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Todo empezó por ahí de diciembre, noches frías pero no tanto como solían serlo antes de el cambio climático. Me desperté de una de mis siestas que solían durar toda la tarde, no me hizo falta mirar la hora, con escuchar la masculina voz del locutor de radio supe que el tiempo de la dulce chica de las cuatro se había acabado y que al menos habían pasado cinco horas.
Aun con el frío que el clima presentaba desperté con la garganta seca pero no pensaba poner pie fuera de mi iluminado cuarto, eso representaba caminar por el oscuro pasillo hasta el interruptor que le daba luz a las escaleras pero que seguía dejando en penumbra a sus alrededores. 

Voy a aclarar que le tengo un miedo irracional a la oscuridad, me causa una angustia terrible no saber que es lo que tengo a mi alrededor, es uno de mis miedos que son bastantes. 
Podía soportar la sensación seca de mi boca y el hambre que hacia que mi estomago doliera, pero conociendo mis miedos siempre guardo comida en el cajón que tiene mi mesita de noche. Mis reservas eran un jugo de durazno de 250ml, desgraciadamente algo tibio aunque tenia una pequeña pero jugosa manzana, el jugo solo seria para pasar el medicamento que tomo en vano, pues no sirve de nada. Se que mi madre esta despierta, escucho en la planta de arriba su maquina de coser, debe de estar trabajando en su taller. 
No es una mujer muy preocupada así que ya no me recrimina cuando duermo 18hrs al día, aveces pienso que ni lo nota. Es la hora de mi comida así que el jugo y la manzana que tengo en mi habitación se convierten en lo que tendrá mi estomago hasta el siguiente despertar.

De nuevo siento sueño y me dispongo a poner otra estación de radio pues la voz de ese amargado hombre me parece mezquina. Encuentro una con una linda música relajante pero cuando estoy acomodándome me llega la incomoda sensación de querer ir al baño y aunque intente cerrar los ojos para dormir, no pude ignorar la sensación.
No era tan malo, de mi cuarto al baño eran un par de pasos ademas, la luz del baño permanecía prendida a todas horas... pero su luz era muy pobre, dejando en la oscuridad las escaleras que conducían al taller de mi madre y las escaleras que llevaban al piso de abajo, sin contar las entradas de las demás habitaciones. No, estas paranoica... para nada habrá una figura monstruosa observándote desde los escalones inferiores o algún tipo de silueta humana pero de proporciones alargadas estará observándote desde la puerta de alguna habitación... genial, ahora me da mas miedo. Abro la puerta de golpe, siento que si la abro despacio, habrá algo observándome desde afuera pero por mi suerte no es así aunque creo que era algo obvio. Doy un paso afuera, lo poco que ilumina la luz me asegura que no hay nada en el camino recto al baño pero nada me asegura que algo me salte desde las escaleras superiores. Corro con todas mis fuerzas al baño y sin mirar atrás cierro la puerta, el baño blanco tiene una luz armoniosa que me trae paz pero desde el tragaluz se asoma la oscuridad de la noche y tal vez alguna criatura que venga por mi alma, mejor me concentro en hacer rápido mis necesidades, algo que hago con éxito y después de lavarme las manos corro a mi cuarto cerrando rápido la puerta como lo hice cuando fui al baño, la misión fue un éxito pero cuando puse pie en la cama sentí una extraña soledad y cuando me di cuenta mi gato ya no estaba ¿Como no tuve cuidado? mi miedo desmedido me bloqueo el pensamiento y deje que saliera mi habitación lo cual significaba que tendría que buscarla por todo el lugar, no era una opción dejarla afuera, era el único ser capaz de hacerme sentir acompañada y feliz. 

Con valentía di pasos rápidos hacia la escalera, no mire los escalones hasta que encendí la luz y agradezco a dios que no hubiera nada cuando abrí los ojos pero aun no se acababa la travesía. Di pasos suaves aunque en esos escalones de madera era imposible ser silencioso, me vino a la mente como memorice las pisadas de mis hermanos y mis padres, sonidos que viven en mi memoria pero que perecen con la oscuridad en la vida real. Mis pobres ojos se enfocaron en el sillón, deseando que no hubiese un animal humanoide sentado y mirándome, el cansancio me hacía imaginar cada situación que ahora le tengo mas miedo a mi mente, a pesar de todo consigo llegar a la planta inferior, logrando prender todos los interruptores consiguiendo luz en casi todos los lugares y eso me da seguridad para avanzar. 

La soledad de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora