Ambos se complementan en el asesinato y en la cama tan bien que dan miedo.
A Jeongin le gusta vestir provocativo para engatusar a sus víctimas y Hyunjin se ocupa de acabar con sus vidas.
Ambos trabajan como asesinos para el señor Kim, conviviendo...
Kim Seokjin es un hombre de negocios terriblemente irresistible, inteligente y carismático, con un trabajo como director de empresa de alto prestigio.
Y para rematar su gran perfección, era un alfa lobo pura sangre, cuyo linaje sanguíneo se remonta a la realeza del pasado.
Pero no le bastaba con todo eso. Kim también mantenía una segunda vida secreta, manejando un pequeño negocio que le hacía ganar el quíntuple de sus ingresos, siendo el líder de una línea de asesinos personales, un equipo muy selectivo que constaba de alfas y omegas. Eso sí, siempre tratándose de casos en contra de la justicia, pero raramente, lo mantenía en secreto.
Su método es muy distinto a lo normal, pero fresco y moderno. Los omegas tienen su trabajo de "coquetos" para atraer a las víctimas, mientras que los alfas "asesinos" se ocupan del asesinato. Para cada misión se asignan siempre parejas, de alfa y omega.
Y debido a que varias razas trabajan juntas, es consciente de las hormonas y tanto las relaciones amorosas como sexuales están permitidas, siempre y cuando no sean muy sentimentales y no causen problemas.
Pero en la compañía, aunque exista mucho libertinaje, también existen reglas que están estrictamente prohibidas quebrantar, ya que desembocan al despido, las cuales son:
-Los alfas asesinos, además de cumplir con su orden, deben velar por la seguridad de su omega coqueto.
-Prohibido el uso de la voz de mando hacia los omegas coquetos, a excepción de casos de extrema necesidad.
-Ningún alfa asesino puede acercarse a un omega coqueto antes de una misión, evitando así la impregnación de olor.
-El uso de supresores de olor para alfas es exclusivo para casos importantes.
-Se permiten relaciones, pero las marcas están prohibidas.
Y sí, la última regla era jodida para los enamorados.
*:･ﾟ✧
-Un placer hacer negocios contigo, bonito- dijo Seokjin mientras recogía el contrato firmado y acercaba su mano al joven delante suya para estrechar sus manos.
El joven de ojos afilados le sonríe y se la estrecha, mordiéndose el labio coqueto. Sin duda, su jefe no estaba para nada mal, una lástima que fuera casi 10 años mayor que él.
-Gracias señor Kim- respondió sonriente, si es que hasta llamarlo así sonaba tan bien.
-Permíteme enseñarte el lugar y explicarte un poco cómo funciona todo esto, Yang- se ofreció el mayor nada más soltar su mano, levantándose de su silla.
Jeongin asintió ansioso por explorar esa mansión tan moderna. Su futuro hogar y lugar de trabajo.
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