My Homophobic Hyung Is Gay || Changlix (LLTMHH #2)

-Thirty Three-

Changbin quedó estático al leer la carta que le había llegado. No podía ni quería creerlo.

De verdad, no podía creerlo.

Y.L.

Felix... ¿era Y.L.? ¿Cómo podía ser posible?

¿En serio había sido engañado de esa manera?

No... Felix jamás le hubiera mentido así...

Pero, vamos, tenía mucho sentido, ahora que lo pensaba.

Y.L. parecía siempre saber todo lo que pasaba, siempre tenía razón. Por eso lo conocía tan bien.

¡Y por eso había mencionado que Changbin lo odiaba! Porque a Felix lo trataba como si lo odiara.

Además, Felix también era menor que él y lo llamaba hyung.

Seo se sentía usado. Y.L.... Felix, lo había usado para acercarse a él mismo. Es decir, se había hecho pasar por otra persona para impulsarlo a estar con él.

Y no podría defenderse diciendo que se había olvidado de decirle, o algo así, porque Changbin recordaba haberle preguntado si tenía alguna relación con Felix y le había respondido que para nada.

Pero era él mismo.

Se sentía tan estúpido. ¿Cómo es que le habían mentido así? ¿Cómo es que no se había dado cuenta antes? Era un ingenuo, creyendo que Y.L. era sólo un buen chico que podía calificarse como amigo y que quería ayudarlo a estar con la persona que amaba, cuando en realidad Y.L. era la persona que amaba, haciéndose pasar por otra y manipulándolo con amabilidades, consejos y lo que sea para que estuviera con él.

Lee Yongbok. El nombre coreano de Felix. Había sido tan inteligente como para poner las iniciales al revés.

ㅡ¿A caso Lix es capaz de eso? ㅡChangbin estaba enojado, mucho, incluso tanto que podría llorar en cualquier momento de la rabia que sentía.

Pero en el fondo se sentía dolido. Dolido porque la persona que amaba le había mentido. Y eso también le daba ganas de llorar.

Pero, ¿quién le había mandado eso? ¿A caso habían más personas que sabían sobre Y.L.?

Changbin había creído que las cartas eran un secreto sólo entre Y.L. y él.

Pero al parecer, no eran los únicos que sabían.

Entonces, ¿Felix le había contado a otras personas sobre eso?

Después de haber confiado tanto en él... en Y.L. y en Felix... ¿a caso no podía confiar en nadie?

¿Y cuántas personas más lo sabían? ¿Eso quería decir que todo lo que había escrito había sido leído por otras personas que se reían de él?

Si era así, había una persona que había traicionado a Felix.

Pero eso no le importaba a Changbin, no le interesaba saber quién le había contado eso.

Tenía que confirmar que fuera verdad. Tal vez... Y.L. significaba otra cosa... aunque no lo creía.

Es que, después de tanto tiempo anhelando estar con Felix, por fin lo había logrado y estaba feliz. ¿Ahora todo se iría al carajo? Porque a Seo no le importaba que ambos se amaran o no. No había confiado en él, le había mentido. Y la confianza era muy difícil de recuperar.

Estaba muy dolido y no creía poder perdonar a Felix. Si estaban juntos de vuelta, las cosas no serían lo mismo. Changbin estaría inseguro todo el tiempo y dudaría en si su pareja le estuviera siendo sincero.

Después de tanto pensar, salió de su habitación con la carta en mano, serio, intentando mantener un semblante duro.

Abrió la puerta del cuarto de Felix, sin siquiera golpear. El menor estaba en su cama con unos libros... al parecer estudiando. Cierto que se venían los exámenes de la universidad.

ㅡHola, Binnie ㅡsonrió levantándose.

ㅡMe mentiste, Felix ㅡfue lo único que Changbin respondió.

La sonrisa del contrario se borró de inmediato, tragando saliva.

ㅡ¿Q-Qué?

ㅡEres Y.L. ㅡser directo en los momentos así era lo que más caracterizaba a Changbinㅡ, ¿cierto?

ㅡ¿De... de qué hablas, hyung?

El mayor le enseñó la carta que había recibido. Felix la tomó y la leyó, atónito.

ㅡ¿Quién te la mandó? ㅡpreguntó, como si eso importara.

ㅡ¡¿Yo qué sé?! Sólo... la recibí. Pero, ¿qué importa? Es verdad, ¿no? Me has engañado... tú... me mentiste ㅡespetó sintiendo cada vez más intenso el dolor en su corazón.

ㅡChangbin, yo... yo puedo explicarlo, déjame...

ㅡ¡Tenía...! ㅡlo interrumpió casi gritando, luego se calmóㅡ Tenía la maldita esperanza de que lo negaras... pero veo que es cierto. Qué imbécil soy.

ㅡNo, por favor, puedo explicarte, tan sólo escúchame...

ㅡNo quiero escucharte, ya escuché suficiente con sólo confirmar que me mentiste.

ㅡ¡Ni siquiera dejaste que te diga nada! ¿Cómo vas a entender así? ¡Siempre pasa lo mismo en los dramas, al final malinterpretan todo! ㅡexclamó el menor con los ojos llorosos.

ㅡ¡Esto no es un puto drama en los que hay un hermoso y tierno final feliz, Felix! ¡Ya deja de pensar en eso! ¡Estamos en la vida real! ㅡgritó Changbinㅡ Y en la vida real las cosas no se perdonan así de simple... sólo porque te ame...

Desvió la mirada, luchando por no derramar lágrimas.

A pesar de todo, seguía siendo igual de orgulloso que siempre. Y eso no ayudaba para nada en aquella situación.

ㅡPero... ㅡel australiano, al contrario, no había tardado en ponerse a llorar.

ㅡDeja de llorar, ¡¿quieres?! Siempre haces lo mismo, como si llorar solucionara las cosas, lo único que haces es dar lástima ㅡtenía las manos hechas un puñoㅡ. Pero conmigo eso no funciona.

ㅡ¡¿Por qué eres así, Changbin?! ¡Eres tan injusto! ¡Ni siquiera me dejas dar una explicación! ¡Sólo por un pequeño error ya te pones furioso! ¡Como si tú fueras perfecto! ㅡFelix comenzó a enojarse.

ㅡ¡No es sólo un jodido pequeño error, maldita sea, Felix! ¿Sabes lo que me cuesta confiar en las personas? Tú eras el único en que siempre confié... incluso yo había confiado en "Y.L.", como un amigo. Dejé de lado mi orgullo y comencé a abrirme para poder estar contigo, porque creí que valdría la pena, porque sabía que nuestra confianza era irrompible... bueno, eso pensaba. Y al final resulta que confianza era lo que menos había...

ㅡNo es así, por favor, ¡¿por qué no me quieres escuchar?! ¡¿Qué sabes lo que es verdad y lo que no?! ¡¿Por qué tienes que encerrarte sólo en lo que tú crees, como si siempre tuvieras la razón?! ¡Las cosas son diferentes a como piensas! ¡Tan sólo quiero...!

ㅡ¡Te he dicho que no quiero oírte! Ya déjame en paz ㅡse acercó a la puerta, más molesto que antesㅡ ¡Y olvídate de lo nuestro!

Salió de allí dando un portazo y corrió a su habitación.

No quería hacerlo, no quería llorar, su orgullo era más importante.

Aún así, lo hizo, se echó a llorar en su almohada.

Mientras tanto Felix no paraba de hacerlo también.

Estaban tan bien, ¿por qué tenía que volver a sentirse triste? ¿Por qué una persona tan mala tenía que provocar que se pelearan?

¿Por qué no podía ser feliz?