Reloj de arena

CAPITULO 10

Me hice un apaño en el cinturón para poder guardar el revólver y las balas. Abrí la mochila y guardé lo imprescindiblemente necesario: un par de botellas de agua, comida envasada para una semana y una vara que tome prestada de la sala de entreno. Aunque tuviera la pistola, me sentía más seguro con la vara, le había cogido la práctica, además de que el revólver llevaba su tiempo armarlo.

Desperté a Ellie para que se arreglara, en media hora empezaba nuestra misión. Se levantó y preparó una mochila con el mismo material que yo. Cuando los dos estábamos vestidos, Derek abrió la puerta y nos dirigió hacía la sala principal. Todos estábamos de pie, esperando algo. Al cabo de unos minutos, entraron en el salón mi madre, Brody y varias personas las cuales no conocía. Brody y mamá se dirigieron hacia mí, para despedirse. El resto de personas se dirigían a mis compañeros, supuse que eran sus familiares.

-Cuídate, prométeme que volverás sano y salvo - dijo mi madre con una voz preocupada pero tranquila.

-Lo prometo.

-Sé que conseguirás hacerlo. Tienes que ser fuerte - dijo mi padre agarrándome el hombro.

-Lo soy.

Vince entró en la sala y dio unas palmadas pidiendo silencio. Todos nos callamos y le miramos.

-Se acabaron las despedidas. Marchaos a seguir con vuestras tareas.

Mi madre me dio un beso en la frente y se fue, agarrada de la mano de mi padre.

-Estará bien, lo sé - le oí decir mientras se alejaban.

El silencio volvió a reinar en la sala. Vince se aclaro la garganta para proseguir.

-Está es vuestra primera misión. Esto demostrará vuestra valentía, o vuestra cobardía. Demostrad vuestras habilidades en la búsqueda y captura de ese maldito. Os deseo suerte. Y que el tiempo esté de vuestra parte.

Se giró y se marcho, Derek seguía en la sala.

-Tomad, os he hecho unos brazaletes con el símbolo de nuestra compañía - dijo Derek sonriendo.

Metió la mano en su bolsillo y saco un brazalete dorado para cada uno. Nunca había visto el símbolo de los controladores. Era un simple circulo, con dos triángulos formando un reloj de arena en su interior. Me lo puse y le sonreí. Derek no era tan malo como parecía, sólo era un amargado con sentimientos en su interior. Me miró a los ojos y me agarró el puño.

-Que te vaya bien.

Asentí con la cabeza. Derek abrió la puerta que daba a la calle. Mire hacia atrás, no sabía si sería la última vez que vería esas grandes habitaciones y esos largos pasillos.

Cuando todos habíamos salido, y la puerta estaba cerrada tras nosotros, miré hacia atrás. El edificio era pequeño, no podía haber todo lo que había visto en su interior. Magia, un truco; fuese lo que fuese, ya nada me parecía imposible.

Estábamos los seis quietos, mirándonos los unos a los otros. Respiré ese aire natural que tanto anhelaba. Todos parecían tranquilos, menos Dylan. No paraba de mirar a todos lados y de morderse las uñas.

-Y bien... ¿Cómo comenzamos a buscar? - preguntó Lucy.

No hubo respuesta audible, pero nuestras caras ya demostraban el desconocer la respuesta.

-Andemos hasta que se nos ocurra algo... - propuso Jerry.

Empezamos a caminar, uno al lado de otro. Lucy estaba junto a Dylan, Ellie a mi lado, y Jerry y Alex, cada uno en una punta. Alex no era la chica que conocí desde aquél beso. Jerry tampoco lo era, pero él disimulaba, sabía disimular sus verdaderos sentimientos.

Anduvimos durante horas, la noche estaba iluminada por las farolas y los carteles publicitarios de neón.

-¿Alguien me dice a donde estamos yendo? - preguntó Alex harta de caminar sin ningún destino - ¿Ninguna idea?

-Esto... Yo puede que sepa dónde buscar a Connor... Bueno, se como localizarlo, he trabajado para él antes... - respondió Ellie con voz entrecortada.

-Pues venga, ¿a qué esperas? - dijo Alex negando con la cabeza.