【Los hermanos Stonewall】 「Saga: Hermanos」

【Capítulo 7】

Tras el ataque de los extraterrestres al Instituto Umbrella, varios de los chicos del Raimon quedaron heridos. Hoy fuimos todos a ver cómo se encontraban, llevarles algún que otro regalo para animarles y charlar un rato con ellos para matar el tiempo. Se encontraban algo deprimidos y frustrados por haber sido derrotados y malheridos tan fácilmente, pero Mark rápidamente les animó.

-¡Ey, chicos!-llamé la atención de todos un rato después- Voy a salir un rato para tomar un poco el aire, con tanto adolescente esto solo huele a hormonas.

-Ten cuidado.-dijo Nelly antes de que saliera de la habitación.

¿Qué me iba a pasar en un hospital?

Error. Jamás os preguntéis eso porque después vienen problemas, más grandes o más pequeños, pero seguirán siendo problemas.

Bajé al jardín del hospital. Era un día soleado y había varios niños aprovechando ese buen tiempo acompañados de algunas enfermeras. Me senté bajo un árbol y me puse a escuchar música con mis auriculares. Tras unos minutos de relajación, vi a alguien bastante sospechoso esconderse detrás de un árbol no muy lejano. Disimuladamente saqué mi móvil y, con la cámara, enfoqué a esa persona para después sacarle una foto. Abrí la galería y miré la foto. No podía ser cierto, ¿era él? Automáticamente me levanté y me aproximé con lentitud hacia su posición. Estaba justamente al otro lado del árbol que él estaba trepando. Miré hacia arriba. Efectivamente, era él. Mis ojos se llenaron de lágrimas que cayeron, mojando mis mejillas. Me quedé paralizada mirando la pared gris del hospital como tonta. Tras un destello de una luz morada, ese sujeto se deslizó por las ramas del árbol hasta el suelo.

-Oye, tú, ¿qué haces?-preguntó sorprendido al verme.

-Eres tú...-solo pude decir estas palabras.

-Si yo soy yo, eso está claro.-dijo sarcástico- ¿Vas a decir algo más o me vas a seguir haciéndome perder el tiempo?

-...

-Bueno, adiós supongo.-se despidió algo confundido.

Caí de rodillas sobre el verde césped. Mis lágrimas seguían bañando mis mejillas. ¿Qué había pasado? ¿Cómo es que él se encontraba aquí? Todo era tan confuso.

-¡Karma! ¡Karma! ¡Karma! ¡Tierra llamando a Karma! ¡Eo! ¿Me oyes?-una voz femenina me sacó de mis pensamientos- Ey, ¿te encuentras bien?

-Era él...-unas palabras casi inaudibles salieron de mis labios.

-¿Quién era él?-preguntó el chico de las gafas, se percató de mis húmedas mejillas y se puso en cuclillas para quedar a mi altura- ¿Estas bien, Karma?

-No, Jude. ¡Lo tuve delante mío y no supe que hacer! ¡Ni siquiera me reconoció!-me rodeó con sus brazos, dejando mi cabeza contra su pecho- Lo tuve delante mío...

-Shhh... Tranquila, no pasa nada.-susurró con una voz tranquilizadora.

-No te preocupes, Karma, seguramente lo verás a no tardar mucho.-me intentó animar Celia. Asentí levemente mientras me apretaba con fuerza al pecho de Jude.

-¿Mejor?-se separó de mí tras unos minutos y puso sus manos sobre mis hombros, estaba de frente a él.

-Si, bueno.... más o menos.-terminé de secarme algunas lágrimas con el dorso de la manga del uniforme.

-Entonces, dices que viste a tu hermano, ¿no?-asentí con la cabeza un par de veces y luego le enseñé la foto que había sacado.

-Soy una tonta, voy haciéndome la dura y delante de él parezco una niña de 3 años que parece que ha visto un fantasma horrible.-dije abatida.

-Te equivocas Karma, tú eres como eres, eres una chica dura y a veces muy orgullosa. Además, es normal que te quedases paralizada, según lo que sé quieres mucho a tu hermano y verle así de sopetón fue algo fuerte para tí.-sonrió amablemente.

-Si le veo por la calle, te prometo que te llamaré al segundo para que vuelvas a estar con él, ¿si?-animó Celia con una dulce sonrisa.

-Muchas gracias chicos, sois los mejores. Como se nota que sois hermanos.-intento bromear.

Después de aquella bomba, me ofrecí para hacerle la compra a Jude, quería tener la mente en otro sitio y qué mejor lugar que comparando precios en el supermercado.
Ya había anochecido y después de un agotador día ayudando a las criadas de la mansión a limpiar, por fin llegó la cena.

-A este paso voy a tener que despedir a todos los trabajadores de la casa.-rió Jude mientras cenábamos.

-Que va, si lo hago muy mal. Las pobres chicas han tenido que estar aguantandome y limpiando lo que yo había limpiado porque estaba fatal.

-¿Vendrás con nosotros para derrotar a esos extraterrestres?

-Lo siento, ahora no me veo capaz. Os puedo ayudar buscando información o localizando a algunas personas, pero no estoy lista para estar con el equipo.-miré con tristeza el plato de chirashi de salmón.

-No te disculpes, es algo normal.-le sonrío amablemente.

-Será mejor que nos vayamos a dormir ya, mañana tendréis un día movidito.-me levanto de la mesa y recojo la vajilla apilando la para que las sirvientas lo tengan más rápido al recoger.

Subimos a nuestros cuartos, nos lavamos los dientes, nos pusimos el pijama y me fui a ayudar a Jude a hacer su mochila para su viaje contra los extraterrestres.

-¿Estarás bien?-pregunté algo preocupada, después de todo, le cogí bastante cariño al chico de las rastras.

-Si, tranquila.-sonrió dejando de doblar una camiseta para mirarme- Si quieres te llamo todas las noches.

-Está bien.-sonreí para mis adentros, estaba mucho más tranquila- Yo me tendré que quedra en este aburrido lugar.

-Bueno, tu has querido quedarte aquí...-al notar que lo estaba mirando tartamudeó- Osea, quiero decir, que sé porque no vienes y te entiendo pero...

-Ey, calma, que no me has molestado.-sonreí, seguidamente me levanté- Será mejor que te acuestes ya, mañana tendrás un largo día.

Cerré la puerta de mi habitación después de entrar y me senté sobre la cama. Abrí la aplicación de YouTube y puse una playlist de música con el volumen bastante bajo para no despertar a nadie. Me coloqué una manta sobre los hombros y pensé en todo lo que había ocurrido hoy. Pensé que era fuerte, que podía con todo pero supongo que es normal haber reaccionado de aquella manera cuando te reencuentras con tu querido hermano después de mucho tiempo. Pero también bien me sentía idiota por no haberle dicho "ey, soy Karma, tu hermana, ¿me recuerdas?" y ya después podría llorar de la emoción. Sonreí mientras escuchaba la canción Count on me for Bruno Mars, maldita playlist, tenías que reproducir está canción justamente ahora.