-Así están las cosas, Bill es un estúpido y gordinflón traidor.- Llamó a Bill a quien siempre llamaba Señor Gleason, un senador del sector oriente Ibsen.
-Sí Señor, William Gleason está muy metido en eso según la agencia.- Aquiles no era espía, pero su cargo y cercanía con el presidente lo hacían de confianza para dar la noticia, Aquiles sabía que era muy espiado por ese hecho, pero no le importaba, no hacía nada que se sospechará de traición. Ser vigilado no era tan malo, pensando que también debía de ser protegido.
-Me gustaría hablar con él, saber que tanta mierda hay detrás de él.- A pesar de lo fuerte de la noticia, bebía su whisky con suma tranquilidad.- Estoy seguro que llegaremos a una solución. Búscalo e invítalo amablemente a mi casa de campo, ahí beberemos el té y charlaremos sobre el tema.- Aquiles alcanzó a darse cuenta de la perversa sonrisa que sus labios formaban, una sonrisa cínica como de quien no teme ser juzgado, completamente distinta a la que hacía en discursos o inauguraciones.
-Tiene una guardia y varios sistemas de seguridad.- meneaba los hielos de la bebida de la que no se atrevía probar todavía, sabía que pertenecía a la costosa colección de bebidas del presidente, no sabía si volvería a probar un licor así.
-¿Y quiénes son esos gorilas?, ¿alguna vez estuvieron en batalla? me parece que tú ya les tienes demasiada ventaja, Aquiles.
Aquiles abrió los ojos como platos de sorpresa, cuando lo llamaba Aquiles quería decir que habría una gran recompensa, siempre era así. Si no había nada especialmente bueno lo llamaba Señor Franco.
-Seguirá siendo difícil, puede armar un escándalo que llame la atención de la prensa, y después ¿Cómo se explicaría su desaparición?-Escuchó la risilla poco usual ante el público pero frecuente a solas.
-Hablas como si lo fuera a exterminar de la faz de la tierra. Señor Franco, si usted no quiere encargarse por algún estúpido miedo que no lo afectaría en absoluto en todo caso, está bien. Otros pueden hacer lo que le propongo y sin remilgar. Es solo que te tengo consideraciones, has logrado mucho en tan poco tiempo. Eras un mocoso de doce años brincando techos y espiando políticos cuando te conocí, eras el mejor de tu segmento del Colegio de la Policía Fronteriza. Olvidaste a tu padre, lo abandonaste todo, con tal de conseguir una gran carrera militar. Soportaste todos estos años en el exterior, soportando abusos de tus superiores y todo para llegar a capitán cumplidos los veinte años de edad.
-Veintiuno.- su semblante lucía triste, no recordaba todo eso con orgullo y hasta le parecían burlas sus cumplidos.
-Y ahora veo como apenas llegado ahí, te tambaleas. Todo mundo duda de ti y tus méritos, hay rumores absurdos sobre ti, que muchas veces involucran a mi hijo. No me siento muy cómodo con eso. Quiero apoyarte Aquiles, quiero que en diez años llegues a Jefe de Seguridad, tal como lo fui yo.- Colocó su mano derecha sobre el hombro del joven.
"Si no mal recuerdo, ese es el cargo que ansía Anatol, ¿Se lo prometerá a él también?" Se preguntó Aquiles en ese momento.
-¿Qué dices?- Brandon le sonreía con aquella sonrisa con la cual nadie se le negaba a nada. Era extrañamente encantador, cada vez que la hacía Aquiles sentía que necesitaba su aprobación. Se regañó a sí mismo, al mismo tiempo que afirmaba con un movimiento de cabeza.
-Excelente, hablaré con alguien para que te dé gente, serán militares calificados no te preocupes porque metan la pata.
-¿Esa persona con la que hablará no puede ir en mi lugar?
-Aquiles, no creo que esa persona quiera verse envuelto en eso.- Ahora parecía burlón.- Es una locura. Luego te doy la hora a la que irás y los recursos, no será hoy eso es seguro.
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Tiranos
General FictionAnatol y Anthony son hermanos mellizos completamente distintos entre. Son los hijos del presidente de Novum, un hombre que es idolatrado por la población, un hombre que navega con bandera de democracia y no tiene enemigos políticos. Un gobierno hedo...