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"La madre no puede creerlo, algo le hiela la sangre, tal vez sea aquella expresión en el rostro empapado de la chica. Es el vecino quien la carga fuera de la bañera, su ropa y cabello gotean, es por eso que la han envuelto en una toalla.
Se la entregan desesperados a los paramedicos que apenas arriban a la escena, pero a estos no les toma mucho darse cuenta que la chica que tienen en brazos ya no tiene vida. Su rostro se congelo en un gesto de extrema paz, pero en cambio sus brazos se encuentran destrozados de manera vertical por algún objeto punzante que se encargo de abrir sus venas para hacerle perder sangre de manera grotesca. 
Un intento de corte en su cuello que apenas es una suave cortada, como si se hubiera pasado accidentalmente el cuchillo por la yugular.

El vecino desdichado, deja caer sus brazos mojados a sus costados. La madre de la chica se deja caer de rodillas contra el pasto que sembró su hija, la ha perdido, como ha perdido todo... esa mujer ahora no es nadie.
Los paramedicos se van, dejando el cuerpo a manos de aquellos que se encargan de esos procesos, la madre aun con su dolor, debe declarar y el vecino es quien la lleva al lugar.
Lo único que cambia con el tiempo, son las flores que se marchitan, lo demás vuelve a la normalidad ¿Que mas da si una niña fallece? no es mas que una molécula en esta gota de agua que esta cayendo y que también encontrara su fin. La historia llega a su f..." 

- ¡Hey! cuidado con las garras...- Jamas me deja terminar mi libro, aunque logre avanzar algunos capítulos.

Algo tiene mi gato con que escriba mi propio libro sobre mi nada importante suicidio, jamas me deja avanzar lo necesario que hasta me dan ganas de dejarlo. No me he sentido bien, pero estoy orgullosa de que ahora si puedo aparentar lo contrario.
Estoy sola y no tengo con quien explotar, no hay con quien llorar por las noches cuando el corazón ya no aguanta, tal vez soy una chica desechable y ademas, no re-utilizable.
Piénsenlo; De un solo uso, divertido mientras dura, pertenece a la basura y ademas gasta bienes ambientales a lo pendejo. Suena duro pero es la verdad.

¿Por que me soltaste?
¿Por que me ignoraste?
Te necesitaba.
Yo estuve cuando tu no podías mas.
Es tu culpa que este muerta.

Demonios, ojala tuviese alguien a quien decirle eso pero solo me tengo a mi :). DESGRACIADAMENTE, sigo viva, las pesadillas me siguen atormentando y me estoy ahogando en en el miedo. Ya no lo soporto.

Si me remonto a la noche del... ¿sábado? 

Era una madrugada como todas, aburrida y yo tenia pocas ganas de seguir en pie. El agua golpeaba fuerte mi ventana y el cielo relampagueaba de una manera tal que por unos instantes toda la habitación se iluminaba, algo que se derivo en un problema para dormir.
Me levante, el suelo estaba helado para mis pies descalzos y aun así, me dirigí para bloquear la luz con mis cortinas marrones. Antes de lograr mi cometido, un relámpago ilumino la calle frente a mi ventana, casi me desmayo del susto al ver lo que estaba parado en la acera bajo la torrencial lluvia.
Aun con el miedo en todo el cuerpo, abrí mi puerta de un tirón y a pesar de la oscuridad, recorrí las escaleras hacia abajo y el pequeño pasillo hasta mi puerta, solo para truncar esta. A mis manos apresuradas casi se le caen las llaves, creo que me aferre tanto a estas que me hice pequeñas marcas. No me basto con cerrar con llave, con una fuerza desconocida y nueva para mi, lleve la pesada mesa de centro hasta la puerta para que aunque fuera abierta, costase entrar.

Los adornitos de la mesa se movieron y inclusive algún par encontró su final en el piso. La manija de la puerta fue sacudida violentamente, fue el sonido del metal siendo forzado lo que me robo el aliento. Apoye mi cuerpo contra la mesa, para ejercer mas resistencia pues la puerta estaba siendo abierta.

-¡Lárgate! no... tu ya no estas ¡ya no me puedes atormentar mas! - Grite. Mis pies se aferraron al piso, en un intento desesperado para no ser movida.

Nadie respondía del otro lado de la puerta, la fuerza que mis pies ejercieron en el suelo hizo que algunas partes de los adornos rotos se encajaran en mis plantas.
Me arrojaron lejos con todo y mesa, yo caí de cara, mi mejilla impacto contra el frió azulejo sin contar que la puerta ya estaba del todo abierta pues podía sentir el frió de la lluvia colarse, ademas que lo que podía ver con mi mareada visión era la silueta del "intruso".
Me levante, atontada e intente correr escaleras arriba; no fue solo el dolor de mis pies si no que el mareo me hizo fallar los escalones y golpear mi rostro nuevamente, aun así no desistí y me arrastre con mis brazos escaleras arriba. Esta detrás mio, se alimenta de mi desesperación, de verme subir con el pánico vivo en mis ojos y mi nariz llena de sangre la cual deja un camino que termina siendo limpiado por mi ropa.

Llego al piso de arriba, duelen demasiado los golpes que tengo, me sostengo de la pared para levantarme y logro encerrarme en el baño. Sabe donde estoy, está afuera del baño, puedo ver su sombra y se que es inútil tapar mi boca para que no escuche mi llanto, pero siento que debo hacerlo.
Mis pies se sienten húmedos ¡No mames! esta entrando por debajo de la puerta ¿Que mierda es? no puedo huir, subo a la taza del baño pero esa cosa negra me sigue. ¡Tomo una maldita forma humana! Se esta acercando a mi, estoy congelada, me esta oliendo... es una figura imponente de mas de 1.80 mts y solo puedo ver aquellos horrorosos ojos verdes con amarillo, se que pueden imaginarlos, ojos como de un depredador que esta apunto de devorarte hasta los huesos, los ojos de aquel hombre que te apunta con un arma mientras te amenaza, ojos como los que sientes en la oscuridad cuando no hay nadie en casa, los ojos que te siguen cuando caminas por altas horas de la noche en una calle solitaria, los ojos que tiene esa persona antes de acabarte. Ojos, ojos llenos de malicia que te paralizan, ojos que hay que obedecer si quieres continuar con vida.

Toma mi rostro y me hace mirarlo a lo que se supone es su cara, entre la oscuridad puedo divisar su lúgubre sonrisa, irregular y mal intencionada por donde la mirases. Me sujeta tan fuerte las mejillas que empieza a doler la presión que ejercen sus dedos, la sangre aun gotea de mi nariz, una parte se a metido a mis labios y logro saborear el sabor metálico.

- Pobre flor que un día se marchito, nadie la noto y sola murió. su ultimo aliento un grito fue, lastima que nadie la pudo ver- Su voz... su voz era como un sonido saturado, como cuando no conectas bien la radio.

Bajo lentamente su mano a mi cuello, como si fuera una caricia, pero cuando se encontró con la piel de este me rasguño, ardía, pero estaba dejando de sentir.

- Después de un rato, eres aburrida - Me estrangulo tan fuerte que sentía que me rompería el cuello, pero no pude descubrirlo, mis ojos se cerraron y ese era el final.

Como dije anteriormente, sigo viva. Esta fue (como las anteriores) solo una historia que viví hace unos días, pero ya ni me moleste en volverlo a redactar para eliminar las groserías, creo que estas son importantes para entender el como me sentí en ese instante. Si les interesa saber, después de esta pesadilla desperté en el sillón de casa, con mi madre regañándome por no poner la cubeta donde esta la gotera de mi habitación pero fuera de eso, todo estaba en orden y no había ningún adorno roto.

- ¡Tuve que secar todo el piso, era un charco tu cuarto! - Sus regaños fueron interrumpidos por el maullido de mi gato- Ah, tu animal tiene hambre... creo. No dejo de maullar a tu lado en la noche

Mamá... deja la gotera, creo que estoy loca 

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2020 ⏰

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La soledad de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora