3- Sospecha

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Entre lágrimas se había quedado dormido. Cuando su cuerpo por fin se relajó comenzó a tomar posiciones extrañas para dormir. Algo que definitivamente le recordó a Stiles. El niño ni siquiera se había quitado los zapatos para subir a la cama y ciertamente aquello le estaba molestando a Derek, sacando una pequeña vena de su frente, pero decidió no pensarlo de más y salió del cuarto.

Cundo dio un suspiro de paz por el silencio de la mañana, todo se irrumpió por el azote de la puerta. Su molesto tío y Cora.

—¿Dónde está el? —Pregunto la hermana del lobo. Tal parece ya habían arreglado el asunto con los jinetes fantasma.

—Arriba, durmiendo —Responde seco parándose al final de las escaleras frunciendo el ceño por el silencio de sus familiares parados frente el —¿Qué?

—Supongo que no debemos recalcar lo obvio ¿no? —
Inquirió Peter, pero Derek seguía sin saber a dónde iba con todo ese misterio.

—¡El parecido! — continuo Cora.

—¿Con Stiles? Si, me di cuenta —
rueda los ojos. Peter bufa.

—No, Derek. Quizás los demás no lo hayan notado porque no te conocieron de pequeño. ¡Pero es tu retrato! Y bueno, en el pasado, aunque intentaste ocultarlo. A veces llegabas oliendo a Stiles —insinúa a su sospecha y Peter asiente. Derek bufa exageradamente.

—No digas tonterías, él tiene a su padre, y yo, yo no tenía nada con Stiles —
miente haciendo parecer absurdas sus palabras y una completa locura. Estaba tan dolido por su partida que le fue fácil decir las siguientes palabras —¿Yo con ese tonto hiperactivo? —rio con cinismo —Que gran broma, debieron golpearte la cabeza esos jinetes, hermanita.

Cora y Peter no dijeron más y solo se quedaron mirando, pero no exactamente a él. Derek se dio media vuelta y el chico se encontraba despierto al otro extremo de las escaleras, preguntándose ¿cuánto es que había escuchado?

Junior dedica una mirada asesina al lobo, bajando las escaleras lentamente.
—Es de mala educación hablar de los que no están presentes — Pasa de largo al hombre y se dirige a las dos personas.
—¿Cómo están todos? ¿Están bien? —

—Estamos bien, cariño — Cora inclina las rodillas para quedar más o menos a su altura. —Controlamos la amenaza, los demás soló fueron a sus casas a cambiarse.

—Eso es bueno... ¿Dónde estoy? —Pregunta mirando la construcción sin reconocerla de las anécdotas de su padre.

—En la mansión Hale ¿Que no es obvio? — Peter hace un ademan expandiendo sus brazos por lo largo de su horizonte.

Junior abrió la boca con sorpresa.
—P-pero estaba destruida... ¿Cómo es que?

—Parece que Stiles te tiene bien informado, la reconstruimos hace siete años —Responde Cora comprensiva con el niño, poniendo una mano en su espalda para darle un ligero empuje a la cocina llevándolo lejos de los hombres.

—¿Y a esta cuando se le desato el instinto maternal? —comenta Peter sorprendido de como el niño había domado a la bestia que es Cora. Derek solo se encogió de hombros negando.

Cuando los hombres llegaron a la cocina junior ya se encontraba sentado a la barra comiéndose un sándwich que le había preparado Cora. Ahora los tres Hale se encontraban mirándose entre sí o mejor dicho los cuatro Hale.

Junior estaba más que molesto con Derek, ¿Como expresarse así de su padre y ocultar su relación después de todo lo que vivieron? Aunque su papá Stiles no lo odiara, él comenzaba a pensar que era un maldito que no merecía ninguna lagrima de su padre ni mucho menos que le recordara. Le hubiera gustado que Stiles no viviera en el recuerdo de Derek y se hubiera dado una oportunidad con la señorita que atendía el café frente al recinto o al apuesto paramédico que fue testigo de un caso, pero no, Stiles seguía enamorado de ese hombre que no tenía los suficientes pantalones para admitir que salía con Stiles y para colmo, cuando tenía una relación con él, le fue infiel.

Rosa Pastel- SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora