Daniel sentía que volaba con cada palabra que Valentín le decía. No lograba entender porque de un momento a otro se comportaba así con él, pero le agradaba tanto.
Usualmente no le tomaba de las mejillas para besarlo, ni le mandaba stickers de gatitos cuando hablaba con él.
Nunca pensó que necesitaría tanto que el ojiazul siguiera haciendo eso, de alguna manera pensaba que Valentín comenzaba a tener pequeños sentimientos por él.
Amaba la atención obtenida, amaba que lo presentó con sus amigos, amaba que se tomaba el tiempo para estar con él, amaba cada minuto que el mayor se tomaba para fijar sus ojos en su desaliñada persona. No podía ocultarlo.
—¿Me das besitos?—interrumpió a Valentín y puso sus ojitos caídos para conseguir lo que quería. Acercó su carita hasta quedar frente a su chico.
—¿Quieres besitos?—Arrugó la nariz y le picó la mejilla con su dedo índice. Asintió y abrazó su cuello.
Estaban en medio del jardín de la casa vacía de Valentín, la gatita estaba caminando de un lado a otro demasiado cansada por la pancita que cargaba. El moreno en su mente sentía que parecían una pareja perfecta, se estaba emocionando por todas las mariposas volando por su interior.
—Dani, mírame—lo separó de sus brazos y le tomó de la cintura.—¿Te gusto mucho?—preguntó con una sonrisa y acercando más al chico.
—¿Porqué?—cuestionó algo nervioso por la pregunta tan repentina.—¿Te molesta?—se hizo chiquito entre las manos de Valentín.
—No, bebé, sólo contéstame eso.
Estaban sentados frente a frente, con la luz de la noche cayendo sobre ellos, pero aún lograba ver el rostro rojito del moreno, con su pelito revuelto y sus ojitos brillando.
—Sí, Val, me gustas mucho—habló demasiado rápido que casi no se lograba entender las palabras.
Tomó un gran suspiro y se atrevió a preguntar algo que le tenía con una gran incertidumbre. —¿Yo te gusto?
—Me gustas mucho, sí. ¿No te había quedado claro?—Daniel casi gritaba de emoción al escuchar eso. Acunó el rostro de Oliva entre sus manos y le besó.—¿Sabes qué significa esto?—el menor negó.—¿Quieres ser mi novio?
—Suena mejor de lo que pensé que sonaría.—animó el ambiente cálido con ese comentario.
—¿Es un sí?
—¿Todavía lo dudas? Claro que quiero ser tu novio.—Le tomó de la mano y lo puso de pie para abrazarlo con todas sus fuerzas.
—¿Sigues queriendo tus besitos?
[…]
Los dos recostados sobre el césped, observaban las estrellas en un silencio demasiado cómodo como para que alguno se atreviera a romperlo.
Las manitas de Daniel estaban sobre la melena de la minina gigante sobre su abdomen. Amaba el ronroneo de fondo junto con el sonido de la poca ventisca que había.
Valentín giró, recargando su cabeza en su mano, dedicándose a observar las facciones del moreno. Todos tenían tanta razón sobre él; era tan lindo, emanaba una vibra llena de amabilidad, no podía sentirse más afortunado de tenerlo. Seguro todos morirían de envidia cuando sepan que él es su novio. Le fascinaba ser el centro de atención, y Daniel haría que eso fuera más posible.
Dirigió su mano hasta el rostro del menor para girarlo y darle unos cuantos besos simples, podía asegurar que a Ribba le encantaban esos besos por más sin chiste que fueran.
Ese chico era tan necesitado e inseguro que tenía claro que creía que eso era lo que merecía, y tal vez estaba hasta recibiendo muchísimo más de lo que debía.
Daniel estaba tan ido que no escuchó cuando Valentín susurró:
—Haz que esto valga la pena.
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¡Hola!
Espero les haya gustado.
Tengo demasiados one-shots en borradores, pero no quiero subirlos uno por uno.
¿Les gustaría que haga un libro con esos one-shots?
Anyways, estoy a nada de darme de baja de la vida.
¿Cómo están ustedes?
Los amooo. Gracias por leer
Besitoooos.
