Capitulo 10: Perfect

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El hielo crugía con furor, era rasgado la superficie por la cuchilla de nuestros
patines, mientras ahogabamos el silencio de la pista, con una espontánea
risa. El perfume de su cabellos, era elegante y seductor, emborrachaba mi
respiración con el aroma a eucalipto que ella deja donde quiera que pasa.Como
decía, girabamos como tornado furioso en la pista, ninguno de los dos
pensaba detenerse, y ella, no quería perder.
-¡vamos!, ¿es todo lo que puedes hacer?- la retaba.
-¡Luka!, nos vamos a estrellar- decía entre risas Kagami.
- y no pienso detenerme... ¿tú si?
-¡De ninguna manera!.
Kagami y yo decidimos aprovechar la mañana, escaparnos a un lugar solo
nosotros.Y, no elegimos patinar, ya que, era algo que los dos hacíamos muy
bien; asimismo, es el momento perfecto de impresionarla con mis
movimientos en el hielo. Aunque debo confesarlo, me gusta verla patinar.
Cuando estamos en dinámica, una melodía ritmica suena entre nosotros. No
es triste, es muy alegre y movida, que sacude mi corazón fuertemente,
sacandome una de mis mejores sonrisas. Es como si fuera una flecha en
movimiento sin miedo a parar, una melodía compleja y segura, que me dejó
mecerme por sus sonidos serenos....
Jamás había sentido algo parecido, me encuentro enredado en una red de
emociones distintas, pero, tomadas de las mano en el mismo vals. Quiero
decir; imaginen mis claras y dulces notas, se estrellaran con unas seguras y
estridentes notas,que las ultimas tomaran la batuta y dirigieran mis senderos,
conviertiendo una adrenalina cada despertar... cada mirada...
¿Y quién sabe?. Tal vez, acostarse en la cama adormecida con esta sensación. Al mismo
tiempo, es una novela de misterio, ya que, busca descubrir nuevos corazones
y diferentes personas de lo acostumbrados a tratar.
En el tiempo que, nuestros manos se resbalaron, me costó bastante al
separarnos mantener el equilibrio. De modo que, me caí hacia atrás de un
solo tumbo, Kagami explotó en una carcajada. No pude aguantarme reírme
de mi mismo y me recosté en el el piso gélido.
-¡Pero si pudieras ver tu cara!- dijo ella tabaleandose.
- Cielos, nos pasamos Kagami. Ya ni creo poder ponerme de pie. - dije
intentando ponerme de pie, sin éxito.
Con la risa de kagami, que parecía el arrullo de una felina, me extiende
las manos para ayudarme a levantarme. Logré realizarlo díficilmente,
trastabillé al enderezarme y me fui hacia adelante, sobre kagami, nuestros
pies nos llevaron a una pared que la arrinconé en uno de la paredes laterales.
-¡Eres un tonto!, ¡tienes dos pies izquierdos!. Me dijiste que podías aguantar.
-¿Ah sí?, pero, eso fue antes de dar tantas vueltas... ¡Hasta te quedaste sin
aire!, ¡mírate!- entonces en un empujón amistoso se separó de mi.
- Que bueno que todavía no estoy oxidada.
-¡Demos otra vuelta!, y esta vez, serás tu que caes rendida- dije, aunque me
temblaban las piernas.
-¡Por favor mírate!, ya no puedes más
-¡Debo calentar!,tenme paciencia, tengo tres años sin patinar- realiza un
gesto pensativo.
- en verdad es muy entretenido verte caer.
-Ja,ja- dije con sarcasmo- ¿te diviertes viendo a las personas caer a tus pies ?
¿no?
- ¡¿Cómo?!, me haces ver como la ¡PEOR! mujer...- fingió ofendida- Luka por
favor, solo.... Distraigo mi mente con personas que sean una buena
distracción.
- Entonces, te voy a entretener hasta que pierdas el tiempo.- dije con una
sonrisa lánguida.
- Tiempo....- dijo disipada- ¡TIEMPO!- reaccionó de repente. Revisó tu celular.
-¡Luka son las cuatro de la tarde!, ¡SE NOS FUE LA TARDE!- dijo algo
preocupada.
-¿que sucede?, tienes algún compromiso.-preguntó.- yo te puedo llevar.
-No... es que no entiendo... ¿Cuando se nos paso la tarde?- dijo algo
preocupada.
