razón en todo lo que dijo. Y no se sentía mal de que se lo echara en cara, se sentía mal porque todo era cierto.
—Lamento todo lo que te dije. Realmente no siento nada de lo que te dije.—Apretó sus labios sin alzar la cabeza.— Lo dije porque estaba enojada. Últimamente han estado pasándome cosas que me ponen muy de mal humor, y creo que las pagué contigo ese día. —Alzó su mirada hacia el chico. —Estoy muy orgullosa del cambio que has dado, y de la gran persona que eres.— Dejó salir una sonrisa ladeada.
Ambos se quedaron mirando por unos segundo en total silencio.
— Te envidio, ¿sabes?— continuó diciendo. Él la miró sorprendido. — Pudiste salir del hoyo. Muy rápido lograste cambiar. Sin embargo yo cada día voy peor.
—Eso no es cierto.— Comentó el chico rápidamente.— Has subido tus calificaciones, y eso es un cambio.— Él le acarició la cabeza lentamente.— Por algo se empieza.
