AWAY {Kim Yugyeom}

-DIEZ-

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Hacía más de una semana que Sunhee y Yugyeom no hablaban. Desde ese mensaje, ella decidió ignorar sus llamadas y mensajes una vez encendió su teléfono. Sabía que actuaba de manera inmadura, pero hace dos días que ya no tiene llamadas ni mensaje del chico, por lo que se imagina que ya decidió tirar la toalla.

Era la primera semana de Sunhee en la escuela, y a decir verdad no le resultaba tan complicado. James la estaba ayudando bastante en todo lo que tenía que ver con lo académico, y ya la había incluido en su círculo de amigos. Tomaban todas las clases juntos a excepción de Inglés, y en las tardes se juntaban en casa de ella a hacer las tareas. Siempre discutían, pero al menos no la hacía sentir tan sola en un país que era totalmente desconocido para ella.

James siempre le preguntaba sobre su "amor de pendejos", y ella le mentía diciendo que todo estaba de maravilla. No quería dejarle saber que había terminado con Yugyeom, y mucho menos hacerle saber que él fue quien le hizo abrir los ojos con respecto a lo que estaba pasando entre ellos.

—Tierra llamando a Sun.— Chasqueó sus dedos frente a los ojos de la chica, sacándola de sus pensamientos. Esta miró a todo su alrededor y notaba la cafetería vacía.—Ya sácate ese novio de la mente aunque sea unas horas.

Escuchar eso causó que su corazón se encogiera. Respiró profundo, y asintió levemente mirando a su compañero. —Lo siento. ¿Qué decías?

—Que esta noche iremos a dar una vuelta, por si quieres salir unas horas de esa jaula.

—¡Sí!— dijo sin siquiera pensarlo. Miró esto cómo la movida perfecta para poder sacar a Yugyeom de su cabeza unas horas. —¿A qué hora?

—A las nueve.

—¿Acaso eso no es muy tarde?—Preguntó dudosa.

—Es viernes.— La miró con cara de desagrado. —¿Acaso en china no salen después de las ocho?

—Corea, idiota.

—Lo mismo. ¿Vienes o no?

—No creo que mis padres me dejen. —Dijo negando.— Es muy tarde.

—Mis padres no estarán en casa este fin de semana y tus padres confían mucho en ellos. Puedo llamar a tu padre, diciéndole que debemos estudiar toda la noche, que tenemos un examen en línea mañana en la mañana. Así te quedas conmigo y no tienes que preocuparte por la hora de llegada, o de salida.

—¿Y si mis padres se enteran? Mi padre puede llamar al tuyo.

—Mis padres andan en un retiro y los celulares están en la casa. Lo llamaré del celular de mi padre y así creerán que mis padres están en casa.

Tenía un mal sentimiento con respecto a esa noche. Estaba un poco indecisa entre si irse con ellos o no. Pero decidió no prestarle atención a la parte suya que le decía que no se arriesgara. Después de todo necesita esa noche.

Ella tomó su celular, y notó que tenía 50 mensajes sin leer. Entró a la mensajería, y se dio cuenta que todos eran de Yugyeom. Leyó el último en voz alta, con un murmullo.

—"Necesito hablar contigo. No puedo más con esto que llevo dentro."

Su respiración comenzó a agitarse, y sus ojos rápidamente se llenaron de lágrimas. Más sólo salió de mensajería, y apagó el celular.

—¿Qué te pasa?— Preguntó James mirándola con preocupación.

—Me acaba de dar alergia. Parece que hay mucho polvo aquí.— Mintió.— Debo irme. —Se paró rápidamente de la silla y salió de allí.

Tan pronto entró a su auto, las lágrimas empezaron a salir. ¿Por qué era tan inmadura? ¿Por qué no podía simplemente darle la cara y contestar sus mensajes? ¿Por qué no lo llamaba? Cada vez que pensaba en él o escuchaba su nombre, su corazón se encogía.

No podía creer lo que había hecho. No podía creer que lo había terminado así por así.

Sentía que era injusto y egoísta de su parte, pero debía hacerlo por el bien de ambos. Estaba cuidando sus sentimientos y su estado de ánimo. Por el momento no funciona, pero lo superará. Él también lo hará.

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—Te dije que te pongas ropa más decente.—Deja salir un suspiro y la empuja hasta la habitación en la que se estaba quedando.

—Estás como si ya no me has visto con menos de ahí.—Contestó ignorándolo.

Él se sorprendió ante tal respuesta, pues no se lo esperaba.

Es cierto que anteriormente tuvieron una relación, mucho antes de él conocer a Sunhyee. Estudiaron juntos en secundaria, y algunos años de la universidad, hasta que ella se fue de intercambio a Europa.

—Min, ya me estas colmando la paciencia.— La sujetó del brazo firmemente, pero sin lastimarla, y le dio la vuelta.— Te dije que eso fue un desliz. Estaba ebrio y deprimido, ¿si?

—Y despechado.— Comentó burlonamente.

Él la sujetó un poco más fuerte, y la acercó más a él. —Te dije que fue una cosa de una noche-.

—De una noche, pero con algunas repeticiones.—Dejó salir una risita.

—Ya te dije que jamás volverá a pasar. ¿Entendido? Así que vístete como una mujer decente. Vives en la casa de un hombre.

—¿Por qué te enfada tanto lo que haya pasado entre nosotros? No es la primera vez. Además, ella terminó contigo, ¿no?— Ella acercó sus rostros a pocos centímetros de distancia. —Estas soltero, y tienes necesidades que satisfacer.— Dijo esto último acariciando su pecho con su dedo indice. Yugyeom la apretó un poco más fuerte, y la acercó aún más a él. —Sabes que no me intimidas siendo brusco conmigo.— Ella se soltó rápidamente de su agarre. —Al contrario, sabes que me encanta.— Dicho esto último, le guiñó el ojo izquierdo, y cerró la puerta en la cara del chico.

Él caminó hasta su habitación, y se dejó caer en el único lado libre que tenía en si cama. Toda su habitación estaba vuelta un desastre. Reflejando el desorden que tenía en si cabeza y corazón.

Tomó su celular, y revisó a ver si Sunhee había contestado algún mensaje, pero no había nada. Ni un simple "Hola". Pareciera como si se hubiera olvidado de él, así de pronto.

Cerró los ojos con fuerza; inhaló y exhaló lentamente, y abrió los ojos lentamente. Necesitaba calmar sus emociones. No podía permitir que estas se adueñen de él. Necesita ir a hablar con ella. A poner todas las cosas claras.

Su celular sonó con una notificación de un correo electrónico. Sonrió levemente al leerlo, y se puso de pié rápidamente. Comenzó a doblar toda la ropa que se encontraba sobre su cama, mientras tarareaba una canción.

Su estado de ánimo había cambiado repentinamente. Pues esa confirmación era lo que le faltaba para poder ir a hablar con su amada...