Tae una ninfa rebelde abandona su hogar en el bosque y sale al mundo con el propósito de utilizar su poder y sentirse útil. Pero no estaba en sus planes encontrar a ese deteriorado ser, podrá salvarlo y evitar que caiga en la más profunda oscuridad...
Jimin quién había estado aún en su baño lunar, vio a lo lejos como Tae salía de su casa, corriendo despavorido hacia él bosque.
Intrigado por la actitud de la ninfa, Jimin salió de la laguna, vistiéndose lo más rápido que pudo.
Siguiendo los pasos de Taehyung, Jimin al fin llegaba al centro del bosque encontrándose con el campo abierto, a lo lejos pudo divisar la figura de Tae de la cual salía una fuerte luz que luchaba con un remolino oscuro.
Corriendo se acercó hacia ellos viendo todo el proceso en el que la luz que salía de Tae había acabado con esa oscuridad. Para su sorpresa, era ese vampiro amargado quien se encontraba tendido en el suelo, viendo como unos segundos después Tae también caía a su lado.
La escena lo dejó en shock, al llegar a ellos vio como Tae tenía el cabello blanco como la nieve, su cuerpo estaba incluso más blanco de lo que era, ni sus labios conservaron su color.
Al ver al vampiro, se dio cuenta que estaba igual que Tae o incluso peor. Su pálida piel característica ahora era grisácea, con leves grietas en esta. Sus labios estaban oscuros como su cabello.
Había escuchado que la oscuridad acechaba más a los seres de la noche como los vampiros, pero nunca había presenciado un acto como ese.
Con el miedo en su alma por perder a su ninfa, lo levantó en sus brazos y con sus nueve colas levantó a Jin, llevándolo a su casa por el momento hasta contactar con Yoongi para que lo llevara a su habitación, pues esa estaba adaptada para el vampiro. Y en estos momentos seguro la claridad del día sí le afectaría por estar más débil.
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Yoongi llegó lo más rápido posible a la casa del Kitsune, siendo recibido por un muy preocupado Jimin.
-Por favor no vayas a enloquecer, puede que lo que veas vaya a ser muy fuerte para ti – Jimin le advertía, no estaba seguro si podría sobrellevar el golpe de ver a su amigo en ese deplorable estado. Pues él quien aún no aceptaba al vampiro sentía dolor de verlo así.
-E…estaré bien – respondía Yoongi ingresando al lugar dejando sus zapatos en la entrada.
No iba a mentir, temía por Jin, por descubrirlo en un estado que no tuviera remedio. Por perder a su amigo, a su única familia en manos de la maldita oscuridad.
Llegaron a la habitación donde yacían ambos, Tae y Jin.
Yoongi estaba petrificado, nunca había visto a su amigo siendo carcomido por la oscuridad hasta ese extremo. Lo máximo que había vivido era que Jin perdía el control por unos segundos y sus ojos se tornaban oscuros, pero volvía en sí rápidamente. Pero ahora, esa piel grisácea, esas grietas que al parecer no sanaban, era muestra clara que la oscuridad había abarcado mucho más de él.
¿Cuánto tiempo le quedaba? ¿Cómo podría ayudarlo? No estaba listo para perderlo, no a él más.
Sin darse cuenta sus ojos habían empezado a derramar lágrimas sin cesar.
Jimin al percatarse de su estado, lo sacó de allí llevándolo a la sala. Lo sentó en el sofá, fue a la cocina por dos tazas de té de jazmín para calmar los nervios, pues ambos estaban bastante preocupados por sus amigos.
-Ten, tómalo te ayudará – Jimin le alcanzaba la taza de té.
-No puedo perderlo, no a él – respondía Yoongi en automático recibiendo la taza con la mirada perdida.
-Vamos a encontrar la solución, estoy seguro, ahora debemos ser fuertes por ellos – su corazón estaba más destrozado por ver a Yoongi más afectado de lo que imaginó. Pero en este momento no podía mostrarse como realmente se sentía, lleno de miedo y dudas. No podía debía ser fuerte por todos.
