Al día siguiente me desperté, Ellie seguía durmiendo, así que aproveche para usar el lavabo. Cuando me duché y vestí, Ellie ya estaba despierta, pero seguía metida en la cama.
-Buenos días - le dije con amabilidad.
-Buenos días - respondió frotándose los ojos con las manos.
-Tienes el lavabo libre. En media hora iremos a desayunar - le informé.
-Vale, gracias.
Se levantó de la cama y cogió ropa del armario, entró al lavabo y cerró la puerta. Me tumbé en la cama y me puse a observar mi reloj de arena, pensando si ella era una Saqueadora, una Observadora o una Controladora como yo. Descarté que era una Observadora, ya que no tenía los ojos del color de la sangre. Al cabo de veinte minutos salió del lavabo, con el pelo húmedo y la ropa de Alex. Ya no llevaba la vendita del labio. Le miré los labios.
-Se me ha caído con el agua de la ducha... - dijo sintiéndose culpable.
-No pasa nada - le sonreí - siéntate.
Se sentó en su cama, y saqué mas venda y esparadrapo de mi mesita. Me acerqué a ella, y le volví a tapar la herida.
-Así no se te infectará.
-Gracias - me respondió.
Por su manera de hablar, se veía que se sentía culpable por espiarnos. Cada vez estaba más convencido de su inocencia. Desde el momento en el que vi esos ojos, esos labios... Lo sabía. Estaba seguro.
-Una pregunta... - le dije.
Me miró, esperando que prosiguiera.
-¿De qué "especie" eres?
-Soy Controladora - dijo sonriéndome.
Eso me llenó de confianza y tranquilidad, ya que sabía que los Saqueadores no estaban de nuestra parte, por lo menos eso me enseñaban en los entrenamientos. No sabía cuál era su habilidad. Los Controladores podían controlar el tiempo. Los Observadores podían ver el tiempo de vida que le quedaba a alguien. Pero no sabía que hacían los Saqueadores. Supuse que eran hábiles robando, pero no sabía el qué.
-¿Y por qué no estabas en el refugio?
-Porque mis padres creían que era más seguro que nadie supiera lo que yo era. Estar en el refugio te convierte en un blanco más para los Saqueadores. Pero se equivocaban, habríamos estado más seguros aquí.
-¿Y qué ha pasado con ellos?
-Connor me separó de ellos, y me dejaría volver a verles, a cambio de ser su espía. Lamentablemente, el espectáculo que monto Connor para conseguirme, llamó la atención de los Saqueadores... Y ahora... Están...
Las lágrimas empezaron a caerle por las mejillas. El verde de sus ojos se aclarecía con el líquido que caía por su rostro. Me senté a su lado y le rodeé con el brazo, agarrándola por el hombro más alejado de mí.
-Tranquila... Ahora todo irá bien... -le dije con voz tranquilizadora.
-Ya están muertos.
-Tranquila... Las cosas pasan... Lo siento.
Cuando se tranquilizó, fue a lavarse la cara y seguidamente nos dirigimos al comedor. Nos sentamos entre Jerry y Lucy.
-Hola -saludó Jerry haciendo un gesto con la mano.
-¿Con que eres la princesita rescatada por el príncipe azul? -le preguntó Lucy con tono burlón.
-Supongo -respondió Ellie sonriendo - Me llamo Ellie.
-Lucy - respondió Lucy con una gran sonrisa.
-Yo soy Dylan.
Dylan estiró la mano para estrechársela. Ellie le miró a los ojos, dudando. Pero finalmente aceptó el apretón de manos.
Desayunamos y, como de costumbre, Alex no apareció hasta la hora de entrenar. Derek entró por la puerta de la sala de entrenamientos.
-Bueno chicos, ya he vuelto - dijo Derek - Dos caras nuevas para mí, parece.
Nos miró a mí y Ellie.
-La espía y el entrometido - dijo mirándonos con superioridad.
-Cuidado con lo que dices - le dije en tono amenazador.
Se giró y fue a mirar como luchaban Alex y Lucy.
-Será idiota.
-No pasa nada - me dijo Ellie sonriendo.
-Está bien... Aquí entrenamos nuestras habilidades de combate y con las habilidades, si quieres te enseño lo básico con la vara.
-No hace falta, creo que ya me sé lo básico, Connor me entrenó para mi misión.
-Pues demuéstrame lo que sabes -le desafié.
Ellie cogió una vara y entró en la habitación de cristal, esperando a que fuera a combatir con ella. Cogí mi vara y entré. Nada más entrar, Ellie me intentó golpear en el estómago, pero me paré el golpe. Ellie agarró la vara por el centro y empezó a moverla hacía delante, primero por la derecha, y luego por la izquierda, repetidas veces. Se iba acercando a mí, y cada vez me costaba más pararme un golpe en cada lado de mi cuerpo. Me agaché y la hice tropezar golpeándola en los tobillos. Cuando cayó, la vara se deslizó al otro lado de la sala. Ellie sonreía.
-¿Te rindes ya? -le pregunté riéndome.
-No.
Se levantó y preparó sus puños. La miré perplejo. ¿Pretendía combatir puños contra vara? Atacó a mi cara pero salté hacía atrás. Agarré con fuerza la vara y fui a golpearla en el brazo. Ellie abrió la palma de la mano, y la dirigió a la vara, paró el golpe y estiró de mi vara, robándomela.
-¿Te rindes tú? -me preguntó.
-Jamás.
Fui corriendo a recoger su vara, no me veía capaz de recuperar la mía. Estuvimos peleando durante minutos. Ella atacaba, yo me defendía, y viceversa. Parecía una coreografía. Pasaron unos seis minutos. Empecé a cansarme de aquella batalla sin fin. Me limpié el sudor de la frente, estaba entrando en mis ojos y me impedía ver. En ese pequeño tiempo, Ellie me golpeó en el costado de la cabeza, y quedé fuera de combate en el suelo. Veía el techo luminoso de la sala de cristal, Ellie apareció delante y se agachó, moviendo la boca. O no decía nada o no escuchaba nada. Recuerdo ver a Jerry y Alex, moviendo la boca rápidamente, pero en silencio. Perdí el conocimiento.
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Reloj de arena
Science FictionEn un mundo en el que todo parece normal, un mundo lleno de simples humanos, hay un chico, Mel, con una habilidad que le cambiara la vida por completo. Un día como cualquier otro, siguiendo su rutina, se encuentra con una chica, que le conducirá a l...