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Miércoles 30 de diciembre ,6:50 pm


Faltando diez minutos para las siete, en esa turbia noche que mostraba al parecer una venida de lluvias fuertes, dentro de un hospital cercano, una pareja se encontraba angustiada por la venida de su primogénito.

—Cariño calma, vamos se fuerte amor —Animaba un joven de tez un poco canela tomando la mano de la mujer a la que amaba —Miyeon ...

— Ahg — Gritaba la mujer un poco más pálida de lo normal, los dolores provenientes del parto la atacaban demasiado —Nam... No creo que- ¡Ahg! Pueda amor — Apretaba la mano de su pareja con desesperación buscando en si una calma — ¡Ahg!

—Ya, ya casi señora — Avisaba el joven doctor que los acompañaba a lado de otras enfermeras que trataban de controlar a la mujer — Oh

Se escuchó un último grito, acompañado de unos fuertes sollozos uno de alegría del ya papá y otro triste proveniente de bebé que acababa de nacer. Lamentablemente no fue el único sonido, se escuchó de la máquina que conectaba a la mujer el sonido ya conocido que indicaba...

—¿Mi- Miyeon? — Preguntó. Tomando aún de la mano a la mujer pudo sentir que no había la fuerza de hace un rato. Vio que sus ojos estaban cerrados y las muecas de dolor habían desaparecido, no quiso hacerlo, pero inevitablemente la volvió a llamar — ¡Miyeon! ¡Responde! — Gritó casi encima de ella tratando de levantarla en un intento ya fallido.

— Señor será mejor que se retire, señoritas por favor traigan la máquina de electroshock — Llamó en modo de orden y vio como las enfermeras trataban de sacar al joven y las otras estaban listas para recibir la orden. Al ver que no lo podían sacar él lo hizo — ¡Señor! Espere afuera — Indicó y cerró la puerta. Dejando así aun pobre y primerizo padre en manos de la rabia y la tristeza junta.

Tomó entonces su celular y con manos temblorosas marcó el nombre que tenía primero en los números de contactos — ¿Papá? ...— Habló entre sollozos sosteniendo apenas el celular — Por... Por favor vengan. — Y su voz se quebró al igual que sus piernas y cayó en medio de ese blanquecino piso. Tiró su celular apagándolo por el impacto. Esperando ahora que sus padres viniesen para ayudarlo en su dolor.

Luego de unas angustiantes horas y de recibir la triste noticia del deceso de su pareja, vio en el fondo dos sombras conocidas —¿Mamá? — Preguntó. Pero solo lloró más cuando sus padres fueron los que lo abrazaron —Miyeon...Miyeon está... — Aunque no habían sido una pareja perfecta siempre se guardaron un gran cariño tanto desde la niñez hasta ahora.

—Lo sabemos cariño... No llores hijo — decía la mujer mientras lo abrazaba al igual que su esposo — Tenemos que llamar a sus padres tienes su...

— ¿Número? Sus padres no se preocuparon ni cuando sabían que estaba embarazada ... No creo que les importe estando muerta — Escupió molesto y con la impotencia en mano.

—Hijo, pero ¿Y el bebé? — preguntó su papá ya angustiado por la situación de su hijo — Tienes que cuidarlo

— Lo sé papá, pero ...— Respondía mientras trataba de pararse y limpiar sus lágrimas — No sé... No sé cómo cuidarlo

—Está bien cariño ... Iremos a preguntar — lo abrazó y lo ayudó a sentarse — Te quiero hijo — Le sonrió así mostrándole siquiera un poco de esperanza una que ya creía muerta y sin más se retiró.

Los minutos pasaban y se le hacían eternos, cada segundo significaba una serie de escenas que de su mente perturbada quería sacar, hasta que al ver unas de las puertas abrirse le hizo poner atención.

❥𝓒𝓸𝓷𝓮𝓬𝓽𝓪𝓭𝓸𝓼 ❦  •Ⓣⓐⓔⓚⓞⓞⓚ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora