Capitulo 2: ¿Que podría pasar?

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Narra Luka:

Y allí estábamos, muy juntos... demasiado. Aguantando la respiración en un cuarto de servicio.

La chica pelirroja me tapaba la boca y yo la de ella, aunque podía sentir como sonreía debajo de mi
mano, al sentir su respiración cálida. Le realizaba muecas de sabotaje para hacerla reír.

Madre santa, esta vez si nos atrapan juntos, estamos muertos.

Volví a dar un vistazo por la ranura de la puerta donde entraba un rayo de luz y había una pobre visión del pasillo del gran hotel. Entonces, vi como la señora de cabellos cobre, largo chal musgoso y con su gesto exhausto característico; perfiló en la esquina. Al ver, que se dirigía hacia acá, cerré sigilosamente la puerta e intenté aguantar mi risa cómplice lo más que pude... Que gran reto, esta
actitud traviesa me hace sentir ¡tan vivo!, sobre todo para un viejo de 23 años.

-¡LUKA COFFAINE!. No estoy jugando, necesito que se alisten para el evento.-dijo
malhumorada mi niñera.

-estos niños me harán que me salgan canas antes de tiempo.-Dijo en
regañadientes.

No dejaba de mirar los ojos celestes de mi acompañante, que, estaba llorando por la risa. Madam Alexa, parece que esta, no perdona...

Puedo vivir con eso.

Siento como los pasos se acercan y, realizamos un silencio sepulcral al ver la sombra de sus pies
bajo la puerta.
-¿Crees que te saldrás con la tuya, Luka Coffaine?. Hoy no te me escapas. -dijo y siguió su camino
Respiramos. Esperé hasta no oír sus pasos para abrir la puerta, que chilló con fuerza al abrirla y me volví hacia mi acompañante.
-¿Estás seguro que se fue?-me preguntó. Asentí.
Entonces, salí lentamente del cubículo y revisé que nadie nos viera. Le extendí la mano para ayudar a salir a mi amiga, que se enredó con los artículos de limpieza.
En eso, da un paso en falso y todos los artículos de limpieza caen ocasionando gran alboroto.
Mier... -me coloco las manos en la cabeza.
Como fantasma, Alexa se asoma y nos encuentra en el acto.
-¡los encontré condenados bambinos!-dice cruzando su francés con el italiano. Me paralizo con su mirada fulminante.

-¡CORRE!- grita. Entonces, trastabillé uno segundos antes de huir del hotel.
Correr, no es muy fácil cuando el piso siempre esta encerado.
"Corre, corre, corre" era lo que pensaba, sin soltar la mano de Annie, que me guiaba hacia dónde girar, así que estaba prácticamente
jalándome por todo el pasillo. Claro, nadie se atrevería a meterse con nosotros, pues, ya era costumbre que este huyendo de mi manager, y del mundo entero.
Al llegar a la puerta, encontré una barricada de fans, que, enloquecieron al verme. Plan b, agarre
un carro para llevar maletas, subí a Annie en el y, dando impulso con mi propio peso, lo impulsé a las
escaleras; que subimos de dos en dos. En un minuto, estábamos en la escalera de incendios y pronto,
muy alejados de toda la multitud.
"El mejor regalo de cumpleaños".
Estábamos en la cornisa de alguna casa de Florencia, desconectados del mundo y de la civilización: Nadie deseaba un autógrafo, no había bailes muy elegantes... Sólo dos copas de vino, un
bello cielo estrellado con un ligero aroma a bosque y mar. Además, la calma que invocaba cada vez que
podía, con unos grados de alcohol, para apaciguar los efectos colaterales de la fama: sin espacio
personal, sin regaños, sin amigos simples y tarde vagas sin hacer nada.
Este era el sitio perfecto para relajarse y olvidarse del mundo un rato. Pero no para siempre. Y Hoy, esa noche, era momento revindicarse.
Se asoma de repente con un muffine y una vela cantando la canción de cumpleaños en italiano, Annie, con su sonrisa juguetona y hermosa voz, que, me acompaña en estas travesuras hechas tradición por ella. Es quién me corrupte.
-Bueno, no es nada parecido al pastel que te espera en el gran salón, pero, no tenemos un fotógrafo respirando en tu nuca -sostengo el panecillo entre mis manos.
- un cielo hermoso, la mejor cantante de ópera de París a mi lado..¿que más puedo pedir?.- sonríe
- un mejor sentido del humor, por ejemplo.
- ¡cállate!-dije dando un leve empujón.
- ¡ya pide un deseo!-pidió Annie. Contemplo la vela un momento.
Sé exactamente lo que quiero, y a partir de unos pocos días lo tendré. ¿Habría algo en mis planes que pueda salir mal?.
Retiro la mano, y dejo que la vela la apague la brisa de verano que ya me recibía.
-se supone que debes apagarla tú.
- estoy dejando que el destino la apague por mí, para que se realice lo que él quiere-me contempla.
- Que complicado eres a veces. -se pone de pie-vamos, o a nuestra manager le va a dar un ataque. Pongo una cara de fastidio. Quisiera que esto durara más.
- ¿Debemos?. -vacilé al quererme ir
- Es tú fiesta. -recalcó
- Lo sé, pero no parece mía
- Si no vamos, Madam se va a morir, e iremos a la cárcel por ser autores intelectuales.
- Esta bien-me rindo ante sus súplicas.
Bueno, ¿que te puedo decir?. Amo la música, pero, a su vez detesto la fama. Quizás soy el mismo pero una versión 2.0. No me quejo, Italia es mi segundo hogar y la amo, es espléndida tiene
sitios normales. Sin embargo, mi casa esta en París, con mi familia y con... mis amigos. Dónde puedo
ser un completo desconocido.
El resto, ya lo saben. Soy Luka Coffainne, como habrán visto en las revistas. Hijo de Andreka y
un padre ausente, tengo una hermana que amo con todo mi corazón y la música es mi vida. Han pasado
cuatro años que la vida dejó de ser tan simple, un día, fui sorprendido por un concurso e
inesperadamente realicé un viaje de prisa lejos de mi casa, dejando muchos espacios en blanco que
rellenar...
(Suena el teléfono). Annie voltea.
-¿quién es?
-ammmm.... una amiga- evado la pregunta, apago el teléfono.
-¿la conozco?-pregunta mi amiga curiosa.
-Sí, es Coral. Sabes lo intensa que es a veces-ella se detiene y va hacia mí. -¿que pasa?
Acaricia mi cicatriz de aquel accidente.
-sabes que siempre tendrás una casa conmigo, donde quiera que vayas.
- Annie, ¿porque lo dices?.
- Es que, me emociono al pensar que han pasado tres años desde que eres mi guitarrista-me río.
- Años de muchas travesuras.
- Pues sí, lo más buenos de mí vida.

Breaking Rules 30/02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora