—¿Crees que hemos hecho bien? —pregunté mientras hacía girar el volante.
Cuando entré en la calle principal, escuché pitidos. Al parecer, había caravana. Suspiré con resignación y esperé a que Karma contestara. No sabía qué estaba haciendo, pero tenía la música demasiado alta.
Aunque, como diría ella: "La música nunca está lo suficientemente alta."
—¿A qué te refieres? —dijo a través del manos libres.
—Dejando que Ezra invite a Olivia. Las cosas se pueden poner incómodas.
La escuché murmurar algo que no logré entender. Moví los dedos al ritmo de la música contra el volante. La fila de coches avanzó medio metro.
—Drew, yo quiero a Brooke muchísimo —dijo al fin —. A Ezra también. Y amaba verles juntos. Lo sabes, ¿no?
—Lo sé. Y sé que ahora viene tu pero.
—Mi pero es que Brooke se fue. Y no digo que no tuviera sus razones. Pero le rompió el corazón a Ezra. Fue muy triste verle en el instituto como un alma en pena. Entendería que no quisiera volver con ella, que estuviera con otra persona.
Escuché con atención su discurso, pero no pude evitar reírme al final.
—¿Qué es tan gracioso, McKenzie?
—Que no te des cuenta de que tú hiciste lo mismo.
—¿Perdona?
—¿Hola? —solté incrédulo —. Saliste con mi hermano. Me mentiste. Me rompiste el corazón. Y aun así te perdoné. Según tú, ¿no debería haberlo hecho?
—Lo habría entendido.
—Hubiera sido un error. Tú, Karma Hale, eres mi persona. Y no lo digo como un posesivo. Simplemente, no eres sustituible.
—¿Persona?
—Eres la Summer de mi Autumn.
—Cuando me hablas así no te entiendo.
—Algún día te lo explicaré. Es una historia curiosa. Los protagonistas somos tu madre y yo.
—¿Y cuándo llegará ese día?
—¿Unas horas antes de morir?
—Bien. Eso significa que envejeceremos juntos.
—Sería un placer.
—Te quiero —exclamó.
—Yo te quiero más. Y voy a colgar antes de que nos pongamos pastelosos.
—Valep.
—Te veo en un rato —me apresuré a decir antes de colgar.