- No lo se... estaba muy entretenido aquí- reviso mi celular, (40 llamadas de
Alix)- ya notaron mi ausencia-
- A esta hora, nos deben tener un problema armado por desaparecernos.-
hubo silencio.
-¿Y ahora? - ella ríe y revisa su celular.
-yo... cancelaré mis planes, hoy quiero estar contigo... Además, ya perdí el
almuerzo con el Senador- me muestra su celular- ¿te apuntas?- sonrío
travieso.
-No lo sé, ¿me aceptas una invitación a comer?, debes estar hambrienta
- pues... si. Al final, eres el culpable, ¿quién va a patinar al mediodía?-
entonces noté como personas nos miraban.
- Es una de las restricciones de ser famoso- dije colocandome la capucha.-
pero, yo te conciento. ¡Tranquila!. No te dejaré morir de hambre.
-Pues, vamos rápido antes que nos descubran;¿y donde tienes pensado llevarme?- le sonreí nuevamente.
- ya verás- volví a trastabillar- si llego a la puerta- realiza una risa baja. Ella
cuelga mi brazo sobre su hombro y me ayuda a llegar a la puerta.
La guíe hacia un centro de comidas rápidas, con una diversidad de restaurantes, tanto finos como informales. Ibamos de la mano, y cuando
pensamos en caminar, al parecer fuimos en direcciones opuestas. Claro,
nuestros pensamientos era opuestos, nos miramos confundidos.
¿en que restaurante de cinco estrellas me llevarás?- dijo de manera burlona.
Miro a ambos lados, y le sonrío inocente
-¿Te gusta el Mc´donalds?- su sonrisa se desvaneció en un mohín de
disgusto, al parecer me lo preguntaba en serio.
Pedí un combo, con una doble hamburguesa y papas, muchas papas.
Kagami no sabía de que hablaba y pidió algo sencillo. Observaba como
devoraba mi comida y ella aún pensaba en darle siquiera un mordisco.
-¿que sucede?- miro al suelo.
-Jamás he comido una comida parecida y... ¿no te había dicho que soy
vegetariana?- cielos.... se me había olvidado
-Uy... Lo siento... solo quería sorprenderte....- negó con la cabeza.
-No es tu culpa, soy muy selectiva con lo que como.... no es lo que me suelen
invitar a comer- dijo alejando la comida.
- Kagami te has perdido el arte culinario mas famoso de la historia... Es la
perfecta danza de los jugos en tu boca- hago un ademán con mis palmas-
con tus manos- realizo énfasis.
-¡vaya!, quedescubrimiento.

Entonces tomé la carne de la hamburguesa y la retire de su plato. Le pedí
una ensalada, a quién nos servía. Los clientes miraron con extrañeza mi
pedido, pero, no quería hacer sentir mal a Kagami. Le entregué la ensalada y
me senté a su lado.
- Solucionado.- me mira de reojo. -¡vamos Kagami!, te has prohibido uno de
los mejores placeres de un niño, comerays gloria.
-¿Tan fácil solucionas todo?, jamás te he visto preocuparte o tomarte a la
ligera algo en tu vida
- No lo veo necesario, ahora, si me realizas el honor bella dama...
Tome una papa entre mis manos y la pasee por los alredores de sus
labios. Kagami avergonzada por jugar de la comida, apartaba el rostro.
-Luka, por favor no seas infantil.
-No lo soy.
-Si, si lo eres. Eres un hombre de 23 años que se le ocurre llevar a su cita a
un restaurante para niños... Eso habla mucho de tu mente...- alcé las cejas.
-¿es una cita?- iba a decir algo pero calló. - bueno, sé que eres vegetariana,
pero también eres bajo en grasas, gluten, vitaminas, refresco...¡comida!. Por
una dieta deportiva, que, ¡No estoy en desacuerdo!, pero, pienso que necesitas una recompensa una chica tan exigentes. Y sé que, tambien tu quieres hacerlo- dije danzando otra papa por sus labios.
-Entonces si sabías cuando me trajiste.
-Puede ser...
-Es una grosería meterse con las creencias de alguien ¿sabías?
-¡Por favorr!, si no te gusta, no lo haré otra vez.
Hasta que se rindió.
