Tae una ninfa rebelde abandona su hogar en el bosque y sale al mundo con el propósito de utilizar su poder y sentirse útil. Pero no estaba en sus planes encontrar a ese deteriorado ser, podrá salvarlo y evitar que caiga en la más profunda oscuridad...
Tae y Jin habían salido a dar un paseo por el bosque que se encontraba entre el Ryokan donde Jin se hospedaba y la casa de Jimin.
Tomados de la mano, con sus cuerpos muy juntos estaban caminando por ese hermoso lugar, llegando donde se conocieron por primera vez.
—Nunca olvidaré la primera vez que te vi— dijo Jin al recordar la maravillosa experiencia — creí que habías sido un producto de mi imaginación — confesó apenado.
Tae soltó una risita tímida — tampoco olvidaré ese día, me sorprendiste en todos los sentidos, te veías demasiado hermoso bajo la luz de la luna — cerró sus ojos para recordar esa bella imagen de Jin.
—Y te escapaste de mi cuando toqué tu mejilla — dijo divertido.
—Claro, me asustaste — Tae se defendió dándole un leve golpe en el hombro.
Ambos estallaron en risas.
—Tú ya te alimentaste, ahora es mi turno — dijo Tae al alejarse de Jin — disfruta del show — le guiñó el ojo.
Jin no entendía a qué se refería, confundido siguió a Tae con la mirada todo el tiempo.
Taehyung se alejó a una distancia considerable de Jin, abrió los brazos y comenzó a cantar, la dulce melodía de su voz llenó el lugar, seguido de unas luces de color verde que comenzaron a salir de las plantas a su alrededor.
Las luces comenzaron a rodearlo, seguían a Tae al son de su música y danza.
Los pasos tan delicados estaban dejando más enamorado a Jin quien miraba la escena con la boca abierta.
[Canción que Tae está cantando]
La bella voz de Tae retumbaba en su corazón, el amor que sentía por esa Ninfa crecía más y más en su pecho.
Al escuchar la frase “Tu eres mi preciado tesoro” que Tae cantaba y lo miraba a los ojos al decirlo sintió estallar el amor dentro de él.
—Tú también lo eres — dijo Jin en un susurro con lágrimas en los ojos.
Las luces que danzaban con Tae comenzaron a ingresar en su cuerpo, los movimientos empezaron a ser más efusivos.
Jin también sentía la emoción, conteniendo lo más que podía sus lágrimas “definitivamente es un día inolvidable” pensó mientras veía como todas las luces ingresaban en el cuerpo de Tae haciéndolo brillar resaltando aún más su belleza.
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