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Lauren

Mi tolerancia al ruido se empobrecía cada día. No imaginaba uno de mis días envuelta en caos, con personas alrededor. Por eso me acomplejaba mirar ese camión de mudanza estacionada justo fuera de casa.
Retiré las cortinas solo por un pequeño espacio para observar mejor los movimientos de los nuevos vecinos. Miré por minutos como entraban y salían del camión, bajando un montón de cosas. Justo en frente pude ver a Collins hacer lo mismo que yo. Era un viejo amargado. Como solían llamarlo los vecinos de la calle. Y lo era. Pero entre los dos podríamos hacer una competencia. Probablemente me faltaba poco para ganarle.
De pronto mis pensamientos cambiaron y me distraje. No mire a nadie importante fuera.
Lucy creía que para todo había espacio, es decir, si tendría un nuevo vecino o vecina o vecinos a lado, debía tener espacio para aceptarlos, ser amable, darles una bienvenida.
Negué un par de veces y cerré la cortina apartándome. Mire la cocina y el montón de papeles que debía ordenar de la oficina del otro lado de la sala. Tenía mucho pendiente, pero los recuerdos de Lucy me hacían querer hacer lo que ella hubiera hecho frente a esa situación.
Con un suspiro me decidí a seguir los consejos de mi esposa y busqué lo necesario en la alacena.
Prepararía un pay para los nuevos vecinos. Aún no sabía con exactitud quienes o cuantos eran, pero esta calle estaba conformada por solo familias, numerosas y amables, a excepción de Collins y ahora yo, pero no dábamos problemas.
Coloque música baja y comencé a preparar todo.

Flashback

-Mi vida, Collins esta haciendo los mismo de siempre.

-Lo se, ya le dije que sus gatos arruinaron la maceta que pusimos. Me quejé.

-Sabes....
Vino hasta mi con un caminar demasiado sexy y se sentó en mi regazo. Supuse que la sala sería otra vez un buen lugar para ponernos calientes. Había notado eso en su mirada después de la comida. Un gesto que demostraba las ganas que tenía.
-Creo que ese hombre solo necesita a alguien especial que llene sus días de felicidad, esta amargado, es un viejo lo se, pero si el fuera un poco divertido, solo un poco...podría tener una mujer.
Hizo un movimiento con su mano y sonrió. Aproveché para besar su cuello y seguir escuchándola.
-Podría integrarse con los demás vecinos.

-Creo que es imposible, es solo un viejo ¿Podríamos olvidarlo y concentrarnos en nosotras?
Dije sensualmente en su oído. Lucy negó divertida pero al final se acomodó sobre mi y correspondió a mi beso.

Fin flashback

El pay estaba en el horno y la verdad es que quería que pronto estuviera listo. Tenía mucha curiosidad por saber que mi privacidad, mi calma y silencio sin vecinos seguiría igual.
La casa enorme de a lado estuvo desocupada por varios años, incluso antes de que Lucy y yo nos mudaramos.
Suspiré alto. Mi terapeuta me aconsejaba no relacionar todo con ella, pero era imposible, aunque hubiese pasado un año, demasiado solitaria, sentía que ella estaba en cada cosa que hacía. Distraída tomé la fotografía que tenía de ambas justo en la encimera. La miraba casi a diario, temiendo olvidar cada detalle de su cara, sus gestos e incluso su forma tan particular de hablarme. Por dios.

-Haré un par de cosas para agradar a los vecinos.
Dije como una loca a la fotografía. Bese justo en la orilla y la dejé en su lugar.
Al fin pude sacar el pay para enfriarse y decidí irme a la sala a continuar con mi trabajo en lo que la mudanza terminaba y poder salir con los nuevos vecinos.

Camila

-Es lo último señorita.
Sonreí y di un guiño coqueto al señor. Lucía bastante sudoroso por todo el trabajo y su panza estaba hinchada como un oso. El resto de sus acompañantes esperaban afuera.
El se movió nervioso. Dinah soltó una risita a mi lado, entendía mis intenciones.

-Muchas gracias, ha sido un trabajo impecable.
Terminé pagando por el servicio menos de lo acordado. El coqueteo había servido de algo.

-La casa es enorme para ti Mila. Dijo mi amiga. Lo sabía. Pero en cuanto la vi, quedé enamorada, tendría que hacer unos arreglos, me gustaba toda la casa y parecía ser un buen lugar para vivir.

-Lo se, quedará increíble, sabes que ahora mismo solo puedo pensar en meterme en la piscina ¿Que dices?
Dinah sonrió emocionada y caminó alrededor para buscar la caja donde guardaba las copas y mis bebidas. Debíamos festejar un poco sobre ello. En poco tiempo sabía que ella terminaría por invitar a algunos amigos y ni siquiera había desempacado pero la diversión no podía esperar.

Además tenía mucho que festejar, ahora mismo pasaba por un buen momento en mi vida, tenía 25 años, era soltera, decidí salir por fin de casa y comenzar esta aventura yo sola. Claro que muchas cosas habían pasado para tomar esa decisión, me motivaba poder tener mi propio espacio. Mi trabajo nuevo también era para festejarse. Dinah en cambio vivía en el centro de la ciudad con dos amigas más, en un departamento a mi parecer pequeño, me habían invitado a vivir con ellas pero yo me negué. Buscaba algo más, como esto.

Pasaron un par de horas y con ellas, Ally y Normani, las amigas de departamento de Dinah y dos de sus amigos, me había encargado de que la piscina estuviera lista para cuando yo llegara y con música, comenzamos a preparar algo improvisado de comida, charla entretenida y diversión moderada.

-Camila, creo que alguien toca el timbre de la casa. Anunció una de mis amigas, me pareció bastante divertido. Tomé solo una toalla al salir del agua y me sequé en el camino. Decidí abrir a quien estuviera molestando a esta hora de la tarde ¿Era algún vecino? O peor aún algún molesto vendedor. Aventé la toalla al primer mueble que vi y caminé a la entrada.

Claro que no me esperaba encontrar a una mujer tan guapa.

-Hola. Sonreí seductoramente al notar que las palabras se quedaron en su garganta al verme en bikini blanco revelador, mi piel y cabello mojado. Sus ojos verdes recorrieron todo mi cuerpo, estaba segura. Por que enseguida de toparse con los míos, sus mejillas enrojecieron sin parar.

-Hola. Dije esperando a que dijera algo más. Hice lo mío y también la observe, guapa, sexy y dios, sus ojos verdes eran increíbles. Lo poco que salió de su voz me hizo sentir tan atraída. Ella un poco nerviosa extendió un platillo hacía a mi.

-Creo que interrumpí la bienvenida real. Aclaró su garganta y miro detrás de mi. La música alta la obligaron a elevar la voz. Sonreí. -Soy Lauren Jauregui, la vecina de a lado, quería bueno...dar la bienvenida e hice esto para ustedes. Tomé el pay de sus manos temblorosas y sonreí.

-Soy Camila Cabello tu nueva vecina, es un gusto conocerte ¿Esta bien si te hablo de tu? Asintió. - Soy solo yo, el resto solo son mis amigos que asistieron para festejar, puedes quedarte si quieres estamos en la piscina. Mordí mi labio inferior y la miré coqueta.

Lauren se notaba mucho más nerviosa. Por su atuendo tan hogareño, supuse que no esperaba encontrarse con una mujer tan sexy como vecina. Tenía tanta suerte al encontrarse conmigo.

-Yo...no...puedo ahora, pero espero que la sigan pasando bien y disfrute...disfruta el pay, bienvenida. Sonrió algo obligada y comenzó a bajar los cortos escalones de la entrada. No me miró, pero yo si lo hice y por dios, di por hecho que encontré mi primer entretenimiento. No sabía nada de ella pero me encargaría de investigar lo que fuera necesario.

Al lado mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora