MI LUGAR

0 0 0
                                    

Cuando desperté sentí al avión aterrizar, mi cuerpo comenzó a temblar de la nada pero yo simulaba que nada me pasaba, no recordaba este sentimiento; esperé que todo se tranquilicé, pasado un rato nos indicaron bajar con cuidado. Cuando salí del aeropuerto suspiré sin querer, estaba nerviosa, ha pasado tanto tiempo desde que me fui de aquí. Espero un rato al carro que me iba recoger mientras tanto intento imaginar el peligro que traigo aquí pero necesitaba escapar y desaparecer para ellos.
Cuando escucho que me llaman, verifico si es el carro que esperaba, cuando lo confirmo subo rápidamente y le digo que avance. Mientras que el chófer manejaba intenté pensar en Samuel, la última vez que lo vi fue en una foto celebrando su ingreso a la universidad, me alegré mucho ese día a pesar de estar lejos intentaba estar lo más pendiente de él. Jamás olvidaré lo que me dijo el día antes de irme, me rompió el corazón pero no podía dejar pasar esta oportunidad eran partes de mis planes, ya había conseguido la beca en el extranjero por la que tanto me esforce y tenía que hacer ese viaje.  Cuando el chófer me avisa que ya llegamos, mi casa seguía igual desde que me fui. Una casa grande con un color resaltante en la parte delantera y por dentro todo ordenado. Bajé del carro y le dije que se retirará, mientras caminaba despacio hacia la puerta tuve sentimientos encontrados, tantas cosas pasaron -buenas y malas- estando ya cerca me acuerdo de la llave, pensé que habían cambiado la cerradura pero al poder abrir la puerta con total facilidad tuve más confianza al entrar, al abrir la segunda puerta  me quedo sorprendida como nada ha cambiado, los cuadros seguía en la misma posición, los muebles, el comedor, todo estaba tal cual como antes, caminé unos cuantos pasos dejando la puerta semi cerrada, me senté en el mueble acariciándolo y notando a la vez que ya había perdido la esponja de sus cojines, me quito los zapatos que ya me hacían doler, y comienzo a dar saltos por el piso frío, riendo de los viejos momentos que pase aquí cuando estaba sola. Suena mi celular y era un mensaje de Camila -"Cami", de cariño- al parecer él ya estaba acá, no sabía cómo sentirme y solo me quedé ahí parada en medio de sala descalza y sin querer, mirando una foto de él sonriente.
Cuando siento que alguien empuja de la puerta, me sobresalto un poco, quería ver al chico puberto que había dejado en manos de mis padres, al que no quería que lo abandoné, al que siempre me pedía consejos pero tengo miedo de verlo a la cara, yo lo dejé sin más, tal vez fue egoísta de mi parte pero yo ya no aguantaba estar bajo el mismo techo que esos señores; cuando siento a la puerta abrirse despacio, respiro para poder hablar un poco y estar mas  tranquila, decido saludarlo primero.
—Hola, Samuel - quería una voz de emoción o tal vez neutral pero me sale como si estuviera seria- la casa no hay cambiado nada, no?
El me responde temblando y me dan ganas de voltear, abrazarlo y decirle cuanto lo he extrañado, que no he dejado de pensar en ningún solo momento en él, que quiero que me perdone por todo.
—Me imagino - es lo único que sale de mí, gritó a mis adentros, no siempre he sido ha alguien que pueda demostrar sus emociones espontáneamente, las mayorías de la veces me las guardo para que nadie se de cuenta.
De la nada el pregunta por mí llegada, no sabía que decirle, cualquier respuesta que le de iba hacerlo sentir mal así que prefería decir que fue hoy en la madrugada, no es que este tan lejos de la verdad había llegado hace unas cuantas horas pero el no podría saber eso. Cuando terminó de responder, Samuel me responde con gritos, preguntándome el porqué no me comunique con él, y abandoné este lugar; sentí que ya no podía más, si bien  regrese para protegerlo, deseo verlo, acariciarlo, estar cerca de él. Volteó para poder verlo e inconscientemente camino hacia él, siento que me tambaleó pero cuando notó que estoy frente a él lo único que se me ocurre es abrazarlo tan fuera como pueda, siento como él se queda inmóvil, pensé que empujaría y me ignoraría, al no hacerlo eso me llena de alegría y comienzo a llorar en su hombros diciéndole lentamente que lo extrañaba a lo que él aceptó con la misma respuesta.
A mi parecer nos quedamos así parados, abrazados, llorando horas, Samuel reacciona al ver a Camila y otro chico que se veía un poco mayor me preocupaba que estuviera aquí. Cuando nos sentamos a conversar después de un largo rato Samuel me presento al que era su novio "Rodrigo", cuando me acerque a él lo mire con la cara seria, quería actuar como una hermana celosa pero al ver su cara de temor me reí a carcajadas luego Samuel me siguió, Camila nos preguntó el porqué de nuestras risas y al ver de nuevo la cara Rodrigo solo tuve que responder "Ni idea" ocasionalmente Samuel dijo lo mismo y eso me reconfortó de alguna forma.
Lo que si note fue algo raro en el novio de Samuel, al recibir una llamada visualice levemente que no tenía el código  acá, tenía que descartar mis dudas así que tuve que preguntarle sobre cómo se conocieron, pensé que lo tomaría a mal pero me contaron todo con lujo de detalles, me entusiasmó mucho que mi hermano sea feliz al lado de una persona que lo quiera y él quiera.
Antes cuando estaba en el colegio me decía que le gustaba una chica pero no sabía cómo decírselo, yo no podía dar mucho consejos sobre ellos, nunca tuve una pareja, así que siempre decía que lea un libro romántico y la enamorara de la forma en como él se lo imaginaba, para mí mala suerte cada vez que terminaba de leer los libros que le prestaba, no se le ocurría algo o a la chica le gustaba otro. Llegó un momento en que no sabía ya que decirle así que tuve que pedirle ayuda a Fernando, desde ese momento Fernando y iba más tiempo a mi casa y también se encontraba con Camila -se gustaban pero no lo aceptaban- antes de que yo me fuera Samuel tuvo una enamorada en la secundaria, me acuerdo que la llevó a la casa y la presento como una amiga, yo solo lo fastidié, pero al poco tiempo me dijo que habían terminado que porqué supuestamente no salían mucho. Yo solo me reí y le dije que no le tomara importancia que por algo pasa las cosas,  y tenía razón al parecer la chica estaba un poco desesperada en sus tiempos de pubertad, ya que una semana antes de que tomará mi desición de irme, Samuel me dice que ella estaba embarazada, solo lo miré y le dije leyera Piaget, para que así se diera cuenta de algunas cosas.
Todo se vuelve silencio de la nada ya no sabía de qué hablar, luego siento unas ganas de comer, le digo a Samuel  que comamos un poco y lo jalo a la cocina para sacar y ordenar todo, le hago una seña a Camila para que alguien traiga la comida. Mientras lavamos los servicios estuvimos conversando de su universidad, al parecer le iba bien estaba dentro los primeros y me lo imagino, mis padres lo habrán estado vigilando en todo para que no cometa ningún error como yo. Al terminar de lavar  quería decirle que siempre estaré junto a él pero no encontraba las palabras correctas para expresarme y cuando estoy a punto de hablarle  suena el timbre, le digo a Samuel que vayamos poniendo la mesa y cuando salgo veo a Fernando con bolsas de comida, le hice referencia como gracia por traer la comida hecha. Cuando nos sentamos todos vi que la comida era china y  comencé a buscar algo que pudiera comer, hace tiempo que no comía así cuando estaba en España me prepara mi propia comida o solo comía aperitivos, nunca me acostumbré a la comida de por allá a pesar de tener buenos alimentos. Mientras comíamos a Fernando se le ocurre comentar la gran noticia, de que por fin estaba en una relación con Camila, mientras comía, y reacciono feliz con la comida en la boca y lo abrazo, mientras los abrazo intento masticar rápido para decirle a Fernando si no había nadie a fuera, y el responde con un par de pestañadas cuando estoy sentada. Cuando terminamos de comer, la mano de mi hermano estaba cerca mío, quise agregarla y acariciarla pero cuando reacciono ya todos estaban botando lo desperdicios y recogiendo lo platos.
Cuando vi a Samuel dirigirse hacia su novio lo agarre de la mano y le dije que me ayudara a lavar, él aceptó y le comencé hablar de cómo fue mi vida en España, todo nuevo y complejo para mí. Yo me gané la beca para una universidad en el extranjero, en la carrera de traducción e interpretación, al principio me perdí en hospedaje después buscando mi salón en la universidad, al comienzo no entendía la dinámica de la universidad pero pasando el tiempo lo capté y pude mejorar mis notas. Cuando estuve en la mitad de la carrera comencé a trabajar de cualquier cosa que encontrará apto para mí ya luego los profesores de universidad comenzaron a recomendar a los más destacados  y ahí fue mi primer trabajo de la carrera, para mí buen desempeño me fue bien, solo se trataba de traducir algunos cuentos para un colegio.Al término de la carrera un profesor me recomendó a una empresa advirtiéndome que tenía que pasar por una entrevista, por mi no hubo problema fue el día indicado y me presenté, cuando a la semana me llamaron que estaba contratada me dijeron que podía comenzar ni bien acabé la universidad, lo cual no hubo problema ya que faltaba poco. Cuando comencé el trabajo todo iba bien, prácticamente se trataba de algunas entrevistas y a veces traducciones de documentos para negocios. Durante varios años todo iba bien, poco a poco me ganaba la confianza de los jefes y me llamaban para alguna traducción telefónica o leer un texto para un personaje importante.
Quería contarle lo que pasó hace tres años pero no pude, se preocuparía y mi llegada acá lo tomaría a mal, así qué preferí quedarme callada cuando me doy cuenta ya habíamos terminado de lavar, Samuel de la nada me da un abrazo la cual correspondo sorprendida luego agarro su manos y la beso suavemente -siempre me ha gustado hacerle eso mientras está dormido- y apoyo mi rostro sobre ello y es ahí cuando le dijo que siempre, siempre vamos a estar unidos y jamás lo volveré a dejar.
Cuando terminó de hablarle suenan unos chirridos extraños de afuera, al instante me preocupe no quería pensar que fueran ellos, no podían saberlo, están demasiado lejos, además que había cero posibilidades de que supieran de que yo era de aquí; salgo inmediatamente a la sala queriendo saber que era cuando mi celular suena pero no logro saber que era lo que decía ya que caí al instante en un alboroto.

RECUERDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora