Amor Compartido

••• III. CHESS/GLAM •••

Si no eres muy fan del yaoi, BL y sus derivados, salta al siguiente capítulo, por favor. No sé tolerarán malos comentarios. Todo aquel comentario homofóbico o con la intención de insultar la comunidad LGBTQ+ será eliminado de inmediato.

Todos los derechos a su creadora, Alina Kovaleva. Sólo la historia es mía.
Advertencia: BL.

¡Disfruten la lectura!

Chess no debía ser un genio para saber que Glam no tenía previa experiencia con... absolutamente nada. Y aún con eso, en ningún momento resultó ser molesto para el.

Sí, al principio era verdad que el rubio se mostraba tímido y un poco distante luego de una larga serie de calientes besos, pero volvía en sí mismo y sonreía a Chess de la mejor manera posible segundos después. Y se mantuvo así, al menos, el primer mes. Con toda esa inocencia rodeándolo, Chess nunca imaginó lo que se aproximaba.

Glam estaba a dos meses de recibirse. Lo haría en julio, y por ello las últimas semanas habían sido un total estrés para él, cerrándose nuevamente en su mundo y con el insomnio regresando a su vida peor que nunca. A veces incluso aguantaba infernales idas al baño porque entonces "no tendría suficiente tiempo para seguir practicando", según sus propias y disciplinadas palabras.

Chess seguía dejándole bocadillos cada ciertas horas o simplemente pasaba y despeinaba su cabello en forma amigable. Sabía que Glam estaba ansioso porque ese infierno pasará ya, pero no supo realmente cuánto hasta que, finalmente el lunes, lo primero que lo recibió en la puerta luego de un largo día con la banda, fueron unos conocidos y cálidos labios junto a la repentina sensación de manos colándose dentro de su ropa.

Fue en ese momento que las cosas comenzaron a intensificar.

Glam no lo soltó hasta que sus pulmones estaban por colapsar y la bandana de su cabello había volado a algún sitio. Tampoco supo exactamente en qué momento habían terminado ambos en el sofá, el arriba y con Glam rodeándole las caderas con sus largas piernas. Un suave roce en sus entrepiernas y fue suficiente para que el rubio le jalara por el cuello y tomara sus labios en un profundo beso.

Chess salió del letargo dónde estaba, y dejó que sus manos se colaran también en la ropa del otro. Las paseaba suavemente de arriba abajo, pasando de los delgados brazos hasta los muslos enredados en su caderas. En ese momento agradecía que Glam fuera tan delgado, ya que de esa forma podía colarle fácilmente sus manos dentro de la ropa y sentir su suave piel.

Glam gimió cerca de su oído, completamente llevado por el éxtasis.

—¿Que hay del estudio? —logró preguntar con la voz entrecortada.

—Adelantaron el examen para hoy.

La repentina noticia logró parar un momento al moreno, que se alzó en sus brazos y miró desde arriba a Glam, el mismo que estaba con su cabello más despeinado de lo acostumbrado y el pálido rostro completamente rojo. El color le llegaba incluso por debajo de su cuello.