🔹Joaquín Bondoni , un joven con un pasado tormentoso es llevad a un internado, ahí conoce a Emilio, un atractivo joven. Pronto, Joaquín descubre que Emilio es un ángel caído 🔹
Justo ahora me encontraba en la clase de la señorita Sofía, nos dijo que por el día de hoy tomariamos la clase en la biblioteca.
- la íntima vez en clase estuvimos discutiendo como fue el orgullo de lucifer lo que lo llevó a la caída, ahora ¿Quién puede traducir “hurolietas homies sandis ángelis semiles foquituos exupery exangelis demones exangelis”? - nadie hablaba - ¿nadie?
De pronto escuché un susurro, primero se escuchaba algo lejano, poco a poco se fue acercando hasta que puede escuchar lo que me decía. No se cómo y no por que empecé a hablar en voz alta, repitiendo lo que m decía.
- fue el orgullo que combirtio a los ángeles en demonios
- ¿Qué fue eso Joaquín? - me pregunta la maestra con una mediana sonrisa.
- Es la humanidad la que hace que los humanos sean ángeles, el orgullo Los hace demonios - y otra vez tengo la atención de toda la clase. Incomodidad es lo que siento en estos momentos.
- Muy bien Joaquín - me dice la maestra en un suspiro, después su sonrisa se hace más grande - tenemos una estudioso de latín aquí
- no, yo nunca - duede - Solo era una opción
- de acuerdo - solo asiente con la cabeza yo me remuevo en mi asiento incomodo. volteo y observó a un Emilio atónito, me miraba como si tratara de descifrar algo.
- entonces, ¿Cómo se relaciona eso con el ángel rebelde? ¿No era su orgullo, su obstinada busqueda de su amor que llevó a que los caídos estuvieran atrapados en la tierra? - pregunta la maestra nuevamente y paola toce falsamente, parece molesta.
- ¿Algún problema Paola? - dice la maestra dirigiéndose a ella
- ¡Estoy cansada de oír de estas fábulas religiosas para probar sus propias creencias, usted dice esta historia como si el amor fuera una opción! - dice enojada, mirando retadora a la maestra
- No me gusta el tono que está usando - dice la Maestra con total seriedad
- Tal vez esta enojada porque el ángel rebelde eligió a la persona equivocada - dijo paola golpeando la mesa.
- ¡sal de aquí! - dijo con tranquilidad, pero con una mirada de furia apuntando hacia la puerta con su dedo índice.
- claro - dijo ella cerrando su libro y lo apretó contra su pecho, tomando su mochila - prefiero arder en el infierno por toda la eternidad que tener que escuchar sus delirios complacientes y fanáticos - terminó y se fue.
La señorita Sofía solo se mantuvo seria ante el chiflado burlon de mauro ante la situación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hibamos saliendo finalmente de La clase de la señorita Sofía, se me había hecho eterno el tiempo y más con el mal humor que se cargó la maestra durante la clase después del enfrentamiento con Paola.
- Eso fue genial - dijo loretta con una sonrisa en el rostro
- si - dijo mauro algo burlon
- ¿Crees que la suspendan? - le preguntó tood a azul
- dudo mucho que la hagan, esos chicos siempre se salen con la suya, no importa que es lo que hagan, nunca les hacen nada - respondió tood
- emm... Lo siento, olvide mi suéter - les digo algo rápido.
- esta bien - oigo decir a azul.
Me regreso a la biblioteca en busca de mi suéter, el día pintaba para frío y lo Hiba a necesitar. Sin embargo, una voz me resibio al entrar, era la voz de Emilio, la reconocería en cualquier lugar. Esta provenía de la planta de arriba en la biblioteca.
- ¿de que esta hablando?
- no creo que la estatua haya sido un accidente, el está en peligro y lo ví en el piso superior antes de que... - esa era la voz de ¿La señorita Sofía?
- ¿porqué joaco haría eso? - emilio la interrumpe
- escuchaste el no está bautizado, necesita nuestra protección, él es... -
Estaba escuchado la conversación hasta que me encuentre una hoja blanca que me llamo mucho mi atención, estaba encima de la mesa aun lado de las escaleras, la tomo y la guardo en mi chaqueta. La cual hizo ruido al cerrar el cierre del bolsillo.
- maldición- susurre
De repente vi a emilio se azomarce hacia el piso debajo de las escaleras, dónde yo me encontraba.
- lo siento, olvide mi suéter - digo justo antes de salir de la biblioteca casi corriendo. Me dirijo al jardín de la escuela, dónde hay un fuente y flores un tanto secas.