Amor a la oscuridad (Tom Holland)(Fanfic).

9. Mi niña.

-Bien, haz tus preguntas antes de que me arrepienta.- dijo el castaño mientras jalaba una silla y la colocaba enfrente mío.

Debería preguntarle su nombre, aunque se cual es, se "supone" que yo no lo debería saber.

-¿Cuál es tu nombre?.

-Que gran pregunta-soltó con sarcasmo.- Es Thomas, mi turno. ¿Por qué viven tú y tú madre tan alejadas del Olimpo?.

-Es solo que a mi madre no deseaba que estuviera cerca de todas esas personas. ¿Por qué me secuestraste...?.- me invadía la curiosidad.

-No hay una razón y si la hubiera no te toca saberlo.- fui muy idiota al pensar de que me iba a contar.- ¿Lo único que tienes es a tu madre?, ¿no tienes padre?, ¿alguien más que este con ustedes?.

-No tengo padre.... más bien, nunca lo conocí para mi madre él esta muerto...- solté un suspiro para intentar seguir contando. Creo que solté demasiada información de la que debería pero es la única forma que él se fie de mi y siga respondiendo mis preguntas. Aunque me omití el hecho de que yo quería conocerlo y me gane una buena reprimenda de mi madre, pero ese es un tema que no se tocará nunca más.

- Y vivimos cerca de ninfas, ellas luego me acompañan por flores... pero sí lo único que me queda es mi madre...

Me hace una gran falta su presencia, han pasado días, no se exactitud cuantos  sin ella; pero eso no quita que hemos pasado toda una vida juntas. Compartiendo tan bellos momentos  que siempre atesoro en mi corazón y creo que en estos momentos me dan un poco de fuerza para que siga despierta la llama de la esperanza.... la esperanza de volver a ver a mi mamá y ser libre de este encierro.

(...)

Años atrás....

-¡Mami!...jajajaj.. ¡para!... ¡no respiró!.- intentaba hablar pero no podía por la risa, solo me retorcía ante las cosquillas que daba en mis costillas.

Mi madre soltó una risa tierna y me libró de sus manos dejándome respirar.

-¿Quién es mi niña?,- acarició mi cabeza con dulzura.

-¡Mami ya no soy una niña!. Ya estoy grande.- cambie mi voz simulando ser mayor.

-Para mi siempre serás mi niña, Cadie; no importa cuanto crezcas, yo voy a proteger a mi pequeña.- deposito un beso cálido en mi cabeza.

-Mhmp, ¡esta bien! siempre seré tu niña y siempre voy a estar contigo mami; es una promesa... ¡oh espera!.- me aleje en busca de una flor especial la cual descubrí la forma de que nunca se marchitara.

Era muy bonita como ella, blanca, transmitía calidez y pureza. La pose en su regazo para que la tomara.

-¿Y esta rosa, Cadie?.- pregunto mi madre con cierta curiosidad cuando tomo la rosa entre sus manos.

-Mientras estemos juntas, te prometo que esta rosa ¡nunca se marchitará mami!.- puse mis manos sobre las suyas mientras que ella sostenía la rosa.

(...)

-Lo siento por la rosa... Aileen.- musitó la amiga de mi hija.

-No tienes que pedir disculpas, ¿acaso tu la marchitaste?.- toque los débiles pétalos que aún conservaba la rosa.

-Pero Cadie me contó de la rosa y se lo que significa para....- la interrumpí.

-Basta no sigas con tus lamentos,  ahora ustedes sin vergüenzas - me dirigí a las ninfas que cargaban con una mirada de pena, tan hipócritas.- Me pueden explicar ¿cómo nadie escucho nada? ¿sus gritos de auxilio? ¡¿dónde estaban cuando desapareció?!.

-No escuchamos ni el más mínimo grito que pudo haber profesado Cadie, mi señora.- hablo una ninfa y eso solo hizo incrementar mi enojo.

-¡BASTA!, no quiero escuchar más de sus pobres excusas, mi niña esta allá afuera; quien sabe en que situación y no tengo tiempo para ustedes. Solo les digo que van a recibir un castigo ejemplar...- me retire del lugar sin más.

-Espéreme Aileen, yo...- Iris fue interrumpida por una persona que se apareció entre nosotras.- Por los dioses ¿quién eres tú?

-Yo le voy a ayudar a encontrar a su hija, Aileen.- dijo la misteriosa mujer.

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Hoy toco un capítulo que no se centrará tanto en Tom y Cadie. ._."
¿Quién será la misteriosa mujer?. :0