Capitulo I

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CAPITULO I

He tenido el mismo sueño desde hace aproximadamente ocho semanas y tres días, todos seguidos, y es siempre el mismo. Una serie de raros sucesos los cuales son imposible explicar, lo que recuerdo esta vez son objetos, como un cuchillo, un collar con un dije de hueso en forma de U y una caja, plateada y con un símbolo en la cubierta. Extraño. He leído que el 93% de los sueños se vuelven realidad, y cuando son muy recurrentes existe más probabilidad de que pase. Espero que el mío no ocurra jamás, no me gustaría experimentar algo con mi desequilibrada mente.

Ya son las siete en punto. Tengo que levantarme. Pero es imposible levantarse de esta increíblemente cómoda cama, es la mejor en la que he dormido, toda acolchadita y esponjosa, con más de diez almohadas y dos mantas extras de colores suaves y además de todo es súper grande. Sí, tengo todo el derecho a quedarme por lo menos dos horas más. Lamentablemente no puedo hacerlo, si quiero comer algo necesito mover mi perezoso cuerpo de allí y dirigirme a la tienda más cercana a ver que puedo robar.

Si, escucharon bien, ROBAR. Pero no soy una ladrona, no en todos los términos, pero considero que cuando el mundo comienza su periodo apocalíptico y el 70% de la población mundial desaparece y se forman grupos vandálicos de personas expertas en asesinato cruel y destrucción masiva de centros locales y casas, además del hecho de que todas las ciudades del mundo actualmente poco pobladas están destruidas o en proceso, tengo todo el derecho de entrar a hurtadillas a una tienda para tomar víveres o cosas necesarias para mí y solo para mí. No me preocupo por nadie más. No lo vean como un acto egoísta, solo como un acto de supervivencia. El más fuerte sobrevive. Darwinismo básico.

Cuando estoy totalmente vestida y peinada con una simple coleta y compruebo que llevo la glock conmigo me dispongo a salir de la casa de quien sabe quién. No sé quién es el propietario, solo sé que cuando entre había una persona muerta, apesta un poco ya, pero no es mi problema.

El día de hoy está relativamente más tranquilo, al menos no hay chicos locos tratando de matarme y robar mis cosas. Cuando llego a la motocicleta reviso que mis cosas estén allí, no es seguro cargar con ellas cada vez que entro a una casa. Me adentro en la carretera una vez que termino, y un lado de mi se alegra de que los policías no estén más en la calle, me gusta la velocidad, mucho.

Llego a la tienda, esta es una a la que no he entrado recientemente, hay todo lo que necesito, comida rápida, refrescos, camisas cómodas y vendas para heridas y tampones, nunca hay que olvidar los tampones. Tomo unas cuantas y las meto en el bolso. Salgo por detrás de la tienda y casi al instante veo una tienda me armas, literalmente siento como la tienda me llama, lo juro, escucho pequeños Allison, Allison no niegues lo que sientes.

Genial, me estoy volviendo loca, oh que rayos, la tentación es más fuerte. Me dirijo hasta allí y ¿Qué creen?, la puerta está sin seguro lo cual es extraño, pero es una tienda de armas, ¿qué me puede pasar? La respuesta lógica a eso es, muy poco. Apenas entro fijo mi visión en una Walther MP-L con un calibre de 9x19 mm y una Walther MP-K con un calibre de 9x10 mm, ambas con una capacidad de 32 cartuchos y un alcance de entre 100 a 200 metros. Creo que babee un poco. Fui rápido hacia donde estaban, las cogí y las metí en la bolsa, también tome unos cartuchos y unos cuantos cuchillos, incluyendo uno que parecía un tubito de plástico bastante común pero que al hacer un movimiento se convertía en una guadaña bastante bonita. Perfecta para cortar cuellos.

Al salir escuche una vocecita muy aguda, estaba gritando, esos gritos... sabia de que eran. Un lado muy egoísta de mi cabeza me dijo que me fuera sin prestar atención a lo que escuchaba, y sinceramente estaba considerando mucho hacerlo. Pero sabía que no me sentiría bien conmigo si huía. He hecho cosas horribles últimamente, pero permitir una posible violación cuando tengo la capacidad para detenerla. Jamás. Sin pensar tome la glock de mi pantalón y salí corriendo a donde se escuchaba la voz.

Red Eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora