Reencarnación [Solangelo]

3: Eras tú

Tenía 11 años y era un chico común como cualquier otro, con una vida ordinaria y una madre a la que quería mucho.

Un día me encontraba regresando de mis clases, era un día lluvioso y había olvidado el paraguas, quería llegar a casa pronto, pero al pasar por un callejón te escuche llorar, bueno en realidad escuche llorar a un cacorro, sabes lo curioso que soy, me acerque hasta donde venía el llanto.

Allí estabas tú, en una pequeña caja de cartón, enroscado y temblando por el frío, mientras soltabas leves sollozos, te saque de allí y te mire a los ojos, unos ojos azules que reconocería en cualquier parte.

"Will..."

Te llame por tu nombre, tu moviste tu colita alegremente al saber que te había reconocido apesar de ser un pequeño perro.

No pensé encontrarte en esta vida, menos siendo un lindo y tienro cachorro abandonado.

Te saque de aquella caja de cartón, te cubrí con mi suéter y te lleve a casa, tuve que darte un buen baño al llegar.

Al terminar pude apreciar tu hermoso pelaje dorado como el sol, resaltando tus ojitos azules tan bonitos como los recordaba.

Estaba feliz de haberte encontrado de nuevo.

Mamá me regaño por haberte recogido, eras un perro callejero y según ella no sabía las enfermedades que podías traerme, eso no me importaba en lo más mínimo, te había encontrado y no te iba a dejar ir tan fácilmente.

Ese mismo día pase rogandole que te quedaras, prometiendole de todo para que no te vayas, al final ella acepto, mamá nunca lo admitiría en voz alta pero le pareciste el cachorro más tierno.

"Te extrañe tanto, Will"

Fueron las palabras que te dije mientras acariciaba tu cabecita con cariño, tu me mirabas a los ojos, con solo ver tus ojos azules, estaba seguro de que tu recordabas nuestra vida pasada tanto como yo y que harías lo que sea para protegerme de las personas malas y estaba agradecido con eso.

Esa noche dormi contigo, abrazandote como si fueras un peluche, fue el mejor día de mi vida, estaba feliz de tenerte conmigo de nuevo.