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El día que terminamos:

No para de repetir en mi cabeza cuando nos despedimos a media hora de la una de la mañana. No quería irme y te hacía pucheros. Tú insistías en irnos y aunque a la fecha no sé cómo lo hiciste, nos sacaste de ahí.

Llegamos a mi casa minutos antes de de una en punto. Mi casa estaba en total silencio y oscuridad. Me ayudaste a abrir la puerta y me hiciste guardar silencio con el juego de el cierre invisible sobre la boca.

 Me ayudaste a abrir la puerta y me hiciste guardar silencio con el juego de el cierre invisible sobre la boca

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El día que terminamos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora