Mis ojos se llenaron de lágrimas instintivamente ¿Por qué me llamaba ahora luego de cuatro años de haberse olvidado de mí? ¿Estaban jugando conmigo?
- No, disculpa- mentí- ¿Quién eres?
-Ryan, Ryan Butler- dijo él con un tono alegre desde el otro lado del teléfono. Ahora sí esto definitivamente era el colmo del año, se olvidaron de mí y tienen el descaro de hablarme. Luego de haber formado una familia increíblemente feliz como un cuento de hadas junto a mi "amiga" y dejándome en el olvido y en las manos del destino a los dieciocho.
-Oh- < qué decepción>- Claro que me acuerdo- <Perfectamente>-
-_______ ¿Qué es de tu vida? - pude sentir que sonreía abiertamente. Pero yo ya estaba llorando como una estúpida al igual que cada vez que escucho una voz familiar.
¡Es una pura mierda!, quise decirle pero lo que mi boca formó fueron puras mentiras
-Todo va muy bien, tengo un nuevo empleo en Londres y... estoy feliz-
-¿______?- Sentí desde el otro lado, una voz femenina demasiado conocida para mí- ¿_______ Mathew? -
Mi corazón paró por un segundo y la respiración se me esfumó como el agua, era Madeline. Tomé mis cabellos en desesperación, no la quería escuchar por nada en el mundo. Todavía el hoyo negro de mi corazón estaba lleno de rencor y odio sumado a la tristeza.
-Sí, así es-respondí fría y glacial-
-¡______! Te extrañamos por aquí ¿En dónde estás? - preguntó como si nada hubiese pasado
-En Londres- dije cortantemente esperando que la tortura terminara
-¿Es enserio? - Preguntó asombrada- ¡Nosotros también! Agenda este número, es el de Ryan y llámame cualquier cosa que necesites, cariño-
-No lo creo- dije sollozando, perdida y sintiéndome completamente estúpida-Pero te llamaré cuando necesite- agarré el celular y corté la llamada inmediatamente para cubrirme los ojos con mis manos y llorar en silencio.
