Capítulo 3

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Notas:
En el siguiente capítulo las cosas van a comenzar a volverse más oscuras, pero gradualmente. Sé consciente de las advertencias y debes saber que puede haber más. Mientras tanto, nos enredamos cada vez más profundo en la telaraña.

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Rick contó los minutos– los segundos, mientras la televisión estaba prendida. Negan tenía razón, Carl ni siquiera había notado que el hombre se había ido, pero podría hacerlo en cualquier momento. Negan se había ido hace casi dos horas, y luego de la primera, la ansiedad de Rick se había incrementado significativamente.

¿Qué debía decir si Carl le preguntaba por Negan?

Sintió que su estómago se revolvía por la preocupación y culpa por el hombre que estaba ahí afuera por él y sus hijos. Ni siquiera podía ir a buscarlo si algo pasaba.

Rick casi se empapa por el terror y el alivio cuando algo hizo ruido en la escalinata, la pesada puerta de metal cerrándose de un golpe.

Carl finalmente retiró su atención de la televisión por la confusión, pero Rick ya estaba de pie y cojeando con sus muletas hacia la cocina. Negan no llegó desde esa entrada. Tal vez entró por su habitación para utilizar la ducha que allí tenía para retirar cualquier germen o toxina.

Rick apoyó su frente contra la puerta cerrada de la habitación del hombre, rezándole un agradecimiento a cualquiera que lo escuchara por permitir que llegara a casa a salvo.

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Negan no estaba bromeando acerca de eso de lo del héroe poco conocido. Luego de dejar todo en la escalinata un par de días para que se desinfectara, les reveló su hallazgo. Rick nunca había estado tan feliz en su vida por cinco latas de leche maternizada.

Había un paquete de pañales también, aunque no tantos, y unos juguetes para bebé, como un sonajero y un mordillo. Negan cumplió con su promesa de traer comida para ella. No encontró talco para bebé, pero sí encontró más polvo para hornear. Servía, al menos.

El hombre estaba muy complacido consigo mismo al mostrar una bolsa de compras llena de barras de caramelo para Carl. —Feliz Halloween, niño. Hice lo de dulce o truco por tí un poco más temprano este año.

El rostro de Carl se iluminó y rodeó a Negan con sus brazos como agradecimiento. Rick casi hace lo mismo.

Consiguió un par de contenedores de gas también para utilizar en las futuras búsquedas, y tal idea a Rick no le agradó demasiado, a pesar de los resultados de esta. Negan comenzó a hablar sobre los monstruos con los que se topó y se enfrentó, deleitando a Carl con detalles sobre la forma en la que utilizó su bate contra ellos para acabarlos grotescamente. A Rick tampoco le gustó eso, carraspeando para que el hombre se detuviera, los ojos del niño ampliándose demasiado al imaginar los sangrientos detalles.

Negan se lo compensó a Rick, de todos modos, cuando se le presentó con otra bolsa de compras. —No creas que me olvidé de tí, cariño. —Negan bromeó.

Rick la tomó, una sonrisa abriéndose paso en su rostro al ver un par de botellas grandes de whisky dentro, de esas realmente caras que estaban protegidas detrás de los cristales en la mayoría de las tiendas. Sabía exactamente con quién quería compartirlas. Negan le sonrió también, como si hubieran pensado lo mismo.

Tenían que celebrar su logro,y el mismo Negan fue el primero en sugerirlo. Llenó el búnker con el sonido de George Thorogood, haciendo temblar el pequeño reproductor de cd's, cantando a todo pulmón mientras cocinaba e intercambiaba sorbos de whisky con Rick. De algún modo, Judith había logrado quedarse dormida sobre el regazo de Rick a pesar del ruido. La colocaron sobre una pila de mantas en el suelo de la sala de estar, donde todos pudieran vigilarla mientras la diversión continuaba. Carl los miraba con algo de interés mientras ellos bebían hasta que Negan comenzó a maldecir más y Rick comenzaba a arrastrar un poco las palabras.

El Diablo es BondadosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora