|EROTICISM| guns n' roses [PAUSADA]

[02] Slash

"Te elegiría una y mil veces a ti.
Eres el único que me
hace tocar el cielo,
sin hacer completamente nada"

Estaba completamente enojada, molesta.
No podía creer las cosas que me había dicho el sin vergüenza, aunque sí, era real.

》Estábamos en su auto, hablando, bueno; en realidad de nada. El silencio era protagonista en esta parte de mi maldita historia con Saúl.

—¿Que pretendes hacer? —Solté de una vez, ya no aguantaba el quedarme con la boca cerrada.

—No lo se. Supongo que me iré. —Soltó una bocanada de tabaco —Me iré por unos años Amy, sabes como esta todo el tema de la banda, y, las cosas tienen que ser así.

No hice caviz bajo, pero esta vez no podía mirarlo, me sentía mal.

Lo único que supe hacer, fue soltar un gran suspiro y, ahogarme en mis propios lamentos.

—Te extrañare.

Me impresionó, escuchar esas palabras del mismísimo chico arrogante y serio, uno en mil mollones.

Supongo que lo único que hice en esos momentos fue mirar su bellos ojos.

—No mientas. —embocé.

—No lo hago, encanto.

Palidecí. Adoraba que me dijera así.

Fue acercándose a mi rostro, ni siquiera sabía como reaccionar o que hacer en ese instante. Solo quede inmóvil, tal como me había pasado antes.

Y me beso, sus labios gruesos y carnosos tocaron mis labios de una forma tan, yo, pero no tan él.

Nos quedamos así por unos segundos, al instante me di cuenta de mis propios errores. Me separe.
¡Amy, eres una grandisima estúpida!

Él me miro raro, parecía inquieto de una forma, como si le hubiera molestado el que me haya separado de sus labios, de que haya cometido ese gran error por mi parte.

—Saul.

—Slash, Dime Slash.

—No quiero equivocarme, y creerme tontas historias. Así no funcionará para mi. Adios Saul.

Si, tragico.《

Aún no podía creerlo. Como podía yo caer tan bajo de esa manera.

Podría decir la verdad, que me quedaba sin aliento cuando mi encabellado amigo hacía eso. Tocar mis labios por pura sorpresa.

Pero no podía obedecer a mis plegarias. Es un gran amigo de la infancia, esto arruinaría nuestra gran amistad, o bueno, eso pienso yo.

Habrán pasado unas horas desde la última vez que él y yo hablamos, y la verdad era que no podía quitarme su gusto de mis labios, y los recuerdos de mi mente.

Y me imagino lo que estaría haciendo ahora, alcoholizandose con sus amigos hasta follarse a una de sus aquellas perras, claro; el era un sexi guitarrista.