Entre letras y amores

IV

En ocasiones pasadas, había besado a un par de novios que tuvo en su adolescencia y adultez, incluido Sanji, pero nunca se había sentido tan extraño como el beso que el moreno le acababa de dar. De pronto un torrente de imágenes habían surgido en su mente y si bien no logró captar con claridad ninguna de ellas, le parecía extraño que ese tipo de experiencias ocurrieran tras besar a alguien. Eso, dejando de lado el hecho de que su corazón se había puesto a latir como loco, ¿cuándo dejaría de sentir esos nervios al estar en ese tipo de situación? Aunque sabía bien que, más allá de eso,  se había sentido así porque se trataba de Luffy. 

—¡L-Luffy! Piensas que porque eres alguien un poco famoso eres capaz de hacer este tipo de cosas sin recibir quejas, ¿verdad? Pues conmigo te equivocaste, ¡no vuelvas a hacer algo como esto sin preguntar! — le dijo enfadada, poniéndose en pie lista para marcharse, pero el moreno la sujetó de un brazo para evitar que se marchara.

— Nami, no es eso. Deja de lado el tema de que soy actor, frente a ti solo soy una persona común y corriente. No pretendía utilizar mi "fama" para algo más, es solo que — contestó dejando la idea a medias, desviando la mirada hacia otra parte.

— ¿Qué? — preguntó a secas, cruzándose de brazos.

— Nami, desde que entré en tu librería me he estado sintiendo extraño. Simplemente no puedo sacarte de mi cabeza, y siento que... Puedes reírte si quieres, pero siento que nos conocemos de otra vida.

— De otra vida, claro.

— No te juzgo si no me crees, pero durante la tarde busqué información sobre el tema, llamé a un par de conocidos, intenté buscar alguna razón lógica para lo que pasa, porque decir que es amor a primera vista es ridículo, ¿verdad? 

— Entonces es mucho más lógico hablar de vidas pasadas — dijo Nami, alzando una de sus cejas intentando no dejar salir la risilla que tenía atorada; ¿era consciente de su expresión? Lucía entre desesperado y ansioso, no podía enfadarse con él.

— Claro que lo es, ¿no has visto todos los casos? Le pasó a unas gemelas en Noruega, en España ocurrió con un par de amantes... No es tan loco como crees — insistía el moreno, mirándola de reojos. 

— De cualquier manera, aunque fuera así, eso no te daba el derecho de besarme.

— Lo sé, pero no lo pude evitar, lo siento.

— Sí, bueno... De cualquier manera, ya es bastante tarde, deberíamos volver. 

El sol comenzaba a mostrar las primeras señales de aparecer en el lejano horizonte y ambos jóvenes caminaban tranquilamente de regreso al centro de la ciudad. Si bien el ambiente había quedado algo incómodo entre los dos, no pudieron evitar charlar sobre las diferentes películas en las que Luffy había hecho aparición.

— En general, la mayoría de los metrajes en los que he aparecido son de acción, o históricas. Aparezco en un par de películas de horror y en otras de comedia romántica que, en lo personal, son malísimas.

— Entonces has trabajado en todo tipo de género, debe ser divertido ver tu imagen representando tantas facetas diferentes — comentó Nami, lamentando no recordar haberlo visto en alguna película.

— Es un poco extraño, pero qué puedo decir, prefiero no mirar los metrajes en los que he actuado, es como si se tratara de otra persona — había dejado salir el moreno, haciendo una leve mueca.

— Oh, ¿es así? Creo que me tomaré el domingo para mirar las películas en las que has actuado, será divertido verte interpretar otros papeles. Ya luego te diré si eres buen actor o si solo te alaban porque tu imagen es un poco mejor que la promedio — bromeó la pelinaranja para quitarle un poco la seriedad al semblante del chico.