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Shang Qinghua suspiró.

La cálida luz del día se colaba por su ventana dándole a entender que probablemente se había quedado dormido, y siendo honesto poco le importaba, era sábado, dormir era lo que la gente normal hacía los sábados por la mañana.

O eso pensó antes de levantarse de golpe y salir disparado hacia su baño para tomar una ducha.

Como ninguna novedad, su suerte parecía no estar de su lado aquella mañana, no recordaba si no tenía gas, o si no había pagado este, pero se bañó con agua helada que lo hizo tiritar y llorar internamente, aún así, prefirió eso a llegar tarde.

Y no porque fuera puntual, Shang Qinghua era exageradamente impuntual, si llegaba tarde con Shen Qingqiu, él tendría que pagar el desayuno, y honestamente, no estaba en condiciones de hacerlo, tenía deudas y gastos por donde mirara.

Y si era honesto, lo extrañaba mucho, tanto que a veces lo llamaba por las madrugadas, si se alegraba de que encontrara a su alfa, Shen Qingqiu nunca lo admitiría, pero Shang Qinghua podía notar un ligero brillo en su mirada que antes no tenía, además de que su rostro se iluminaba cada que le contaba cualquier cosa que hacía con el joven líder, aunque no por eso pagaría la cuenta.

Además que aún no le pagaban.

Su mejor amigo le pidió verse para desayunar en la cafetería francesa cercana a su antiguo colegio, desde que había empezado a salir con el líder de la familia Luo, Luo Binghe, ya eran pocas veces que podían comer ahí.

Shang Qinghua casi se desmayó cuando el apodado "hermano pepino" le contó que el alfa que no había querido presentarle era él.

No era para menos, hablaba de uno de los líderes de las siete familias de la mafia, la organización más importante y grande de mafias en el mundo, se encontraban en China, sí, pero los siete líderes eran temidos incluso por algunas otras organizaciones mafiosas mundiales.

Cuando el mayor le presentó a Luo Binghe, entendió porqué su mejor amigo estaba tan enamorado de él. Luo Binghe no solo era el alfa más atractivo que conocía hasta ese momento, sino que también, parecía algo sumiso cuando estaba con Shen Qingqiu. Pudo notar que no solo su mejor amigo, sino el alfa también (sino es que más) estaba profundamente enamorado del otro.

Salió de la ducha casi tropezándose por la acción de intentar correr, pero aquello no podía importarle demasiado en esos momentos, él estaba decidido a no perder, su economía lo resentiría demasiado.

De tan solo recordar que aún no había avanzado en casi nada de su próximo capítulo que tenía una semana para entregar, las ganas de llorar aparecieron de nuevo.

Cuando estuvo listo, amarró su largo cabello en una alta coleta. Usaba unos entallados jeans hasta la cadera, con una playera que llegaba hasta su cintura, y que le daban una muy linda vista, era un omega delicado, y bajo de estatura, además de muy atractivo, su aroma era dulce, tentador, aunque algunas veces, demasiado dulce incluso para él.

Entendía porque parecía ahuyentar a los alfas, además de por hablar demasiado. Shang Qinghua no lo admitiría, pero regularmente era por que simplemente huía de estos cuando parecían querer algo serio o eran demasiado intensos.

El omega ya se había resignado. Sería el tío solterón de los preciosos hijos que su mejor amigo y su atractivo alfa tuvieran, incluso les daría dinero para alcohol cuando pudieran beber este.

Sin perder más tiempo, se colocó un buzo gris que resaltaba su castaño cabello, y que no cerró para que aún pudiera mostrar su outfit, tomó las llaves de su departamento y agradeció que su mala suerte descansara ese día, porque en cuanto salió del edificio donde rentaba el departamento, pasó un taxi vacío.

MADNESS (Moshang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora