Risas, suspiros, lágrimas y hasta gritos fue todo lo que pasó mientras conversábamos todos en la sala. Por momentos me quedaba mirando a Luz, había cambiado mucho su postura, la forma de peinarse, vestir; todo ella estaba diferente excepto su voz. Ella tenía una voz fuerte, igual al de nuestra madre, solo que Luz siempre lo moderaba, intentaba que su voz fuera suave aunque a veces le salía media chillona. Cuando reaccionó de mi nube Rodrigo me estaba tocando el hombro diciéndome que tenía que responder una llamada , es ahí cuando me doy cuenta que no lo había presentado, en todo este rato había estado sin decir nada. Cuando se retira a contestar volteo hacia mi hermano y ella solo se queda mirándome con la cara sonriente, intente decirle que el era mi novio pero rápidamente Camila dijo que era mi novio y hermana solo hizo «Ah» sonriendo, me puse un poco nervioso, no sabia como explicarle.
—¿Cómo se llama? -dijo hermana, con una sonrisa pícara.
—¡Rodrigo! - gritó Camila, riendo. Creo que ella estaba planeando molestarme un rato con esto.
—¿Rodrigo? - dijo Luz- ¿Estudia contigo?
—¡Eh!, bueno, verás ... nos conocimos en la universidad, sí, pero no como tu te imaginas.
Luz solo se quedo mirándome son una sonrisa, me pidió que le contara como lo conocí y como fue que terminamos siendo novios, me quede un poco sonrojado, eso creo ya que tenia hizo una hermosa sonrisa que también sonreí. Cuando iba a empezar hablar, apareció Rodrigo con una cara extraña pero hice caso omiso, él se sienta a mi costado y me agarra la mano -muy cálida- y en ese momento mi hermana se levanta y camina hacia él con una cara seria, frente a él estira su mano.
—Creo que todavía no han presentado -dijo Luz,me miro de reojo - soy su hermana, Luz, mucho gusto.
—Rodrigo, su... ¿novio? - dijo mirándome y sosteniéndole la mano.
Luz me miró y se rió a carcajadas, regreso a su sitio aun riéndose, Rodrigo se me quedo mirando sin entender nada y no sé cómo pero yo también comencé a reírme tan fuerte como lo hacia Luz, Camila nos preguntó de que nos reíamos, a lo que mi hermana y yo nos miramos y dijimos «¡Ni idea!», riéndonos de nuevo por lo dicho.
Después de nuestro tiempo de risas, le dije a Rodrigo que Luz -mi hermana- ya sabía lo de nuestra relación y a la vez le reclamé el porqué no me había dicho nada para presentarlo en vez de estar mudo, él solo dijo que era mi desición pero al final le conté todo a Luz; me sorprendió como ella me escuchaba muy atentamente, no me interrumpió. Antes me pedía que fuera muy preciso cuando quería explicarle o contarle algo y ahora oye todo lo que tengo decirle. Cuando termine de contarle la historia de mi relación junto con la ayuda de Rodrigo, ella solo se dirigió a él diciéndole que me cuidará mucho -recalcando esa palabra- lo raro era que lo miraba seria, pensé que solo era para fastidiar pero creo que hay algo más; ella se dio cuenta de mi rostro en forma de duda y rápidamente miró su reloj -ella no le gustaba los relojes en la muñeca- y dijo que tenía hambre, me preguntó si el restaurante que está cerca a la casa todavía estaba abierto, a lo que solo asentí. Se acercó a Camila y le habló bajito, tanto que no le escuché nada, no me imaginaba que era hasta que Luz dijo que comeríamos acá y me agarró del brazo diciéndome que tenía que ayudarla a poner la mesa, no entendí la razón de eso, fácilmente podríamos ir a comer afuera sin ensuciar nada pero estar más cerca de ella me había sentir reconfortado.
Cuando terminamos de poner la mesa me pregunté de donde iba a traer la comida, ella no había cocinado -sabía cocinar- y cuando yo quise preparar algo me dijo que tampoco que solo utilizaríamos los esencial, en eso tocaron el timbre, Camila fue a ver quién era, yo no supe en quién pensar a estas horas y aquí, nadie sabía que estabamos acá excepto nosotros, en eso apareció Fernando -uno de los amigos cercanos de Luz- cargando varias bolsas y diciendo «¿Listos para comer?».
Sentado en el comedor, con una cara de sorprendido viendo a uno de los poco amigos de mi hermano y que desde que tengo uso de razón siempre ha estado junto a Camila y Luz -a menudo nos visitaban, cuando Luz estaba en casa- haciendo proyectos o algunos trabajos juntos, siempre lo considere como un hermano mayor que no tenía. Cuando Fernando llegó, Luz se acercó y lo abrazó tan fuerte que Camila tuvo que separarlos después de dejar la comida en la mesa, luego me acerqué yo a saludarlo, él gritó mi nombre y me cargo abrazándome tan fuerte como hizo Luz hacia él, yo también lo abracé fuerte, hace tiempo que no lo veía y lo extrañaba mucho; luego me soltó preguntándome por mi salud y estudios mientras le contestaba nos fuimos sentado en el comedor.
Ya todos nos habíamos servido la comida, eran unas bolitas de causa rellenas pollo y palta también había makis -se veían ricos- y un variedad de comida china. Todos comenzamos a comer y al rato Fernando hace una pausa para poder decir algo, en eso agarra la mano de Camila.
— Luz, Samuel y ... ¿Rodrigo? - dijo él - quiero, bueno queremos decirles que Camila y yo estamos juntos.
— Sé que no es el mejor momento para decir esto pero ya que ustedes están aquí y por fin unidos, almorzando en la misma mesa, como la familia que siempre quisimos ser, en un lugar lleno de recuerdos nos pudimos aguantar más está noticia.
Luz se quedó con la comida en boca cuando le dijeron la noticia, rápidamente se levantó y los abrazó diciéndoles a media legua que los felicitaba y que ya era tiempo; ella sabía que se gustaban pero desde que uno de ellos no quiso aceptarlo ya no interfirió más -me lo contó en un momento de hermandad- , yo también hice lo mismo los abracé y los felicité; Rodrigo solo los felicitó desde su asiento, a penas los conocía así que no entendió mucho.
Cuando terminamos de comer y de una buena charla en la mesa -debates de temas controversiales- Luz me pidió que la ayudará a recoger todo mientras los demás se iban a sentar, yo asentí con gusto, quería pasar más tiempo con ella recordar nuestros momentos de felicidad en esta casa y aunque también hay tristeza, sé que a ella nunca le ha gustado recordar momentos dolorosos desde que murió nuestra abuela.
Mientras ella lavaba y yo secaba los servicios, estuvimos hablando de cómo paso su estancia en el extranjero; me contó que todo absolutamente todo es diferente, la universidad tenía un diferente sistema al de acá, los cursos que necesitaba para su carrera eran más complejos, la forma de cono los profesores explicaban que solo hablaban, que muy pocas veces escribían algo en la pizarra. Me comentó que ni bien se graduó un profesor la recomendó en un empresa a trabajar y ahí estuvo hasta ahora. Me quedé asombrado de como ella sola había soportado tanta complejidad y estar en un lugar desconocido sin poder confiar en nadie, como vi que ya había terminado lavar la abracé de nuevo pero esta vez sin decir nada, sentí como ella también me correspondió el abrazo de la misma manera que yo, luego me separo de ella y me agarró de la mano la besó ligeramente y se posó su cara en ella.
— A partir de hoy y siempre estaré junto a ti, unida, ya no me volveré ir y recuerda que siempre te cuidaré hasta el último respiro que dé.
— ¿Unidos? - dije mirándola con la lágrimas- ¿Para siempre?
—Para siempre - dijo limpiándome la cara.
De pronto se comenzó a escuchar los chirridos de carros, era raro ya que por esta calle no suelen pasar carros, a los pocos segundos todo se se hizo un alboroto.
ESTÁS LEYENDO
RECUERDO
Teen Fiction¿Cuál prefieres luchar por el amor de tu vida o en la única persona que qieda de tu familia?