-¡Por dios!. Dame esa papa jugosa y deja de rogarme- dijo hambrienta. Yo le deslicé la papa hasta sus labios, rozando su humedas carnes sobre mis
dedos.
Ella masticó despacio analizando cada sabor. Al principio expresaba
arrepentimiento, pero, luego su expresión fue transformandose hasta que el gusto se materializó en sus gesto.
-mmm...- dijo con extásis tomando más papas con desesperación- ¡Ohh!
¿por que le haces esta a mi línea!. Eres un provocador Luka Coffaine.
- Te dije, no hay nada como las papas de MC´donalds- dije tomando una
papas.
- Mi entrenadora personal te va a matar.
-Puedo vivir con eso
- ¡me siento en los cielos!.
-¿Ah si?, y eso que no hemos probado el helado.
-Oh no, no. ¡NO!- dijo negándose- no puedes impedir que siga perdiendo el control.
- mmm.... ¿Es un reto?
-Jamas, colocaras otra caloría en mi organismo.
-¡no se llama calorías!, ¡es helado!-
-sabes a lo que me refiero....
- Hoy perderás Kagami Tsugiri, caerás rendida frente a la gula.- la retaba
- ¿Sabes qué?. Un día no me hará ningún daño.- dijo rindiéndose.
- voy por el helado....
Hoy son las grasas y los dulces, mañana, la carne y el glutén. Mi intención
no era arruinarle su figura, solamente, ofreccerle una experiencia que jamás
olvidaría.
Cuando llegué a la barra, me atendió la encargada con una sonrisa en su
rostro.
-Por favor, dos tinas de óreo bañado de nutella-
-Podemos ofrecerle el combo para los enamorados.- la miré confundido.
-¿cómo dice?
-Para ti y a tu novia.- al entender lo que pasaba, reí brevemente con la
confusión.
- No somos novios... somos amigos.- la encargada se ruborizó avergonzada
- Mil disculpas... Es que se ven muy hermosos juntos y... ella se ve el tipo de
chica que no sonríe con cualquier chico...
-Por favor,- la interrumpí- dos copas de helado.
Ella se apura en responder mi pedido. Cuando me despachaba el helado ella
me dijo:
-ella es un linda chica, sería muy afortunada si le correspondiera su amor.
¿Me entiendes hombre?, ya no hay chicas así para llevarla al altar, le harías
un gran favor- yo sonreí falsamente
-muchas gracias señorita. Que tenga buen día.
Había estado demás su comentario, pero, antes de llegar a la mesa me
detuve un momento a observarla con detenimiento. Tal vez, la empleada
tenía razón, ella resaltaba sobre las demás chicas: era recatada, serena,
elegante....Hasta tomaba la comida con una forma innata; estabamos
rodeados de una juventud distinta a ella, que, la miraban como un fenómeno.
Su personalidad no era muy atractiva para encajar en cualquier círculo
social, era reservada, arcaica, pero, a su vez culta y diferente.Quizás, por eso
no la había notado antes. Era un libro de shakespere viviente frente a
nosotros, y yo, una simple revista del montón.
¿Como paramos en una misma mesa estas dos personas tan distintas?.
Claro, los opuesto se atraen, pero no creía ser completamente opuesto, y,
¿que significaba eso en los amigos?. Jamás me había sentado con alguien
que no compartiera algo en común conmigo.
Mientras nos devorabamos el helado, hablamos de diferentes temas que
llegamos a contradecirnos varias veces. Y, en muchas de las ocasiones
llegué a ceder a sus argumentos, por que, su seguridad me embelesaba y me
desarmada. A veces era mejor escucharla dialogar, sin interrumpirla.
-¿Que tanto me miras?- me preguntó de forma inesperada.
-Te estoy escuchando...
-Poco me has contado de ti... Hemos estado dando vueltas a temas que
puedo discutir con cualquiera de mis profesores, me has dejado que te
cuente todos mis éxitos. ¿Que hay de ti?
-Es que, hablabas con tanta emoción lo que te ocurría, que me cautivó.
- En mi escuela me decía que hablaba mucho de mi y nadie podía
contradecirme. Que era pesada- dijo con hilo de nostalgia.
- De seguro eran unos idiotas.
-¿En serio?.
-Claro, unos envidiosos. Personas tóxicas que, ya que veían que todo eras ¡tú!, unos niños que en su casa no le enseñaron que también el logro de sus
compañeros también es motivo de celebración.
