Capítulo 2

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Nunca sabes lo que tiene la vida preparado para ti, un día estás en tu casa, en la cual naciste y creías pasar toda tu vida y de un momento a otro te encuentras en un internado, en un país que ni siquiera conoces y a falta del cariño que necesita un niño de nueve años. Para Park Jungkook fue difícil la muerte de su madre, la única persona sobre la tierra que lo quería verdaderamente y siempre trataba de entenderlo; pero peor fue enterarse de que a su padre solo le importaban los negocios y el dinero, por lo que soportar a un "niño" le era imposible.

Después de cuatro años ya se había acostumbrado a la falta de amor, su padre solo mandaba dinero y lo visitaba una vez al año para fingir que se interesaba por su hijo. Hoy era uno de esos días, como siempre tenía que ir al mismo restaurante y soportar la cara de la persona a la que menos quería ver.

-Nunca aprenderás a vestir bien?- Fueron las primeras palabras que le dedicó su progenitor después de un año de no verse ni tener contacto alguno

-No tengo a nadie que me enseñe cómo hacerlo- Mentía, pero no creía que el hombre que estaba frente a él mereciera algo diferente después de todo el daño que le había causado

-Tendré que ver qué te enseñan en ese internado- La voz de su padre era grave, siempre daba miedo, era un hombre robusto e intimidante

-Más de lo que podrías hacer tu- Sabía que en un lugar público no podría hacerle nada, por eso siempre lo trataba con la mayor indiferencia del mundo

-Escúchame bien mocoso, soy tu padre, tienes que aprender a respetarme, no toleraré esas faltas de respeto

-Fuiste quien me engendró, no creo que demuestres ser un buen padre haciéndole esto a tu hijo

-No vine desde tan lejos a que me cuentes tus mierdas- Interrumpió -Traje más dinero para que puedas comprarte ropa, así no parecerás un harapiento- Lo miró despectivamente como si de un extraño se tratase

-Gracias padre- Mostró su sonrisa más fingida

-El viejo está al irse a una mejor vida- Jungkook se preguntó cómo este hombre que supuestamente era su padre podía tener un corazón tan frío. No es que mantuviera una relación cercana con su abuelo, pero muchas de las cosas que había aprendido de la vida las sabía por él

-Ese "viejo"- Hizo énfasis en la palabra -Es tu padre y mi abuelo

-Ninguna de las dos me importa, sólo quería informarte para que después no lloriqueras, está demasiado enfermo y no creo que aguante mucho

-Quiero ir a verlo- Habló cortante, si quería que lo tomara enserio tendría que pretender fuerza

-Si estás aquí es porque no quiero tener una responsabilidad allá- Sus palabras ya hace mucho habían dejado de doler, pero no podía negar que no se acostumbraba del todo

-Yo tampoco estoy muy interesado en convivir contigo, pero no puedes retenerme aquí para toda la vida. Quiero ver a mi abuelo y tener una vida normal para alguien de mi edad, también extraño a mi hyung- Tenía preparado un discurso hacía ya un mes, había tenido que madurar antes de tiempo, por lo que ya no iba a soportar que lo dejara tirado -Solo necesito una habitación y comida, no tienes que verme la cara

Su padre pareció pensárselo, al parecer ya se había dado cuenta de que no era el pequeño niño que lloraba y se aferraba a su pierna el día que lo dejó. Ahora pensaba más las cosas, podía incluso parecer un adulto encerrado en un pequeño cuerpo, la vida lo había obligado a dejar a un lado sus sueños e ilusiones para concentrarse en demostrar determinación y seriedad.

-Mañana volaremos si es lo que quieres, pero no olvides esto- Colocó los codos en la mesa para acercarse y que no escuchara nadie -A la menor estupidez que cometas volverás, ya es hora de que aprendas mis costumbres

Vladimir || VKook~KookV +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora