El día que terminamos:
No para de repetir en mi cabeza cuando nos despedimos a media hora de la una de la mañana. No quería irme y te hacía pucheros. Tú insistías en irnos y aunque a la fecha no sé cómo lo hiciste, nos sacaste de ahí.
Llegamos a mi casa minutos antes de de una en punto. Mi casa estaba en total silencio y oscuridad. Me ayudaste a abrir la puerta y me hiciste guardar silencio con el juego de el cierre invisible sobre la boca.
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El día que terminamos
Short StoryDel cómo yo, Mae, terminé por experimentar mi primera ruptura amorosa con Pete. Mi primer verdadero amor.