-No he conocido otras personas a parte de competencia o de trabajo.
-Entonces, has buscado en lugares equivocado.
-¡¿Como lo haces?!
-¿Hacer qué?
-Decir las palabras indicadas, ser perfecto.Jamás respondes tajante, nunca
creas momentos incómodos, sabes escuchar....- levanto los hombres
diferentes.
-Yo tampoco tengo muchos amigos.
-Menos que yo, lo dudo.
-No debes preocuparte por eso. No es la cantidad, es la calidad.
- Es que no entiendes... soy inteligentes en muchos ámbitos de mi vida, pero,
en el fondo, soy analfabeta en lo que verdaderamente las otras personas
tienen. Es...que veo a otras personas con menos éxitos y expectativas, y la
veo tan felices.
¿me das permiso de decir algo?
- Claro.
-Eres una tonta...
-¡QUE!
-si lo eres... Lo dije... Eres una tonta, al compararte con alguien más. Al ser tu
mil veces mejor de lo que ellos son,te avergüenzas de tus atributos, los
escondes... Y no quieres ver lo especial que eres-se quedó con la boca
abierta.
-Creo que lo soy...- dijo por fin dandome la razón- es que debe ser aburrido
ser como soy...
-yo me estoy diviertiendo.
-mentiroso...
-deja la lástima Kagami. Eres una piedra única y extraña. Eres un libro de
Shakepeare
-¿Un libro de Shakespeare?
- Si...
-¿Me estas diciendo que soy una tragedia?
- No, sin la tragedia... eres asombrosa... pero escribiste un texto misterioso
para los humanos que no entienden... y aunque no comprenden lo que se te
esta diciendo, pero, sabes que lo que él expresa es una obra de arte. Y
piensas que estas en otro mundo, porque me lo haces creer, y no creíaas que
el mundo podría tener perfecciones así, en un mundo tan roto que se cae.
Pero...- la miro a los ojos- allí estas tú, el lirio en el pantano, que nadie
comprende como lo haces pero vas con el mentón en alto alcanzando las
cimas que nadie alcanzó- quedo un momento en silencio mirando fijamente.
No recibí ninguna reacción, solo descenso de sus párpados y una mirada
distraída a tu celular.
- Wao, y yo decía comprender a Shakespeare. Pero, estas aquí, cambiando a
Shakespeare, a Cervantes y al mundo de literatura juntos. ¿Quién te
entenderá a ti?
-Tal vez tú- deslizó su mirada por mi de pies a cabeza.
-No lo sé, antes de descubrir el adjetivo perfecto. Debo leerte un poco más-
Kagami era chica de pocas palabras, pero, también era precisa en lo que
quería trasmitir. Tenía su manera peculiar de decir las cosas y me gustaba,
realizaba un surco en el romanticismo con que me suelo pasar y le inserta
unas ondas de cercanía que antes no había visto. No había mentido, aunque
estuvieramos en frías sillas de plástico, ella tenía el poder que me hiciera
sentirme así, sino que ella estuviera en un trono. Ella era una reina, que sus
ojos claculadores y de belleza peligrosas eran impredecibles, aumentaban
las posibilidades que en cualquier momento mi cabeza fuera cortada
impredeciblemente.
Mientras, nos marchábamos de aquel lugar, seguíamos conversando de
temas y, se me ocurrió una idea de lo que hablabamos.
¿No has escuchado otro tipo de música que no sea clásica?
- No...mis amigos me han intentado insertar la música, pero, no ha
funcionado
-¡Por eso siempre estas tan amargada!- deduje
-¿perdón?
- Si, perdón debes pedir por haberte discutido con la música.
-¿Y porque crees que debería?.
-¡La música es vida Kagami!, te ayuda a aclarar tu mente.. hay letras que te
dicen lo que tu corazón no puede decir.... Y, te ayudan a desvelar
sentimientos que no creías tener. La música en una máquina del tiempo...
inmortaliza momento y miradas...
-No lo sé, ¿crees que exista una melodía perfecta para mi?
-¡Ven conmigo!.- dije jalandola de un brazo.
-¡Luka!, despacio.-dijo al llevarla corriendo por el estacionamiento donde ya
nos esperaba un taxi.
La dirigí a una academia de baile que siempre estuvo abandonada, y sabía
que nadie nos buscaría en un buen rato. La academia estaba limpia, las
personas lo mantenía así, en los vidriales entraban la luz anaranjada del
atardecer y relucían el suelo caoba encerado. Yo quité las cortinas del techo
que parecía un colador con tanto agujeros que parecía entrar estrellas.
Kagami miraba todo con asombro... y preocupación.
-¡Luka esto es propiedad privada!.¡Nos podemos meter en problemas!
-Pensé que querías meterte en problemas.
-¡No este tipo de problemas!-
-Tranquila, nadie lo notará. Venía con mi madre a veces, aquí, aprendimos a
bailar.
-¿Bailar?- me acerco campante a ella.
- Creo que nos debemos una canción ¿No es así?- le estiro mi mano, la
observa dudosa.- aquí nadie nos mira, podemos bailar como nosotros
queramos... Y como la música nos inspire.
-No lo sé...
-Vamos, mis manos te guiarán por cada sensación que tenga la música.
-eso es lo que no me convence.
-¿Crees que no soy un caballero?- alcé las cejas. Sonríe.
-Lo sé, pero, sé que con la música... me transformo.
-Lo sé, y por eso bailar contigo siempre será mi pasatiempo favorito.
Después de tanto rogarle, ella accedió a tomar mi mano. Coloqué la canción
"perfect de ed sherman", en el reproductor de mi celular, porqué sabía que
era perfecto para ella.
Entonces,la sostuve con mis manos y empecé a balancearla en mis brazos
con la delicadeza de los vientos, dando vueltas delicadas en el piso. De
pronto, descubrí por que Kagami decía que no la reconocería cuando bailara sola: sus ojos cerrados, sus caderas moviendose como el viento, sus ojos
cerrados y respiración tranquila. A veces se movía con rudeza en mis brazos
pero, también dejaba que mis manos guíaran su cintura y se colgaba de mi
cuello y de mi regazo. Pronto, me permitió que la elevara por los aires.
No sé en que momento perdimos los zapatos y ella se liberó de su saco,
sin darme cuenta, ella se movía seductoramente por mi regazo, ambos nos
habíamos olvidado del mundo y de quienes éramos. Yo pensaba que ella
guardaba su distancia, pero, estaba entregada a la música, a veces, la noté
derramando lágrimas o taladrenado la canción.
¿Y yo?, bueno, yo estaba bajo un hechizo, mirando sus movimientos... y a
su vez respirando la canción. Una oleada de calor abrazaba mi pecho, era
como un turron de azúcar destilara por mis pulmones. Acariciaba sus
brazos, respiraba el aroma de su cabellos, el perfume a eucalipto de sus
mechones. Mis pies, empezaron a dirigirse solos y a danzar.
No podía reconocer la emoción que recorría en mi pecho...Ninguna tal
vez, todas pasaban muy rápida y sutilmente... parecía adormecido por la
melodía... o por una melodía diferente que no reconocía....
Una, que sentí hace mucho tiempo atrás.
Lo único era que esta, se resbalaba como gotas de rocío por mi corazón,
acariciaba mi corazón y me hacía olvidar todo lo que era. Parecía un
electroshot intenso que me dejaba desorientado y que mécanicamente me
hacia deslizarme con la música, porque parecía que nuestras almas se
habían trasladado a otro lugar.
Inspiración, eso es lo que sentía, una segura y dispuesta. Una
determinada y exitosa, una pequeña ave refugiandose en el nido de mis
brazos. Es como la sensación de mirar un atardecer, la intensidad de un sol.
Una de esas que no consigues palabras sino acciones... con la velocidad de una espada te deja desarmado.
Cuando la músico cesó, Kagami estaba desmayada en mis brazos y al
abrir nuevamente los ojos, se encontró con los míos. Al intentar decir algo,
mi cabeza no podía formular palabra alguna, había quedado anonado con la
sensación que vino a visitarme ese día, me vi enmudecido. Jamás me había pasado.
Allí estaba nuevamente, torturado por mi cabeza.
-¿Que pasa?- dijo Kagami confundida.
-No es suficiente.
-¿Suficiente que?
-No alcanza perfectamente lo que tu eres, tienes razón.
-¿En verdad? pero si a mi me gusta..
- Creo que tengo ganas de escribirte.... tu canción perfecta.-dije
involuntariamente.

Breaking Rules 30/02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora